
Título original: Dreamer:
Inspired on a true story
País y año de producción:
Estados Unidos, 2005
Dirección: John
Gatins
Guión: John Gatins
Con: Kurt Russell, Dakota
Fanning, Kris Kristofferson, Elisabeth
Shue, David Morse
Duración: 106
minutos
Calificación:
Apta para todo público
Género: Biográfico
/ Drama
Sitio Web: http://www.dreamworks.com/Dreamer/
Reseña argumental: Ben
Crane fue un maravilloso jinete de caballos,
cuyo talento ahora está siendo
desperdiciado en beneficio de hombres
millonarios. Sonya fue un estupendo caballo
en la pista hasta que se rompió
una pata, y por ello su dueño se
lo vende a Ben como parte de pago de una
deuda. Ahora, la hija de Ben, Cale ayudará
a estas dos almas perdidas a unirse e
intentar ganar un importante torneo.
PEQUEÑA PERO VALIOSA
Una prestigiosa yegua sufre un accidente
durante una carrera de caballos (se quiebra
la pata) y un criador (Kurt Russell),
en lugar de sacrificarla, la toma como
parte de pago de una deuda y decide ayudarla
a recuperarse, para bien especialmente
de su pequeña hija (Dakota Fanning)
quien empieza a encariñarse con
el animal y ve en él la posibilidad
de que pueda ganar un gran torneo.
En busca de un sueño
(2005) constituye el debut en la dirección
de John Gatins, que también hizo
el guión inspirado en una historia
real, tal cual indica el título
original. Si bien el nombre del caballo
(Dreamer: Soñador) puede dar a
entender que estamos ante un producto
típico de Hollywood habría
que tomar los considerados clichés
como una evocación de esas clásicas,
sensibles historias entre niños
y animales que cada tanto aparecen en
cine y que no cualquier realizador o guionista
es capaz de darle un tratamiento adecuado.
Por eso, entre tantas propuestas infantiles
que saturan el mercado, una película
como ésta es más que bienvenida
y hasta hubiese sido una de las grandes
apuestas para las famosas vacaciones de
julio. Sin llegar a los puntos trágicos
y hasta algo místicos de Señor
de los caballos (Robert Redford,
1998) y sin la espectacularidad, los lujos
de producción ni los incidentes
factores sociales de Alma de héroes
(Gary Ross, 2003), En busca de
un sueño es una obra mucho
más pequeña, íntima
y para nada ambiciosa, lo que se diría
una película para toda la familia
pero de veras, sin caer en los típicos
engaños del marketing y la publicidad.
La fotografía es muy cuidadosa
y saca partido de las espectaculares locaciones
de Kentucky y sus zonas verdes, en tomas
aéreas, en amaneceres, y hasta
en las propias pistas durante los entrenamientos.
Los personajes son simples pero agradables,
incluyendo al propio "villano".
Todo se revitaliza en conjunto.
El hecho de ganar una prestigiosa carrera
no es tan importante como la relación
de la niña con el animal, su dedicación
y preocupación para con el caballo,
su firme ilusión de que va a mejorar,
algo sobre lo que duda la mayoría
de los adultos que la contemplan y la
rodean. Lo que ocurre en los minutos finales
es un premio pero a todo su esfuerzo,
a creer en un animal que al principio
se daba por muerto; quizás ese
sea el verdadero sueño de la película.
El director Gatins traduce simbólicamente
en algunas imágenes la amistad
y el aprecio que hay entre ambos, y lo
hace con mucha calidad y solvencia.
Habría que remontarse no precisamente
a antecedentes con animales milagrosos
sino a trabajos donde lo más importante
era la relación que se establecían
con los humanos. Y para esto nada mejor
que recordar a un director veteranísimo,
poco activo, pero que en ese sentido siempre
ha dado en el blanco: Carroll Ballard.
Probablemente muchos recuerden al clásico
El corcel negro (1979),
los esfuerzos de una niña (Anna
Paquin) ayudando a gansos recién
nacidos y abandonados a que puedan iniciar
su vuelo migratorio en Volando
a casa (1996), o a aquel investigador
que descubría con sorpresa que
los culpables por la muerte de renos en
Canadá no eran los lobos sino la
caza indiscriminada del hombre en Los
lobos no lloran (1983).
Claro que En busca de un sueño
se impregna de la sustancia de algunos
clásicos Disney (con actores reales)
y de ejemplos aislados, por qué
no, como la estupenda Mi amigo
Paulie (John Roberts, 1998) sobre
niña tartamuda (Hallie Kate Eisenberg)
que se encariña con travieso lorito,
o incluso la reciente Dos hermanos
(Jean-Jacques Annaud, 2004) donde el hijo
de un gobernador (Freddie Highmore) ve
cómo un pequeño y tímido
tigre es vendido a una persona que lo
entrena para pelear.
Conviene aclarar (y de paso decirles
a aquellos que aún no la vieron
que no lean lo que sigue) que John Gatins
tuvo que pasar por varios obstáculos,
gentileza de productores que le impusieron
actores y estudios que rechazaron su libreto.
Sería bueno saber cuál era
el borrador, dado que la historia real
indica que la yegua, cuyo verdadero nombre
es Mariah´s Storm, luego de lesionarse
en 1993, se recuperó pero no ganó
la famosa carrera dos años más
tarde (salió novena).
De todas formas, la intención
de Gatins es muy buena, mucho más
allá del final feliz. En
busca de un sueño es de
esas películas que cada tanto tiempo
llegan a circuito comercial, modestas,
de perfil bajo, y hasta con lecciones
de vida, por ahí no tan rebuscadas,
pero que igual merecen ser vistas.