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En el Salón Dorado del Argentino Hotel
PIRIÁPOLIS FUE DE PELÍCULA

por Alejandro Yamgotchian (setiembre, 2004)




Del pasado viernes 20 de agosto al domingo 22 inclusive tuvo lugar la Primera Muestra de Producción Audiovisual "Piriápolis de Película" en el Salón Dorado del Argentino Hotel. La misma fue organizada por la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay, con el fin de reunir las últimas producciones rioplatenses realizadas tanto en la categoría de "Ficción" como de "Documental" y que no tuvieron pasaje aún por circuito comercial.

Establecer un punto de encuentro entre las instituciones regionales para concretar políticas de apoyo con respecto a las producciones audiovisuales del contexto fue otro de los objetivos, a propósito de consolidar la ciudad de Piriápolis (y al Hotel Argentino en especial) como punto referente de encuentro anual de las Muestras de Producción Audiovisual. Las charlas sobre temas cinematográficos han sido frecuentes y de diferentes tipos dentro de las actividades culturales y de entretenimiento que se llevaron a cabo entre el hotel y el cine. Hubo presentaciones de cortos, talleres (en especial uno dirigido a los niños), charlas formativas (otro para adolescentes), seminarios y claro está filmaciones que iban desde cortos publicitarios y series televisivas hasta largometrajes como Whisky (Juan Pablo Rebella, Pablo Stoll, 2004) o el que comenzará a rodarse en noviembre (Persona non grata) del polaco Krzysztof Zanussi.

HECHO EN URUGUAY

De no ser por la televisión para abonados y los circuitos culturales los cortometrajes no tendrían la difusión que se merecen. En esta muestra hubo varios trabajos argentinos y uruguayos que fueron exhibidos. De los que pudimos ver (o que ya habíamos visto) sin dudas que un punto muy alto lo constituyen los cortos de la Escuela de Cine del Uruguay, con labores como La carta de Gustavo Hernández, Feeling Good de Pedro Luque, el maduro y por momentos experimental enfoque de un joven asfixiado en La ventana, de Víctor Vicente, aparte de otra como Un instante, de Fabiana Lujambio, que había integrado el largometraje ECU: Nuevas miradas (exhibido a fines del pasado año en circuito comercial uruguayo) y que apela a la escasez de diálogos y la memoria, con resultado verdaderamente excelente, a propósito de un encuentro casual en un ómnibus y entre una joven y un hombre mayor. Hablando de buenas ideas el joven Maximiliano Contenti (el de Miedo) se despachó con Mi domingo, creativa y notable crónica en la vida de un joven en su hogar y durante el día del título. No menos valiosa fue la visión de los alumnos de la Escuela de Cine Dodecá en Jaula 8, a propósito de jóvenes que se van escapando de una clase liceal, mientras otro intenta llegar en hora a la misma.


El rey del viento


Lamentablemente no llegamos a ver Un candombe para Doña Soledad (al igual que La Cumparsita, de Rosario Infantozzi; Vecinos, de Mateo Gutiérrez; El mosquito, de Rosana Ukmar, y Juez de línea, de Pipe Durán) y que proviene del Taller de Cine de Maldonado. El corto fue dirigido por Laura González y cuenta la historia entre un niño y una anciana internada en un geriátrico.


Respecto a los largometrajes uruguayos hubo un nivel muy sólido en general aunque también con algunas polémicas como las causadas por El rey del viento, de Héctor Javier Di Lavello, una película de corte entre experimental y neorrealista, de marcadas sensaciones individuales y colectivas, de ficción y bastante autobiográfica, que puede achacársele alguna extensión (sobre todo en el comienzo y en el final) pero que también es dueña de algunos momentos de notable factura. La búsqueda de seres queridos, voces que buscan respuestas, imágenes que rastrean presencias, una marcada veta religiosa, viejos recuerdos registrados junto a familiares, amigos y singulares personajes que se cruzan por la calle y que a veces se funden con paisajes urbanos, naturales, con el sonido y el viento como principales protagonistas. Una película distinta, que por ahí no mereció tanta discusión como la suscitada, y que incluso motivó una intervención del propio Di Lavello en una mesa redonda posterior aclarando su razonable postura y debido a ciertas reacciones por parte de algunos de los presentes en la función.

A propósito de esta película el director Di Lavello expresó que El rey... "es una película neorrealista - moderna y de autor constituida de escenas y hechos reales acerca de las casualidades de la vida de una familia y de un país con forma de corazón: Uruguay, que con su estilo o forma de realización (duración 90 minutos, blanco y negro, representando un pasado futuro en un presente decadente, con actores no profesionales o profesionales interpretando un personaje y actuando de sí mismos, filmada en Handy, NTSC, foco automático, sin trípode y editada en PC Pentium. Pinacle DC 10. Pinacle System DV. 500, casi sin cortes) tratará de despertar la conciencia, no la inteligencia, del espectador acerca de las tantas dificultades políticas, económicas, sociales, morales y culturales de nuestro país (2001-2003; época de gran crisis económica, política, social, moral y cultural en Uruguay) como también acerca de las tantas dificultades para la elaboración y exposición de un proyecto de este tipo, valorizando lo natural."


La Cumparsita: El tango uruguayo


La Cumparsita: El tango uruguayo
fue otro de los trabajos nacionales que se exhibieron; el documental de Darío Medina indaga y con agudeza el origen del considerado más famoso de los tangos y también la vida del autor Gerardo Matos Rodríguez, a través de fotos, imágenes, documentos inéditos y testimonios que denotan un exhaustivo trabajo de investigación. Personalidades que conocieron al autor, junto a familiares, opiniones y análisis de especialistas en la materia, y la idea de un profundo seguimiento desde la propia creación de "La Cumparsita" hasta la polémica rioplatense por los derechos de autor. Una obra sólida, por momentos reveladora y bastante bien llevada por su realizador.

Otro de los documentales que estuvo presente en la muestra fue Palabras verdaderas de Ricardo Casas (que ya había dirigido Donde había la pureza implacable del olvido, sobre Darnauchans); estupenda labor sobre la vida y la prolífica obra de Mario Benedetti, también acompañada de numerosas personalidades del quehacer artístico y cultural uruguayo, apoyada, además, por un valiosísimo material de archivo y una mirada no exenta de calidez y hasta cierta poesía visual, reforzada desde la banda sonora y que a su vez va nutriéndose de los ricos textos del autor; todo evocado desde la mesa de un café.

Y siguiendo con los buenos documentales Candombe contó con la presentación de su autor, Carlos Páez Vilaró, y ante un salón colmado de público y a poco de culminar la muestra. No es novedad la tremenda afinidad y pasión de Vilaró por la música del título y todo lo que representa para la cultura afrouruguaya. Y él mismo se encargó de atestiguarlo a través de este trabajo que se mete de forma entrañable en ambientes, costumbres y personajes, dando un espacio a inolvidables figuras que van desde la fallecida Martha Gularte y llegan hasta el más que considerable, sentido y auténtico aporte de Lágrima Ríos. Una obra que había sorprendido durante su presentación en el pasado Festival de Cine de Montevideo y que volvió a recoger aplausos a casi 100 kilómetros de distancia.


MADE IN ARGENTINA


Matanza




La mecha
, de Raúl Perrone, sigue el viaje de ida y vuelta de un anciano desde su relativamente tranquilo hogar de Ituzaingó hasta el ruido céntrico de su localidad, donde se refleja un mundo globalizado, una sociedad acelerada y rehén de un sistema capitalista desalmado. El protagonista es un hombre de principios, seguro de sí mismo pero que cuando sale es uno de los que perfectamente puede caer víctima de las impredecibles circunstancias de un contexto en descomposición. Perrone marca las diferencias, a veces con un sano humor y algo de ironía, entre generaciones y tiempos que se han vivido, manejándose entre la realidad y la ficción al momento de filmar una historia muy íntima y que forma parte de un cine argentino inconformista, con personalidad propia y que supo marcar, con un estilo que coincide bastante con el de los independientes norteamericanos de los ´80, un punto de quiebra durante la pasada década.

También proveniente de la vecina orilla, seleccionada en varios festivales internacionales, se presentó Matanza, del Grupo 1º de mayo (por el día en que empezaron a filmar sus integrantes: Nicolás Batlle, Rubén Delgado, Fernando Menéndez y Emiliano Penelas) que durante cuatro años siguió a una familia marginal en el barrio María Elena del partido bonaerense de La Matanza. Las duras peripecias que sus integrantes (protagonistas e hilos conductores del documental) tuvieron que pasar para lograr derechos básicos también sirvieron de base para reflejar un panorama devastador y con estadísticas tan reveladoras como alarmantes, que llevaron a la creación del movimiento social piquetero. A medida que se van dando situaciones particulares pero representativas al fin de lo que es la lucha obrera argentina, Matanza se presenta como una crónica que arranca con filmaciones de 1998 y cuyo desenlace coincide prácticamente con la ebullición en los históricos hechos suscitados a partir del 19 de diciembre de 2001 en Argentina y que terminaron con el mandato de De La Rúa, ese mismo día que el pueblo salió a la calle demostrando que ya no aguantaba más. La clase obrera y activista denuncia la corrupción y las injusticias, mientras el Grupo 1º de mayo arma una obra que recoge testimonios en tiempo real, los alterna con otros aparecidos en medios de comunicación e, ingeniosa edición mediante, apunta a despertar aún más la conciencia y la reflexión del espectador. Hay un ojo atento para registrar casos chocantes pero reales al fin y que atañen a la ingestión de gatos y culebras, o bien muestran como un sueño imposible el poder comer unas milanesas, o alimentarse más de una vez al día. Todo esto cuando el fenómeno piquetero no repercutía tanto en la opinión pública, y sin necesidad de ningún afán sensacionalista sino con la intención de mostrar lo que hay detrás de los insistentes y difundidos cortes de ruta, de seres tan humanos como los que están por encima de la línea de pobreza y que hasta son capaces de exigir una rebaja en el pago de la luz antes de terminar "colgándose" del suministro.

Yo no sé qué me han hecho tus ojos




La reja
, de Eduardo Spagnuollo, plantea un singular drama ficticio durante el estallido social de diciembre de 2001; un mediometraje cuyo eje central es una pareja, donde él decide protegerse de los hipotéticos revoltosos que se le puedan venir encima, mientras ella observa atónita los hechos que se transmiten por televisión, a la vez que ayuda a un comedor barrial. La solidaridad, la toma de conciencia por un lado, y la exaltación digna de alguien que aspira a un nivel social mayor, cerrando los ojos ante una realidad durísima y que no se puede esquivar, por otro, son los ejes de un relato que logra sus tensas escenas que llevan a la liberación pero también al descontrol y la destrucción.

Otro de los documentales que realmente gustó fue Pepe Núñez: Luthier, de Fermín Rivera y con fotografía de Emiliano Penelas (co-director de Matanza). La obra se centra en la actividad de un hombre que habita una zona rural y vive de la construcción de guitarras. Y lo hace compaginando el carácter paciente, artesanal, detallista, cuidadoso, experiente y autodidacta de su oficio con una entrañable mirada al lugar donde vive, sus componentes humanos y naturales, la familia, los amigos, las comidas y el campo; todo formando parte de una entrañable y por momentos nostálgica mirada a un mundo aparte en el que lo bueno no es solamente el instrumento que se fabrica.

En Dirigido por..., de Rodolfo Durán, se recogen testimonios de casi treinta realizadores, de los más experientes a los más jóvenes, todos con sus cosas para decir sobre cómo es hacer cine en Argentina, las visiones y los obstáculos a través del tiempo. El trabajo está dividido en varias etapas por donde desfilan fragmentos de películas, conversaciones y graciosas anécdotas de filmación, sin olvidar al que está del otro lado de la pantalla, el crítico y el propio espectador. Un riguroso criterio de selección de imágenes permite ir entrelazando un abanico de opiniones que perfectamente reflejan un vasto y claro panorama del lugar donde se mueven los artistas y también de sus respectivas filosofías al momento de concebir y rodar.


Abre el Helvético


Lamentablemente no llegamos a ver una de las consideradas mejores obras de la muestra (y de los estrenos argentinos de 2003) titulada Yo no sé qué me han hecho tus ojos, de Sergio Wolf y Lorena Muñoz, que fue de lo que más llamó la atención, a propósito de la mítica cantante de tangos Ada Falcón, estrella de los años ´20 y ´30. El material fue definido como "una apasionante pesquisa casi detectivesca y en una reflexión sobre la pérdida de la memoria y la necesaria recuperación de un pasado que nos identifica."

Abre el Helvético, con participación especial de China Zorrilla, fue otra de las películas presentadas que ya había tenido su pasaje por una muestra en Colonia. La dirección corrió por cuenta del santafesino Juan Carlos Arch y fue definida como "un documental que registra con emoción, sinceridad, pasión cinéfila y también buen humor, el singular esfuerzo de los habitantes de Nueva Helvecia, Departamento de Colonia, por reabrir la única sala de cine de la localidad."

Terminando con las que nos quedaron en el tintero: Balnearios, de Mariano Llinás ("Ficción y realidad se conjugan en este divertido, satírico y original retrato del mundo de los balnearios. Desde un viejo hotel abandonado, hasta una localidad sumergida, pasando por todo un catálogo sobre los rituales de los veraneantes, el resultado es tan sorprendente como disfrutable."); El amor, primera parte, de Alejandro Fadel, Martín Mauregui, Santiago Mitre y Juan Schnitman ("Cuatro historias románticas, a cargo de jóvenes realizadores que exploran con sensibilidad y agudeza el modo en que personas de vienticinco años viven, sufren y disfrutan el hecho de enamorarse."); Esas cuatro notas, de Rafael Filipelli (documental sobre el músico Gerardo Gandini, "una pieza plena de sugestión e inusual belleza, con el marco misterioso del Teatro Colón de Buenos Aires"); Mate Cosido: El bandolero fantasma, de Michelina Oviedo y sobre la leyenda de un célebre bandido rural; Trawnco: Reunidos junto al agua, de Marcelo Tondato y premiada en el Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente en España; y Final con foto, de Alberto Yaccelini, que según se comentaba fue lo mejor de la muestra. "El peculiar universo de las cuadreras bonaerenses, y en especial el de los fotógrafos que siguiendo técnicas cinematográficas, dictaminan el resultado de una carrera, sirve presentar una visión diferente, sutil, conmovedora y melancólica del mundo de la hípica."



UN MARCO APARTE


Rodolfo Durán, realizador de Dirigido por...


La mística del Hotel Argentino es única, la misma que transmite un balneario como Piriápolis, inclusive en pleno invierno. El temporal que estuvo latente en la zona Sur y Este de Uruguay durante ese fin de semana no fue obstáculo para la numerosa concurrencia que se dio cita en el Salón Dorado del Hotel, incluyendo varios turistas de distintos departamentos y en especial desde Argentina. Las exhibiciones fueron realizadas en formato digital y con entrada libre para todo público.

Dentro de las distintas actividades tuvo lugar una mesa redonda con representantes del INA y el INCAA, la presentación de Sergio Renán con motivo del trigésimo aniversario de La tregua (sobre Benedetti), la ya mencionada de Páez Vilaró, a propósito de Candombe, y también la de Juan Pablo Rebella, corealizador de Whisky, mostrando algunos minutos del backstage de la filmación, parte de la cual había tenido lugar en el propio Argentino Hotel.

También hubo otra reunión, esta vez apuntando a las perspectivas y desafíos para el cine del MERCOSUR junto a realizadores rioplatenses y en donde estuvieron presentes Emiliano Penelas, Rodolfo Durán, Eduardo Spagnuollo, Ricardo Casas, Juan Carlos Arch, Sergio Miranda (director de la Escuela de Cine del Uruguay), Rosario Infantozzi (sobrina nieta de Mattos Rodríguez, quien había presentado su corto de ficción La Cumparsita), Héctor DiLavello, Mariano Llinás, Juan Pablo Rebella, aparte de integrantes de la Asociación de Críticos de Cine, prensa especializada y algunos más que probablemente se nos escapen de la memoria.

El evento valió la pena, estuvo muy bien organizado y contó con una amable y respetuosa atención para con los periodistas y artistas presentes en el lugar, por parte de los encargados culturales, de prensa y relaciones públicas del hotel, midiendo a todos con la misma vara y sin discriminación por importancia de medios. Vayan nuestras felicitaciones por tan correcta y sensata actitud.

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