
Del pasado viernes 20 de agosto al domingo
22 inclusive tuvo lugar la Primera Muestra
de Producción Audiovisual "Piriápolis
de Película" en el Salón
Dorado del Argentino Hotel. La misma fue
organizada por la Asociación de Críticos
de Cine del Uruguay, con el fin de reunir
las últimas producciones rioplatenses
realizadas tanto en la categoría
de "Ficción" como de "Documental"
y que no tuvieron pasaje aún por
circuito comercial.
Establecer
un punto de encuentro entre las instituciones
regionales para concretar políticas
de apoyo con respecto a las producciones
audiovisuales del contexto fue otro de los
objetivos, a propósito de consolidar
la ciudad de Piriápolis (y al Hotel
Argentino en especial) como punto referente
de encuentro anual de las Muestras de Producción
Audiovisual. Las charlas sobre temas cinematográficos
han sido frecuentes y de diferentes tipos
dentro de las actividades culturales y de
entretenimiento que se llevaron a cabo entre
el hotel y el cine. Hubo presentaciones
de cortos, talleres (en especial uno dirigido
a los niños), charlas formativas
(otro para adolescentes), seminarios y claro
está filmaciones que iban desde cortos
publicitarios y series televisivas hasta
largometrajes como Whisky
(Juan Pablo Rebella, Pablo Stoll, 2004)
o el que comenzará a rodarse en noviembre
(Persona non grata) del
polaco Krzysztof Zanussi.
HECHO
EN URUGUAY
De no ser
por la televisión para abonados y
los circuitos culturales los cortometrajes
no tendrían la difusión que
se merecen. En esta muestra hubo varios
trabajos argentinos y uruguayos que fueron
exhibidos. De los que pudimos ver (o que
ya habíamos visto) sin dudas que
un punto muy alto lo constituyen los cortos
de la Escuela de Cine del Uruguay, con labores
como La carta de Gustavo
Hernández, Feeling Good
de Pedro Luque, el maduro y por momentos
experimental enfoque de un joven asfixiado
en La ventana, de Víctor
Vicente, aparte de otra como Un
instante, de Fabiana Lujambio,
que había integrado el largometraje
ECU: Nuevas miradas (exhibido
a fines del pasado año en circuito
comercial uruguayo) y que apela a la escasez
de diálogos y la memoria, con resultado
verdaderamente excelente, a propósito
de un encuentro casual en un ómnibus
y entre una joven y un hombre mayor. Hablando
de buenas ideas el joven Maximiliano Contenti
(el de Miedo) se despachó
con Mi domingo, creativa
y notable crónica en la vida de un
joven en su hogar y durante el día
del título. No menos valiosa fue
la visión de los alumnos de la Escuela
de Cine Dodecá en Jaula 8,
a propósito de jóvenes que
se van escapando de una clase liceal, mientras
otro intenta llegar en hora a la misma.

El rey del
viento
Lamentablemente no llegamos a ver Un
candombe para Doña Soledad
(al igual que La Cumparsita,
de Rosario Infantozzi; Vecinos,
de Mateo Gutiérrez; El mosquito,
de Rosana Ukmar, y Juez de línea,
de Pipe Durán) y que proviene del
Taller de Cine de Maldonado. El corto fue
dirigido por Laura González y cuenta
la historia entre un niño y una anciana
internada en un geriátrico.
Respecto a los largometrajes uruguayos hubo
un nivel muy sólido en general aunque
también con algunas polémicas
como las causadas por El rey del
viento, de Héctor Javier
Di Lavello, una película de corte
entre experimental y neorrealista, de marcadas
sensaciones individuales y colectivas, de
ficción y bastante autobiográfica,
que puede achacársele alguna extensión
(sobre todo en el comienzo y en el final)
pero que también es dueña
de algunos momentos de notable factura.
La búsqueda de seres queridos, voces
que buscan respuestas, imágenes que
rastrean presencias, una marcada veta religiosa,
viejos recuerdos registrados junto a familiares,
amigos y singulares personajes que se cruzan
por la calle y que a veces se funden con
paisajes urbanos, naturales, con el sonido
y el viento como principales protagonistas.
Una película distinta, que por ahí
no mereció tanta discusión
como la suscitada, y que incluso motivó
una intervención del propio Di Lavello
en una mesa redonda posterior aclarando
su razonable postura y debido a ciertas
reacciones por parte de algunos de los presentes
en la función.
A propósito
de esta película el director Di Lavello
expresó que El rey...
"es una película neorrealista
- moderna y de autor constituida de escenas
y hechos reales acerca de las casualidades
de la vida de una familia y de un país
con forma de corazón: Uruguay, que
con su estilo o forma de realización
(duración 90 minutos, blanco y negro,
representando un pasado futuro en un presente
decadente, con actores no profesionales
o profesionales interpretando un personaje
y actuando de sí mismos, filmada
en Handy, NTSC, foco automático,
sin trípode y editada en PC Pentium.
Pinacle DC 10. Pinacle System DV. 500, casi
sin cortes) tratará de despertar
la conciencia, no la inteligencia, del espectador
acerca de las tantas dificultades políticas,
económicas, sociales, morales y culturales
de nuestro país (2001-2003; época
de gran crisis económica, política,
social, moral y cultural en Uruguay) como
también acerca de las tantas dificultades
para la elaboración y exposición
de un proyecto de este tipo, valorizando
lo natural."

La Cumparsita: El
tango uruguayo
La Cumparsita: El tango uruguayo
fue otro de los trabajos nacionales que
se exhibieron; el documental de Darío
Medina indaga y con agudeza el origen del
considerado más famoso de los tangos
y también la vida del autor Gerardo
Matos Rodríguez, a través
de fotos, imágenes, documentos inéditos
y testimonios que denotan un exhaustivo
trabajo de investigación. Personalidades
que conocieron al autor, junto a familiares,
opiniones y análisis de especialistas
en la materia, y la idea de un profundo
seguimiento desde la propia creación
de "La Cumparsita" hasta la polémica
rioplatense por los derechos de autor. Una
obra sólida, por momentos reveladora
y bastante bien llevada por su realizador.
Otro de
los documentales que estuvo presente en
la muestra fue Palabras verdaderas
de Ricardo Casas (que ya había dirigido
Donde había la pureza implacable
del olvido, sobre Darnauchans);
estupenda labor sobre la vida y la prolífica
obra de Mario Benedetti, también
acompañada de numerosas personalidades
del quehacer artístico y cultural
uruguayo, apoyada, además, por un
valiosísimo material de archivo y
una mirada no exenta de calidez y hasta
cierta poesía visual, reforzada desde
la banda sonora y que a su vez va nutriéndose
de los ricos textos del autor; todo evocado
desde la mesa de un café.
Y siguiendo
con los buenos documentales Candombe
contó con la presentación
de su autor, Carlos Páez Vilaró,
y ante un salón colmado de público
y a poco de culminar la muestra. No es novedad
la tremenda afinidad y pasión de
Vilaró por la música del título
y todo lo que representa para la cultura
afrouruguaya. Y él mismo se encargó
de atestiguarlo a través de este
trabajo que se mete de forma entrañable
en ambientes, costumbres y personajes, dando
un espacio a inolvidables figuras que van
desde la fallecida Martha Gularte y llegan
hasta el más que considerable, sentido
y auténtico aporte de Lágrima
Ríos. Una obra que había sorprendido
durante su presentación en el pasado
Festival de Cine de Montevideo y que volvió
a recoger aplausos a casi 100 kilómetros
de distancia.
MADE IN ARGENTINA

Matanza
La mecha, de Raúl Perrone,
sigue el viaje de ida y vuelta de un anciano
desde su relativamente tranquilo hogar de
Ituzaingó hasta el ruido céntrico
de su localidad, donde se refleja un mundo
globalizado, una sociedad acelerada y rehén
de un sistema capitalista desalmado. El
protagonista es un hombre de principios,
seguro de sí mismo pero que cuando
sale es uno de los que perfectamente puede
caer víctima de las impredecibles
circunstancias de un contexto en descomposición.
Perrone marca las diferencias, a veces con
un sano humor y algo de ironía, entre
generaciones y tiempos que se han vivido,
manejándose entre la realidad y la
ficción al momento de filmar una
historia muy íntima y que forma parte
de un cine argentino inconformista, con
personalidad propia y que supo marcar, con
un estilo que coincide bastante con el de
los independientes norteamericanos de los
´80, un punto de quiebra durante la
pasada década.
También
proveniente de la vecina orilla, seleccionada
en varios festivales internacionales, se
presentó Matanza,
del Grupo 1º de mayo (por el día
en que empezaron a filmar sus integrantes:
Nicolás Batlle, Rubén Delgado,
Fernando Menéndez y Emiliano Penelas)
que durante cuatro años siguió
a una familia marginal en el barrio María
Elena del partido bonaerense de La Matanza.
Las duras peripecias que sus integrantes
(protagonistas e hilos conductores del documental)
tuvieron que pasar para lograr derechos
básicos también sirvieron
de base para reflejar un panorama devastador
y con estadísticas tan reveladoras
como alarmantes, que llevaron a la creación
del movimiento social piquetero. A medida
que se van dando situaciones particulares
pero representativas al fin de lo que es
la lucha obrera argentina, Matanza
se presenta como una crónica que
arranca con filmaciones de 1998 y cuyo desenlace
coincide prácticamente con la ebullición
en los históricos hechos suscitados
a partir del 19 de diciembre de 2001 en
Argentina y que terminaron con el mandato
de De La Rúa, ese mismo día
que el pueblo salió a la calle demostrando
que ya no aguantaba más. La clase
obrera y activista denuncia la corrupción
y las injusticias, mientras el Grupo 1º
de mayo arma una obra que recoge testimonios
en tiempo real, los alterna con otros aparecidos
en medios de comunicación e, ingeniosa
edición mediante, apunta a despertar
aún más la conciencia y la
reflexión del espectador. Hay un
ojo atento para registrar casos chocantes
pero reales al fin y que atañen a
la ingestión de gatos y culebras,
o bien muestran como un sueño imposible
el poder comer unas milanesas, o alimentarse
más de una vez al día. Todo
esto cuando el fenómeno piquetero
no repercutía tanto en la opinión
pública, y sin necesidad de ningún
afán sensacionalista sino con la
intención de mostrar lo que hay detrás
de los insistentes y difundidos cortes de
ruta, de seres tan humanos como los que
están por encima de la línea
de pobreza y que hasta son capaces de exigir
una rebaja en el pago de la luz antes de
terminar "colgándose" del
suministro.
Yo
no sé qué me han hecho tus
ojos
La reja, de Eduardo Spagnuollo,
plantea un singular drama ficticio durante
el estallido social de diciembre de 2001;
un mediometraje cuyo eje central es una
pareja, donde él decide protegerse
de los hipotéticos revoltosos que
se le puedan venir encima, mientras ella
observa atónita los hechos que se
transmiten por televisión, a la vez
que ayuda a un comedor barrial. La solidaridad,
la toma de conciencia por un lado, y la
exaltación digna de alguien que aspira
a un nivel social mayor, cerrando los ojos
ante una realidad durísima y que
no se puede esquivar, por otro, son los
ejes de un relato que logra sus tensas escenas
que llevan a la liberación pero también
al descontrol y la destrucción.
Otro de
los documentales que realmente gustó
fue Pepe Núñez: Luthier,
de Fermín Rivera y con fotografía
de Emiliano Penelas (co-director de Matanza).
La obra se centra en la actividad de un
hombre que habita una zona rural y vive
de la construcción de guitarras.
Y lo hace compaginando el carácter
paciente, artesanal, detallista, cuidadoso,
experiente y autodidacta de su oficio con
una entrañable mirada al lugar donde
vive, sus componentes humanos y naturales,
la familia, los amigos, las comidas y el
campo; todo formando parte de una entrañable
y por momentos nostálgica mirada
a un mundo aparte en el que lo bueno no
es solamente el instrumento que se fabrica.
En Dirigido
por..., de Rodolfo Durán,
se recogen testimonios de casi treinta realizadores,
de los más experientes a los más
jóvenes, todos con sus cosas para
decir sobre cómo es hacer cine en
Argentina, las visiones y los obstáculos
a través del tiempo. El trabajo está
dividido en varias etapas por donde desfilan
fragmentos de películas, conversaciones
y graciosas anécdotas de filmación,
sin olvidar al que está del otro
lado de la pantalla, el crítico y
el propio espectador. Un riguroso criterio
de selección de imágenes permite
ir entrelazando un abanico de opiniones
que perfectamente reflejan un vasto y claro
panorama del lugar donde se mueven los artistas
y también de sus respectivas filosofías
al momento de concebir y rodar.

Abre el Helvético
Lamentablemente no llegamos a ver una de
las consideradas mejores obras de la muestra
(y de los estrenos argentinos de 2003) titulada
Yo no sé qué me han
hecho tus ojos, de Sergio Wolf
y Lorena Muñoz, que fue de lo que
más llamó la atención,
a propósito de la mítica cantante
de tangos Ada Falcón, estrella de
los años ´20 y ´30. El
material fue definido como "una
apasionante pesquisa casi detectivesca y
en una reflexión sobre la pérdida
de la memoria y la necesaria recuperación
de un pasado que nos identifica."
Abre
el Helvético, con participación
especial de China Zorrilla, fue otra de
las películas presentadas que ya
había tenido su pasaje por una muestra
en Colonia. La dirección corrió
por cuenta del santafesino Juan Carlos Arch
y fue definida como "un documental
que registra con emoción, sinceridad,
pasión cinéfila y también
buen humor, el singular esfuerzo de los
habitantes de Nueva Helvecia, Departamento
de Colonia, por reabrir la única
sala de cine de la localidad."
Terminando
con las que nos quedaron en el tintero:
Balnearios, de Mariano
Llinás ("Ficción
y realidad se conjugan en este divertido,
satírico y original retrato del mundo
de los balnearios. Desde un viejo hotel
abandonado, hasta una localidad sumergida,
pasando por todo un catálogo sobre
los rituales de los veraneantes, el resultado
es tan sorprendente como disfrutable.");
El amor, primera parte,
de Alejandro Fadel, Martín Mauregui,
Santiago Mitre y Juan Schnitman ("Cuatro
historias románticas, a cargo de
jóvenes realizadores que exploran
con sensibilidad y agudeza el modo en que
personas de vienticinco años viven,
sufren y disfrutan el hecho de enamorarse.");
Esas cuatro notas, de Rafael
Filipelli (documental sobre el músico
Gerardo Gandini, "una pieza plena
de sugestión e inusual belleza, con
el marco misterioso del Teatro Colón
de Buenos Aires"); Mate
Cosido: El bandolero fantasma,
de Michelina Oviedo y sobre la leyenda de
un célebre bandido rural; Trawnco:
Reunidos junto al agua, de Marcelo
Tondato y premiada en el Festival Internacional
de Cine de Medio Ambiente en España;
y Final con foto, de Alberto
Yaccelini, que según se comentaba
fue lo mejor de la muestra. "El
peculiar universo de las cuadreras bonaerenses,
y en especial el de los fotógrafos
que siguiendo técnicas cinematográficas,
dictaminan el resultado de una carrera,
sirve presentar una visión diferente,
sutil, conmovedora y melancólica
del mundo de la hípica."
UN MARCO APARTE

Rodolfo Durán,
realizador de Dirigido por...
La mística del Hotel Argentino es
única, la misma que transmite un
balneario como Piriápolis, inclusive
en pleno invierno. El temporal que estuvo
latente en la zona Sur y Este de Uruguay
durante ese fin de semana no fue obstáculo
para la numerosa concurrencia que se dio
cita en el Salón Dorado del Hotel,
incluyendo varios turistas de distintos
departamentos y en especial desde Argentina.
Las exhibiciones fueron realizadas en formato
digital y con entrada libre para todo público.
Dentro de
las distintas actividades tuvo lugar una
mesa redonda con representantes del INA
y el INCAA, la presentación de Sergio
Renán con motivo del trigésimo
aniversario de La tregua
(sobre Benedetti), la ya mencionada de Páez
Vilaró, a propósito de Candombe,
y también la de Juan Pablo Rebella,
corealizador de Whisky,
mostrando algunos minutos del backstage
de la filmación, parte de la cual
había tenido lugar en el propio Argentino
Hotel.
También
hubo otra reunión, esta vez apuntando
a las perspectivas y desafíos para
el cine del MERCOSUR junto a realizadores
rioplatenses y en donde estuvieron presentes
Emiliano Penelas, Rodolfo Durán,
Eduardo Spagnuollo, Ricardo Casas, Juan
Carlos Arch, Sergio Miranda (director de
la Escuela de Cine del Uruguay), Rosario
Infantozzi (sobrina nieta de Mattos Rodríguez,
quien había presentado su corto de
ficción La Cumparsita),
Héctor DiLavello, Mariano Llinás,
Juan Pablo Rebella, aparte de integrantes
de la Asociación de Críticos
de Cine, prensa especializada y algunos
más que probablemente se nos escapen
de la memoria.
El evento
valió la pena, estuvo muy bien organizado
y contó con una amable y respetuosa
atención para con los periodistas
y artistas presentes en el lugar, por parte
de los encargados culturales, de prensa
y relaciones públicas del hotel,
midiendo a todos con la misma vara y sin
discriminación por importancia de
medios. Vayan nuestras felicitaciones por
tan correcta y sensata actitud. |