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Se estrena Reencarnación, con Nicole Kidman
MISTERIOSA OBSESIÓN

por Alejandro Yamgotchian (agosto, 2005)




Nicole Kidman y una gran actuación para Reencarnación







El viernes 12 de agosto se estrena en Montevideo Reencarnación, film dirigido por el inglés Jonathan Glazer y en cuyo elenco figuran, entre otros, Nicole Kidman, Anne Heche y Lauren Bacall. Cabe señalar que uno de los guionistas es nada menos que el francés Jean-Claude Carrière, destacado libretista de Buñuel y que ha trabajado para otros maestros del cine (como Godard y Wajda) e importantes realizadores (Jesús Franco, Nagisa Oshima, Milos Forman, Héctor Babenco, Wayne Wang, Philip Kaufman). La primera particularidad de la película es que no se mete con el tema del título ni se vuelca hacia un costado fantástico. La segunda es que, más allá de que se está ante un guión original, este caso ocurrió en la vida real pero la mujer que lo vivió no tuvo explicación alguna para dar.


RECONSTRUCCIÓN DE UN AMOR

En principio puede parecer una película más dentro de la prolífica carrera de Nicole Kidman; quizá hasta un nuevo vehículo para ella. Pero en varias ocasiones ha sido dirigida y le ha tocado interpretar papeles donde los nombres detrás de cámaras contribuyen notoriamente para que logre explotar sus buenas dotes actorales. Si pensamos en casos como Terror a bordo (de Phillip Noyce), Mi vida (de un realizador al que se debería mirar con mucha más atención: Bruce Joel Rubin), Retrato de una dama (de su descubridora Jane Campion), Ojos bien cerrados (de Stanley Kubrick), Las horas (con maquillaje y Oscar incluido), y especialmente en Todo por un sueño (de Gus Van Sant) y Los otros (del chileno Alejandro Amenábar) ese rostro entre de piedra y algo inexpresivo que ha aflorado en otras labores que hizo para la industria queda relegado con bastante facilidad.

Esta nueva película del joven inglés Jonathan Glazer, que difiere bastante en cuanto al tono de su elogiado thriller gangsteril (casi de culto) Bestia salvaje (que en Estados Unidos tuvo una muy limitada distribución y que en Uruguay se estrenó directamente en video), plantea el caso de una joven viuda (Kidman) a punto de contraer un nuevo matrimonio aunque desestabilizada psicológicamente desde el momento en que un niño de diez años aparece en escena y dice ser la reencarnación de su fallecido marido. De ahí en más las apariencias van dejando paso a una serie de situaciones que despiertan la curiosidad, la duda y la ansiedad de la protagonista, mientras varios de sus allegados le restan importancia a un caso que va cobrando cada vez más notoriedad.

Cabe señalar que una vez presentada Reencarnación en el Festival de Venecia comenzó a ser tildada de controversial en varios medios ingleses y norteamericanos, por un par de escenas que atañen a la protagonista y el niño que la acompaña; en la primera se besan y en la segunda se bañan juntos.


RUMBO A LO DESCONOCIDO


A diferencia de lo que se pueda pensar ésta es una historia más bien romántica, un drama romántico impulsado por lo inexplicable y centrado en la perspectiva de una mujer muy segura de sí misma pero cuyas creencias empiezan a tambalear a partir de algo, más que imprevisto, imposible. Ese nuevo universo le proporciona inseguridades y a la vez tentaciones ante la posibilidad de sentir (más que ver) a una persona fallecida una década atrás, a quien creía sepultada en el pasado y que ahora podría volver a estar con ella.


La película cuenta con una narración lineal aunque no tan convencional que es acompañada por una oportuna y variada banda sonora, silencios, una fotografía por lo general opaca y con escaso brillo, más bien a tono con lo que pasa por el interior de esa mujer que parece estar viviendo dentro de un contexto alegórico que le deparará muchas interrogantes. El ambiente en que se mueve está poblado por seres de estilo aristocrático donde ella aparece como cada vez más desencajada, mientras los exteriores de Nueva York no se concentran en ese espíritu urbano sino en las penumbras, más bien en espacios verdes y calmos. Hay muy buenos momentos en la película, en lo que respecta a planos simbólicos y a esa faceta trágica que inexorablemente va adquiriendo, muy especialmente en los segundos finales. Ni qué hablar de esa larga toma del comienzo, que recuerda de inmediato a las del fallecido Stanley Kubrick.

El tema de la reencarnación prácticamente ni se toca; no hay un abordaje que haga escala en explicaciones y fenómenos sino en prolongaciones simbólicas que sintonizan con un personaje principal necesitado de creer para aliviar el dolor, de revitalizarse de una buena vez. La óptica de Glazer y sus guionistas, por su parte, se va centrando cada vez más en la parte humana y no en lo sobrenatural, sin necesidad de apelar tanto a diálogos. Aquí es fundamental el trabajo de cámara, que invita al espectador a ser parte de la intriga y que trata de explorar con el interior del personaje de Kidman (en otra notable actuación, donde se pasea con altitud a través de varios estados psicológicos) a partir del frecuente uso de primeros planos.


COCINANDO LA HISTORIA


Jonathan Glazer




Todo es por amor en Reencarnación y hasta las actitudes de una resentida amante del fallecido pueden pasar casi inadvertidas en la historia, más allá de las consecuencias que pudo haber tenido, ya que el objetivo de Glazer son los sentimientos, la posibilidad de que la protagonista pueda volver con su amado, por encima de cualquier cosa que haya ocurrido en el pasado. El escepticismo del personaje de Kidman va quedando relegado a medida que hay pruebas cada vez más contundentes de que el niño tiene razón en lo que afirma.

"No soy budista ni tampoco creo en la reencarnación. La película tampoco es sobre eso. Desde que estaba en la cocina de mi casa y se me ocurrió la idea no pensé en otra cosa que en una historia de amor eterno cuyo eje central fueran los enigmas del corazón.", afirmó Jonathan Glazer. Respecto a las dos escenas que han despertado polémicas Glazer sostuvo que "no era mi intención hacer algo erótico o sensacionalista".

El colibretista Jean-Claude Carrière, que trabajó en la historia original pero básicamente supervisó el guión, curiosamente posee grandes conocimientos en el tema de la reencarnación, ha colaborado en libros vinculados al budismo, y hace poco ha publicado una obra relacionada a la India, país al que viajó en varias oportunidades. Milo Addica, por su parte, había estado en el guión de Cambio de vida (2001) de Marc Forster.


Actualmente Glazer se encuentra rodando Caos, remake de un thriller japonés homónimo dirigido por Hideo Nakata en 1999, donde un secuestrador queda desconcertado al descubrir que su víctima (la esposa de un poderoso empresario) fue asesinada. Cuando intenta volver a su vida normal descubre impactado a la mujer caminando por la calle. En el rol principal estará Robert De Niro.

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