
Doom: La puerta
del infierno
Al leer esta reseña, muchos no podrán
evitar pensar que la misma es una de las
pocas que defiende una película que
ha sido realmente vapuleada por la crítica
nacional e internacional. Sin embargo, el
enfoque aquí es distinto al probablemente
empleado por los diversos críticos,
ya que se comparará la película
con el juego, casi evitando por completo
el hecho de ver al film como una estructura
independiente del videogame.
Para empezar, hay que quebrar una lanza
por el largometraje, salvándolo de
comentarios que lo acusan de "no
tener prácticamente argumento".
Para muchas personas ajenas al mundo de
los videojuegos y que aún así
vieron esta película, esto será
más que cierto, pero es preciso destacar
(sin menospreciar al juego de ninguna manera)
que la base que tiene el film es también
un videogame simple, sin demasiada premisa
aparte de la de "si respira, mátenlo".
Otro punto a destacar es que existen tres
"dooms" diferentes; el primero
de ellos liberado al mercado en 1993, que
pasó rápidamente a ser un
revolucionario juego para PC. Presentando
gráficos innovadores para la época
(aunque siempre teniendo en cuenta que un
año antes había salido un
juego de características similares,
el Wolfenstein), situó
al jugador en una nueva posición;
la llamada "primera persona",
ya que vemos todo a través de un
YO, o sea, los ojos del propio héroe.
Miles de hogares tuvieron este juego, caracterizado
por su violencia, armas extraordinarias
y, como dijimos antes, poca trama (por no
decir nula).
El Doom 2 salió
poco tiempo después que el primero
(más precisamente en 1994), presentando
muy pocas variaciones en lo que se refiere
a gráficos, monstruos, armas y ni
hablar de trama. El jugador podía
llegar a deducir que el planeta en que se
situaban los juegos no era la Tierra, aunque
los escenarios transcurrían todos
dentro de enormes instalaciones copadas
de monstruos, lo cual no dejaba adivinar
demasiado la ubicación de la misma.
Luego del lanzamiento del Doom 2,
muchos fueron los juegos que decidieron
"copiar" al mismo, o sea, videojuegos
basados en historias débiles y violentas,
surgiendo uno de los competidores más
importantes de la saga Doom,
que sería el mundialmente reconocido
Quake (1996).
 |
 |
Comparación
entre la visión en primera
persona de la película y
el Doom 1
|
Después
de algunos años de ausencia del Doom,
y pasando el mismo a la historia debido
a los increíbles avances tecnológicos
en el área de los juegos electrónicos,
regresa en el año 2004, con su Doom
3. La película está
basada en este último, desde la historia
hasta los monstruos.
En primer lugar, el film lanza varias "guiñadas"
al público más perspicaz;
todas relacionadas con el hecho de que el
mismo está basado en un juego. La
mayoría de ellas no son captadas
por la traducción, pero un oído
afinado alcanzará para detectar las
continuas frases que hacen referencia a
esto, siendo la primera de ellas "We
have a GAME", cuando el grupo
de comandos es llamado a la acción.
La traducción de dicha escena es
"Tenemos una misión", lo
que no es incorrecto, aunque pierde el sentido
original de la misma. Estas frases se repiten
durante la hora y media que dura la película,
así como otros detalles que enumeraremos
más adelante.
Probablemente la escena más apaleada
por la crítica sea la que la cámara
se sitúa en primera persona, pero
es justamente en esa parte del film que
el fanático del videogame puede sentir
que se ha hecho un buen trabajo. En primer
lugar, la música de fondo de esa
escena (rock pesado) es la misma música
del juego para PC (Doom 3),
y a su vez, el arma es casi idéntica
a la utilizada en el mismo. Incluso la forma
de disparar del soldado es similar a la
que alguien usaría con el fin de
que no se le acaben las balas en el juego.
Luego, cuando
enfrenta al demonio de la silla de ruedas,
llamado en el juego "Pinky Demon",
se puede apreciar un excelentísimo
trabajo de traslación del videojuego
a la película, realmente fascinante,
así como el uso de la motosierra
recuerda aquel antiguo Doom 1
para sistema MS-DOS.
Habiendo recogido la opinión de varias
personas al abandonar la sala, se puede
afirmar que la escena en primera persona
fue un éxito para el público,
y que en este caso la crítica no
fue un reflejo del público común.
Por otro
lado, sí existen fallas de la película,
al momento de compararla con su fuente de
surgimiento. Cuando uno entra en la sala,
espera ver un desfile de brutales monstruos
que saldrán de cada rincón
oscuro. Sin embargo, para lo corto que es
el film, la variedad de monstruos en cuanto
a la acción física es poca,
muy poca. Existe una realidad inevitable
incluso para las cintas de terror, que es
la de que "un monstruo que lanza fuego
de las manos es poco convincente",
sin importar los efectos utilizados. A pesar
de ser esto verdad, en la película
no vemos la variedad que siempre caracterizó
a este tipo de juegos; tan solo podemos
ver a "Pinky Demon", los científicos
en las primeras etapas de mutación,
los científicos mutados (todos muy
similares) y al protagonista "The Rock"
mutando; todos ellos distanciados por grandes
diálogos muy poco necesarios para
lo que la obra busca. Podría habérsele
dado una mayor variedad a los mutantes,
aunque es verdad que ello traería
un mayor costo.
Lo anteriormente mencionado sucede también
con las armas en el film, aunque aquellas
que aparecen, realmente logran la transición
del juego al cine con maestría.
Pero la
película ha sido condenada por el
propio origen de la misma. Está claro
que no estamos frente a una posible ganadora
del Oscar, ni siquiera frente a un film
para el recuerdo, pero en estos tiempos
donde el dinero y los efectos son lo que
dan valor a un film, Doom
cumple con lo suyo; llevar a la pantalla
grande un juego de una manera mucho mejor
que lo que otras películas pudieron
hacerlo. Al entrar a la sala uno sabe lo
que va a ver, una cinta regular, pero que
no puede pedírsele más que
eso, e incluso sería injusto hacerlo.
No hay duda que para más de uno ésta
será la película que lo acercará
al juego.
 |
 |
 |
|
BFG
900 en el Doom 3 |
BFG
900 en la película |
Como recomendación,
quien quiera exponerse una hora y media
de acción, efectos y algún
sobresalto, para luego salir y comentar
durante cinco minutos lo que vio y seguir
con su vida, que vaya a ver Doom.
Lo mismo con los fanáticos, pero
si apuntan a contenido, debates de temas
intrincados o una película que no
los deje dormir, vean otra cosa. |