
                                        Título original: Lord 
                                        of the Rings: Return of the King
                                        País y año de producción: 
                                        Estados Unidos / Nueva Zelanda
                                        Dirección: Peter 
                                        Jackson
                                        Guión: Peter Jackson, 
                                        Philippa Boyens, Frances Walsh, basado 
                                        en la novela homónima de J. R. 
                                        R. Tolkien
                                        Con: Elijah Wood, Viggo 
                                        Mortensen, Cate Blanchett
                                        Duración: 201 
                                        minutos
                                        Calificación: 
                                        No apta para menores de 12 años
                                        Género: Acción 
                                        / Aventura / Fantástico
                                        Sitio Web: http://www.lordoftherings.net/ 
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        Reseña argumental: 
                                      "Además de las grandes 
                                        batallas, están las historias íntimas, 
                                        la historia emocional, y es ahí 
                                        en donde la mayor parte del poder de El 
                                        Retorno del Rey se encuentra." 
                                      
                                      Productor/Director/Co-escritor Peter 
                                        Jackson (responsable también de 
                                        Mal gusto, Braindead 
                                        y Criaturas celestiales, 
                                        entre otras)
                                        
                                      
                                      La travesía de la Comunidad llega 
                                        a su fin. Las fuerzas de Señor 
                                        Oscuro Sauron han atacado la capital de 
                                        Gondor, Minas Tirith, en su última 
                                        batalla contra la humanidad. El que una 
                                        vez fuera un gran reinado nunca había 
                                        estado tan desesperado y necesitado de 
                                        su rey. Pero, ¿tendrá Aragorn 
                                        la fortaleza de ser lo que nació 
                                        para ser y se levantará para encontrar 
                                        su destino? 
                                        
                                        
                                        Mientras Gandalf desesperadamente intenta 
                                        mover las rotas fuerzas de Gondor para 
                                        actuar, Théoden reúne a 
                                        los guerreros de Rohan (El País 
                                        de los Caballos) para que peleen en la 
                                        batalla. Aún en su valiente y apasionada 
                                        lealtad, las fuerzas de los hombres - 
                                        con Éowyn y Merry escondidos entre 
                                        ellos - no pueden ganarle a las legiones 
                                        de enemigos que llueven en el reino.
                                        
                                        
                                        Con cada victoria llega el gran sacrificio. 
                                        A pesar de sus grandes pérdidas, 
                                        La Comunidad avanza hacia la mayor batalla 
                                        de su vida, unidos por una meta en común, 
                                        mantener distraído a Señor 
                                        Oscuro Sauron y darle a Frodo la oportunidad 
                                        de finalizar su búsqueda. 
                                        
                                        
                                        Viajando a través de traicioneras 
                                        tierras enemigas, Frodo debe confiar en 
                                        Sam y Gollum ya que El Anillo Único 
                                        sigue probando su alianza y por último, 
                                        su humanidad. 
                                      
                                        
                                        HABLA EL DIRECTOR
                                        
                                        
                                        En los últimos siete años 
                                        mi vida se basó en escribir, dirigir 
                                        y producir la trilogía de El Señor 
                                        de los Anillos. Ha sido una travesía 
                                        exhaustiva, parecida a la de nuestros 
                                        protagonistas de ficción, Frodo 
                                        y Sam; no dormimos mucho, no tuvimos tiempo 
                                        para llevar una vida normal y hubo días 
                                        en que todos nos preguntamos si llegaríamos 
                                        al final. 
                                      Dos años de pre producción 
                                        fueron seguidos de 274 días de 
                                        producción principal, a los cuales 
                                        le siguieron tres años de post 
                                        producción. Cada paso del proceso 
                                        de hacer estas películas presentó 
                                        desafíos únicos; recuerdo 
                                        preguntándome a mí mismo, 
                                        cuando las cosas se ponían especialmente 
                                        difíciles, ¿preferiría 
                                        hacer otra cosa que no fuera El Señor 
                                        de los Anillos? 
                                        
                                        
                                        Y la respuesta siempre fue no. 
                                        
                                        
                                        Esto es porque tuve la suerte de trabajar 
                                        con el más talentoso elenco y los 
                                        mejores realizadores que cualquier director 
                                        pudiera soñar, en todo el mundo. 
                                        A lo largo de los días de producción 
                                        era obvio que todos teníamos algo 
                                        en común: un enorme amor hacia 
                                        los libros, lo que resultó en comprometernos 
                                        a hacer lo mejor en estas películas. 
                                        Siempre le estaré agradecido a 
                                        New Line Cinema por darme la oportunidad 
                                        de llevar mi versión de El Señor 
                                        de los Anillos a la pantalla. 
                                      El Profesor Tolkien observó una 
                                        vez que "el plato de sopa, el caldero 
                                        de la historia, siempre ha estado hirviendo, 
                                        y a eso se le agregaron continuamente 
                                        pequeñas cosas, deliciosas y no 
                                        tanto."
                                      Estoy feliz al dejar estas películas 
                                        en el mundo y que ellas se conviertan 
                                        en lo que esta generación, o generaciones 
                                        futuras hagan de ellas. Ya sea que mi 
                                        contribución sea juzgada "deliciosa 
                                        o no tanto", la contribución 
                                        fue realizada. 
                                      La trilogía está ahora 
                                        fuera de mis manos y en las manos de aquellos 
                                        para los cuales se hicieron estas películas; 
                                        la gente que ama estos libros y que siempre 
                                        ha amado el cine.
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        UN CIERRE 
                                        COLOSAL
                                        
                                        
                                        Años de esfuerzo y dedicación 
                                        por una verdadera causa: contemplar las 
                                        expectativas de millones de fanáticos 
                                        por ver bien representada la saga de Tolkien 
                                        en pantalla grande. También están 
                                        los críticos, la gente que no está 
                                        muy a tono con la obra de El Señor 
                                        de los Anillos y por supuesto Peter Jackson 
                                        mismo, jugándose su carrera a pleno 
                                        y con cientos de millones de dólares 
                                        invertidos por los estudios. Y todos reconocieron 
                                        los méritos que se vieron en casi 
                                        diez horas de cine. La tarea no fue nada 
                                        fácil para el equipo de filmación. 
                                        Pero el resultado bien vale la pena, ya 
                                        sea desde el punto de vista artístico, 
                                        con numerosas nominaciones y varios premios 
                                        Oscar en su haber, a modo de ejemplo, 
                                        y económico, con resultados mundialmente 
                                        históricos en lo que respecta a 
                                        la taquilla.
                                        
                                        
                                        El talento del neocelandés Peter 
                                        Jackson no es nada nuevo. Mucho antes 
                                        de esta saga de El Señor de los 
                                        Anillos el hombre había demostrado 
                                        ideas algo creativas y con mucho humor 
                                        negro para trabajos como Mal gusto 
                                        (1988), una comedia absolutamente gore 
                                        con extraterrestres que venían 
                                        a comernos, Meet the Feebles 
                                        (1989), parodia bastante particular a 
                                        los famosos Muppets, y especialmente la 
                                        desenfrenada y sangrienta Braindead 
                                        (1992), con salvajes zombies y para todos 
                                        los gustos. A eso habría que sumarle 
                                        la sorpresa que causó Criaturas 
                                        celestiales (1994) , 
                                        donde además ya se notaba una gran 
                                        veta de madurez en su labor, a propósito 
                                        del caso real de dos adolescentes demasiado 
                                        amigas que asesinan a la madre de una 
                                        de ellas. 
                                        
                                        
                                        Curiosamente Jackson recibió su 
                                        primera nominación al Oscar como 
                                        guionista por esta estupenda y muy imaginativa 
                                        labor, algo que luego repetiría 
                                        al llevar la popular trilogía del 
                                        escritor Tolkien al cine. Criaturas 
                                        celestiales le permitió 
                                        a su realizador ponerse en el ojo de la 
                                        crítica "seria", cuando 
                                        antes no eran pocos los críticos 
                                        que lo odiaban. Ni qué hablar que, 
                                        luego del discreto aunque divertido asunto 
                                        de fantasmas The Frighteners 
                                        (1996), Jackson pasaría a la historia 
                                        y no solo del cine.
                                        
                                        
                                        No es tarea fácil lo que hizo después; 
                                        la trilogía El Señor de 
                                        los Anillos logró la aprobación 
                                        de todos los seguidores de Tolkien, en 
                                        cuanto a la fidelidad al texto literario 
                                        que hubo, desde el manejo de temas tan 
                                        conocidos como el enfrentamiento entre 
                                        el Bien y el Mal, la gama de valores humanos 
                                        que del mismo se desprende, hasta detalles 
                                        vinculados a la cultura de las propias 
                                        comunidades y los personajes que la integran. 
                                        Es muy tentador globalizar un análisis 
                                        en las tres partes, sin hacer especial 
                                        hincapié en esta El retorno 
                                        del Rey, con serias chances de 
                                        llevarse el Oscar 2003 en varios rubros, 
                                        incluyendo película, director y 
                                        guión adaptado, entre otros.
                                        
                                        
                                        Y es que esta tercera parte no deja indiferente 
                                        a nadie, igual que las anteriores. Aquí, 
                                        claro, se resuelve todo y, por supuesto, 
                                        se desencadenan las más grandes 
                                        y espectaculares batallas. Todo brillantemente 
                                        filmado, aunque no así tan bien 
                                        montado, sobre todo en las escenas de 
                                        pelea donde la cámara se acerca 
                                        a los actores y extras. Esto ha sido una 
                                        constante en las tres partes; el montaje 
                                        es muy ágil pero muchas veces no 
                                        deja ver la acción de lucha completa 
                                        en la toma. Vaya uno a saber si es por 
                                        la censura o para no mostrar sangre; en 
                                        realidad no se vio casi nada (alguna que 
                                        otra gotita, sí) en toda la trilogía, 
                                        algo paradójico para aquel Jackson 
                                        de sus comienzos en el cine. El solo hecho 
                                        de dejar unas pocas milésimas más 
                                        de segundo podría haber mejorado 
                                        la cosa, y si no véase, a modo 
                                        de muy reciente ejemplo, lo bien que está 
                                        hecho eso en El último 
                                        samurai (Edward Zwick, 2003).
                                        
                                        
                                        El resto es todo de impecable factura 
                                        técnica y criterio cinematográfico; 
                                        algo que llevaría bastante en analizar 
                                        pero que salta a simple vista en la pantalla, 
                                        gentileza del ingenio de Peter Jackson, 
                                        ya consagrado como un gran realizador, 
                                        y también de los encargados de 
                                        efectos especiales neocelandeses, que 
                                        nada tendrían que envidiar a sus 
                                        colegas norteamericanos. Eso sí; 
                                        el guión peca de algunos alargues 
                                        innecesarios, cerca del final, y que le 
                                        podrían haber ahorrado unos minutos, 
                                        por qué no, para meter las escenas 
                                        filmadas y posteriormente eliminadas del 
                                        malvado y fascinante personaje encarnado 
                                        por nada menos que Christopher Lee. 
                                        
                                        
                                        De todas maneras, la trilogía ha 
                                        pasado a la historia del mejor cine; eso 
                                        está muy claro.