
Título original: Hollywood
Ending
País y año de producción:
Estados Unidos, 2002
Dirección: Woody
Allen
Guión: Woody Allen
Con: Woody Allen, Téa
Leoni, Mark Rydell
Duración: 112
minutos
Calificación:
Apta para todo público
Género: Comedia
/ Drama
Sitio Web: http://www.dreamworks.com/hollywoodending/
Reseña argumental:
Un director de cine en decadencia es contratado
para hacer una película protagonizada
por su ex esposa y producida por el actual
amante de ella y dueño del estudio.
Val Waxman (Woody Allen) necesita una
buena película para rehacer su
declinante carrera, pero al iniciar el
rodaje será afectado por una ceguera
sicosomática, que sin embargo no
le impedirá seguir con sus planes.
Allen es conocido por brillantes trabajos
como El dormilón
(1973), Manhattan (1979)
y La otra mujer (1988).
DE TAQUITO
No es que se esté volviendo algo
preocupante pero sabido es que Woody Allen
ya no es el mismo de antes o quizá
no quiera serlo y prefiera dirigir apoyado
con un codo en el mostrador o bien no
pensar mucho y confiar en su natural talento,
que siempre aparece, año a año,
aunque con ciertas reiteraciones que hasta
a veces pueden llegar a cansar un poco.
Su personaje neurótico es el que
casi siempre ha imperado en las comedias
donde actuó y aquí vuelve
con la misma receta, con distintos actores,
situaciones reideras y con un guión
que dispara esta vez hacia el mecanismo
de la industria cinematográfica
y despliega ironías varias en cuanto
a los componentes del negocio y del propio
mundillo del cine.
El buen humor está presente, por
supuesto, pero esa ceguera psicosomática
que invade a su personaje se convierte
en algo muy insistente, a medida que transcurren
los minutos, del mismo modo que las situaciones
supuestamente cómicas, que comienzan
a aburrir, más cuando los apuntes
respecto a algunos personajes no logran
un desarrollo convincente, sobre todo
tan profundo, incisivo, mordaz.
La mirada de los otros entretiene,
sí, pero no con el brillo de otros
antecedentes de Allen, quien incluso en
Celebrity (1995), una
de las mejores y quizá menos comentadas
labores suyas de la década pasada,
llegó a tocar un tema parecido
pero con un vuelo mucho mayor, incluso
con alguna pincelada tímidamente
dramática, terreno en el que Woody,
más allá de su inspiración
en Bergman, se defiende y con creces.
De todas maneras películas como
éstas siempre son bienvenidas,
más cuando se trata de un talento
por ahí reiterativo pero que jamás
deja de estar vigente.