
Título original: Sen to Chihiro no kamikakushi /
Spirited Away
País y año de producción:
Estados Unidos / Japón, 2001
Dirección: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki, con adaptación
(a mercado norteamericano) de Cindy Davis Hewitt y Donald H. Hewitt
Duración: 125 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Animé / Animación
Sitio Web: http://bventertainment.go.com/movies/spiritedaway/index.html
Reseña argumental:
Ambientada en el Japón rural, el film se inicia cuando Chihiro
(la niña de diez años) está buscando junto
a sus padres su nuevo hogar en los suburbios. Habiendo equivocado
el camino, la familia llega a un lugar que creen un parque de diversiones
abandonado. Los padres de Chihiro son pronto tentados por un kiosco
de comida irresistible, la cual casi los consume a medida que ellos
la consumen. Pronto se transforman en unos gritones cochinillos.
Cuando Chihiro busca ayuda, encuentra
a un amigo en Haku, un niño misterioso con mágicos
poderes. Él la presenta a los espíritus que habitan
el parque de diversiones por la noche. Chihiro debe de ir a trabajar
para Yubaba, una fiera viejita con una tremenda cabeza y un cuerpo
pequeño, que maneja un hotel de fuentes termales para criaturas
fantásticas y dioses de todas las formas. Su experiencia
con estos espíritus, monstruos y seres de antiguas leyendas
la llevan a una serie de extraordinarias y entretenidas aventuras,
más allá de su más increíble imaginación.
Curiosidades:
La obra de Miyazaki (otro de los grandes autores de cine fantástico
desconocido en Uruguay y que perfectamente se podía haber
dado a conocer desde hace un buen tiempo a esta parte) ya venía
siendo seguida en Estados Unidos (Kiki´s Delivery
Service, Princess Mononoke), aunque jamás
se compara al éxito de crítica y público de
esta cinta (también del estudio Ghibli), ganadora del Oscar
a Mejor Animación de 2002 (año en que se estrenó
en el país del Norte) que también hace honor a su
larga y rica carrera.
La gente llama a Miyazaki el "Walt
Disney japonés" aunque él odia que lo tilden
de esa manera.
La película ya había
hecho 200 millones de dólares antes
de su estreno en Estados Unidos (un año
después de ser producida) y actualmente
es la película japonesa que más
dinero ha recaudado en la historia del cine
y en todo el mundo.
OTROS SON LOS
DIBUJOS
Podría decirse que esta es una de
las tantas maneras de realizar un buen dibujo
animado, o mejor dicho, una de las tantas
que el espectador occidental tiene de escapar
a los tradicionales productos adocenados
norteamericanos, siempre hablando de los
últimos y mediocres años.
Por suerte, esta película ganó
el Oscar a Mejor Film Animado de 2002 (fue
producida en 2001, en realidad, pero estrenada
en Estados Unidos durante 2002), ya que
si no quién sabe si hubiera llegado
a ser distribuida por Buena Vista. Claro
que la gran cantidad de dinero que venía
recaudando antes de la ceremonia de las
codiciadas (y en este caso justas) estatuillas
era motivo suficiente como para que se probara
suerte con la cinta en otros países
del mundo.
Y ojo que aquí no hay que hablar
de cosas extraordinarias sino de animación
hecha para público en general, sin
netas ansias de marketing y pensando
en la película mucho más como
obra artística en sí que como
material a vender. El viaje de Chihiro
no es una animación estrictamente
para niños y de esas que generalmente
invaden los medios de comunicación.
Es un dibujo diferente, obvio, si tenemos
en cuenta el mediocre bombardeo de productos
que llegan desde arriba, ya sea a través
de la televisión para abonados o
el mismo cine. Y es también un descubrimiento
para Uruguay de Hayao Miyazaki (aunque de
él ya se había visto algo
en una de las pasadas ediciones de "Divercine"),
un veterano maestro de la animación
nipona que ya venía haciendo (e insistiendo)
con historias e intenciones muy parecidas
a las que se ven en esta cinta.
Hay toda una gama de valores humanos, de
costumbres culturales y de gran inventiva
visual realmente atrapante, seductora. Y
no es tan necesario detallarla sino resaltar
el hecho de su inserción dentro de
una historia animada encantadora, que no
escatima en acciones riesgosas, sean para
los personajes que sean. En el estilo del
mejor anime El viaje de
Chihiro es una fábula ejemplar,
desde el evidente impacto que deja en el
espectador (niño, adulto, el que
sea) hasta cómo se va desenvolviendo,
con parsimonia y mucho esplendor, con una
poesía de inusitado vuelo y belleza,
con escasos pero movidos pasajes de acción,
con pequeñas explosiones sentimentales,
sumamente envolventes, insólitas
para ese público acostumbrado a ver
mamarrachos de occidente.
Lástima que en Uruguay fuera estrenada
solo en horarios vespertinos y no nocturnos,
aunque bien se sabe que los prejuicios aquí
siguen a la órden del día
y, por más que se hubiera exhibido
durante la noche, no serían pocos
los que la hubieran descartado. El
viaje de Chihiro fue merecida ganadora
del Oscar (y por goleada) en su rubro y
constituye un aporte fundamental para que
en el futuro la distribución trasnacional
se anime a traer más trabajos, formidables,
como éste.
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