
Título original: Vozvrashcheniye
País y año de producción:
Rusia, 2003
Dirección: Andrei
Zvyagintsev
Guión: Vladimir
Moiseyenko, Aleksandr Novototsky
Con: Vladimir Garin,
Iván Dobronravov, Konstantin Lovronenko,
Natalia Vdovina, Galina Petrova
Duración: 105
minutos
Calificación:
No apta para menores de 12 años
Género: Drama
Sitio Web: http://eneccine.com/prensa.asp?ID=elregreso
Reseña argumental: La
vida de dos jóvenes se ve abruptamente
conmocionada por la aparición de
su padre, de quien sólo tenían
memoria gracias a una vieja foto de un
niño de 10 años. ¿Es
realmente su padre? ¿Por qué
ha retornado luego de tantos años
de ausencia? Los niños encontrarán
las respuestas en una remota y desolada
isla, viajando junto a quien transformará
sus vidas por completo.
CON LA ESENCIA DE UNA OBRA MAESTRA

Vladimir Garin,
el actor de El regreso
que falleció poco después
del rodaje.
Tuvo su pasaje por el reciente XXIII Festival
Internacional Cinematográfico del
Uruguay, organizado por Cinemateca, ha
cosechado ya varios premios en festivales
europeos y asiáticos, y constituye
el debut del director ruso Andrei Zvyagintsev.
La película se titula El
regreso y toma lugar en un pequeño
pueblo de Rusia, además de otras
zonas rurales.
Todo parece ir en orden en la familia,
compuesta por la abuela, la madre y sus
dos hijos menores, hasta que vuelve el
padre, que tiempo atrás los había
abandonado. Esa vuelta es sorpresiva y
se proyecta en el relato a través
de un viaje que el hombre luego hace con
los niños, llegando a una lejana
isla donde muchas cosas se desencadenarán.
Pero esto no es todo, ya que el carácter
especial del padre refleja un pasado donde
las cosas no estaban bien y un presente
que lo tiene absolutamente en el olvido.
La película no se caracteriza
por dar explicaciones o indagar en antecedentes,
trasladando el enigma a los dos hermanos,
cuyos comportamientos, de alguna manera,
forman el eje central de la obra. El
regreso, sin dudas, está
entre las más grandes labores del
cine ruso de los últimos años,
aunque es bueno señalar que lamentablemente
no se tiene acceso a todo lo valioso que
en ese país se produce, salvo por
algunas compañías trasnacionales,
en general, que logran conseguir distribución
en numerosos países del mundo,
apostando por trabajos como éste,
y, obviamente, por las gestiones que,
por ejemplo en nuestro país, ha
venido realizando Cinemateca.
Un film muy particular y de excepcionales
momentos, donde uno no puede dejar de
pensar en obras compuestas por maestros
como Nikita Mikhalkov, Aleksandr Sokurov,
Andrei Tarkovskii y hasta del propio realizador
griego Theo Angelopoulos. Es un trabajo
donde el diálogo no abunda y sí
predomina la cámara y los silencios,
con la propia naturaleza como un personaje
más (¿por qué no
citar a Terrence Malick en La
delgada línea roja?) con
una composición de planos que llega
a niveles de poderosa y llamativa maestría.
El único detalle lamentable no
tiene que ver, justamente, con la película
sino con lo que pasó en la vida
real de uno de los jóvenes actores,
Vladimir Garin (que hace de hermano mayor),
que residía en una de las zonas
donde se filmó la película
(fue llamado por el propio realizador
Zvyagintsev) y en la que encontró
la muerte por paro cardíaco, mientras
intentaba nadar de una orilla a otra de
un lago, para lucirse ante dos amigas
adolescentes, poco tiempo después
de haber finalizado el rodaje. La noticia,
sin embargo, fue ocultada al mundo por
el equipo de producción al momento
de presentar a El regreso
en festivales, ya que se temía
que eso pudiera incidir en la decisión
de los jurados. Cuando se hizo acreedora
a un premio en el Festival de Venecia
se procedió a divulgar el fallecimiento.