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RUIDO


Título original
: Ruido
País y año de producción: Argentina / España / Uruguay, 2005
Dirección: Marcelo Bertalmío
Guión: Marcelo Bertalmío
Con: Jorge Visca, Jorge Bazzano, Maiana Olazábal, Lucía Carlevari, Eva Santolaria
Duración: 100 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Comedia
Sitio Web: http://www.eneccine.com/ruido1/



Reseña argumental: Basilio es una persona fenomenal, un infeliz con un corazón enorme. Pero nadie se ha dado cuenta. Vapuleado por su esposa, humillado por sus compañeros de trabajo, despreciado por el señor que pasea su perro, Basi opta por abandonar y ponerse a ver crecer las margaritas desde abajo. En mitad de su suicidio aterriza Irene, una juerguista profesional, que se lo lleva de paseo y pone a Basi al servicio de Méndez, una bestia parda con un curioso oficio. En la historia de Basi entra sin avisar Vera, una niña de doce años que le pide ayuda para un asunto de vida o muerte para el que, admitámoslo, Basilio es el menos indicado. Y las horas pasan y Basi recorre su bendita ciudad cada vez más comprometido con sus nuevos amigos y sus flamantes causas, mientras el ruido no hace sino aumentar...

Definida por su autor como "una comedia existencialista para metaleros", Ruido es una mirada a la vez tierna e irrespetuosa sobre la poca maña que nos damos algunos para vivir, ni siquiera sabiéndonos ante una muerte inminente. También es el retrato de la creación de un grupo muy heterogéneo de personajes, muy raros y muy queribles, que se llevan fenomenal desde el primer momento: unidos por algo inexplicable, como los grupos de verdad.

Contrastando con lo rocambolesco de personajes y anécdotas, y ayudando a presentarlos como algo creíble y verdadero, el estilo general de la película apunta a lo sobrio: pocos movimientos de cámara, arte y fotografía realistas, actuaciones contenidas. El "ruido" está presente no en lo obvio sino en la historia misma, en lo imprevisible de la línea argumental, en el constante factor sorpresa. Desde la banda sonora también se presenta al "ruido" como símbolo vital, que crece acompañando la evolución del personaje de Basilio.

El director compatriota Marcelo Bertalmío había dirigido la notable Los días con Ana (2000).





AGUA PARA EL FUEGO

Recién vista en el IV Festival de Cortos y Largos de Punta del Este, la película Ruido (2005), de Marcelo Bertalmío, no merecía ser objeto de tanta crítica en contra. El resultado demostró que la pequeña aunque emotiva y madura crónica de Los días con Ana (2000) no fue ninguna casualidad, y a la vez (como en su antecedente) que continúa generando expectativas sobre lo que pueda llegar a ser su próximo trabajo.

La historia gira sobre un empleado al que podría tildarse, según los códigos del actual capitalismo anárquico y salvaje (donde ser buena persona casi nada importa), loser (perdedor). Sus patrones españoles le toman el pelo, su esposa (la clásica pelotuda atorranta) lo abandona, y al protagonista no se le ocurre mejor idea que suicidarse.

Un hecho curioso, sin embargo, lo llevará a conocer algunos personajes extravagantes, que se acercan y lo hacen sentir, digamos, un poco más a gusto.

La película es lisa y llanamente una comedia, bastante fresca, por cierto, con frecuentes toques humorísticos, que a veces funcionan y en otras se quedan por el camino, especialmente en algunas situaciones mal concebidas y personajes secundarios algo sobreactuados (y caricaturizados) que llegan a molestar un poco (algo que no ocurría en la barra de amigos de Los días con Ana).

Es lo único que podría achacársele a Bertalmío, dentro de una obra que tiene sus destellos en algunos diálogos irónicos del protagonista (Jorge Visca), un ritmo narrativo que cada tanto cae pero que también suele levantar, y una vuelta de tuerca en el final bastante ingeniosa, y no precisamente porque venga de alguien que estudió Ingeniería.

Si uno de los estigmas del realizador es hacer cine, cuando en realidad se había dedicado a otra carrera, pues estamos ante un grave error. Hay estudiantes de cine con propuestas mucho menos interesantes, incluso contando con todos los "ruidos" y medios habidos y por haber.

Tampoco es conveniente meter todo en la misma bolsa de errores (virtudes incluidas), sin antes ser un poco más objetivo y menos precipitado. Y no nos tiembla el pulso al decir que Bertalmío es un director con ideas muy buenas (quizás en Ruido faltó alguna pulida) al que no hay que perderle el rastro.

Y más allá de la ética periodística que debe tener un cronista (hoy día... no te veo por la neblina) quien esto escribe aclara que no es amigo de nadie de los que participaron en esta película y que jamás tuvo la oportunidad siquiera de entablar un diálogo con Marcelo Bertalmío.

En contextos tan chicos, donde realizadores y críticos se conocen, muchas veces estos últimos (ahora que las producciones nacionales van en aumento) se ven en el dilema de criticar o no a determinados artistas. El asunto pasa por si esa crítica es constructiva o, como se dice vulgarmente, "de mala leche" (parece mentira, pero a veces se forman bandos). Ahí es donde, excepcionalmente, se pueden tildar o no de desubicadas las quejas que provienen por parte de los realizadores.

Así como Alma Máter de Álvaro Buela ha sido de lo mejor en materia de largometrajes uruguayos estrenados en este 2005 (y que A Dios Momo es un desastre), también decimos que Ruido es una obra con virtudes y defectos, pero que al fin y al cabo tiene su valor, y eso no es poca cosa.

Alejandro Yamgotchian


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