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LOS URUGUAYOS


Título original
: Los uruguayos
País y año de producción: Uruguay, 2006
Dirección: Mariana Viñoles
Duración: 52 minutos
Calificación: No determinada, a la fecha de estreno
Género: Documental



Reseña argumental: El trabajo forma parte de un proyecto continental sobre las identidades nacionales. El capítulo uruguayo indaga en maneras de ser de gente del interior y de Montevideo, profesionales, trabajadores, gente común que hace cosas que quizás nos identifiquen.

La directora uruguaya Mariana Viñoles había codirigido junto a Stéfano Tononi Crónica de un sueño (2005), labor que compartió premio a Mejor Documental del Año (junto a Raúl Sendic: Tupamaro de Alejandro Figueroa) en la tradicional entrega de premios que realiza la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay.




MOLDEAR UNA IDENTIDAD



Puede sonar algo reiterativo el título, en el sentido, por ejemplo, de cuando uno se expone frente a la pantalla chica y la publicidad alude con total falsedad y desinterés al cómo somos los uruguayos para luego ordenar al receptor de que la empresa es buena, piensa siempre en él, lo conoce y por tanto debe comprar su producto. También puede sonar reiterativo si se piensa que lo que se va a ver en Los uruguayos (2006) es una apología de nuestras más típicas tradiciones, donde no falta el mate, el candombe, el dulce de leche, las tortas fritas y otras tantas más.

El enfoque de la documentalista Mariana Viñoles es muy distinto a todo esto último. Tres semanas y cuarenta horas de material filmado tuvo que condensarse en apenas 52 minutos. Lo de esta joven directora nacida en Montevideo pero que vivió 18 años en Melo no solo ha sido auténtico sino también arriesgado, ya que tomó la posta de su país para representarlo a pedido del canal T. A. L. (Televisión América Latina), que tiene base en San Pablo, como parte de una serie llamada Los latinoamericanos y que estará exhibiéndose a fin de año junto con otros trabajos (Los argentinos, Los paraguayos, y así seguirá) donde cada artista cuenta con toda libertad cómo es su país de origen. La idea no es, sin embargo, aplicar un formato televisivo sino precisamente de documental. Los uruguayos fue rodado en Uruguay (Tacuarembó, Rocha y Montevideo) durante el mes de junio pasado.

Cómo somos los uruguayos puede que no tenga una respuesta definitiva aunque sí muchas interpretaciones y puntos de vista, sumamente acertados, por cierto, más allá de las diferencias. Al menos eso es lo que puede comprobarse en esta obra, a través de lo seleccionado para una edición final que va dinamizando esos retratos. No todo figura como pulcramente hecho o como algo donde la infraestructura y la parte técnica sea preponderante. Incluso apenas se llega a ver el boom al comienzo. Y eso es hasta una buena señal involuntaria. Porque lo que le importa a Viñoles es ir derecho al grano, mediante una búsqueda tan creativa como honesta y frontal; práctica y sustancial; sin ambiciones de ningún tipo. La propia filmación de Los uruguayos forma parte de cómo somos los uruguayos; con recursos típicos del mejor cine ultraindependiente. Las pequeñas historias van cobrando fuerza individual y conjuntamente, a través de entrevistas donde hasta la propia realizadora aparece en imagen y preguntando en off. La cámara registra con muchas ganas y curiosidad, mientras los planos fijos dan el suficiente oxígeno a imágenes que se fusionan con la geografía, con los silencios de lugares aislados o poco transitados, con cielos nublados a tono con la nostalgia y la melancolía de un país de inmigrantes, y que parecen imponerse hasta ante la euforia de partidos de fútbol a estadio lleno.

Los testimonios pasan por un joven que parte hacia España para hacer un postgrado, un profesional que habla de su familia y opina de las posibilidades de progresar que aquí tienen los jóvenes, una pareja de campesinos, una mujer sorprendida ante los cambios de las nuevos tiempos que corren, un italiano que se la jugó y se vino a vivir a Uruguay, un descendiente de sirio-libaneses dedicado a vender artesanías. Y muchos pueden sentirse perfectamente identificados, por supuesto. Aquí otra vez la edición (de Manoela Ziggiatti) opera de manera inteligente, rescatando reacciones, impresiones y reflexiones respecto a cómo son los uruguayos y desde la diversidad, no haciendo tanto hincapié en lo material sino más bien en el concepto, en la humanidad. Ambientes muy íntimos y personales son los que dan el marco, junto a algunas pinceladas de humor en complicidad con la estrategia empleada por Viñoles de dejar la cámara fija, apuntando a lo internamente esencial de la persona y dejando que el espectador también interactúe, por qué no, y pueda sacar sus propias conclusiones. No importa tanto si se está en la capital o pueblos del interior, ya que el factor común, o mejor dicho, la intención del documental apunta hacia otra dirección: moldear una identidad propia.

Claro que hay un cine documental emparentado con trabajos recientes y también uruguayos, como Cerca de las nubes (2006) de Aldo Garay y obviamente con el antecedente inmediato de Viñoles, Crónica de un sueño (2005), codirigido junto a Stéfano Tononi, que esta vez no tuvo participación, ya que nos comentó que estaba abocado a la realización de un documental sobre La Tabaré y que estará pronto para el año que viene.

Dentro de ese cuadro de humildad y sinceridad, que engloba a los entrevistados, retratados, y al mismísimo equipo de Los uruguayos, también habría que incluir, a modo de ejemplo y además de a Garay, a otros cineastas compatriotas como Mario Jacob, Gonzalo Arijón, Virginia Martínez o Mario Handler, que han hecho trabajos documentales realmente formidables y que merecen mucha más repercusión de la que tienen.

Los uruguayos se exhibirá en el programa de Cinemateca 18 junto a dos trabajos titulados 13 cigarros (2006), de Gonzalo Deniz, y Un instante (2004), de Fabiana Lujambio. A propósito de este último el mismo había sido estrenado en circuito comercial junto con otros cortos de la Escuela de Cine del Uruguay y bajo el nombre ECU: Nuevas miradas (2003) en Hoyts Alfabeta, y la verdad que el resultado dejó con ganas de ver más cosas de esta cineasta.

Alejandro Yamgotchian


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