
Título original: Michael
Clayton
País y año de producción:
Estados Unidos, 2007
Dirección: Tony
Gilroy
Guión: Tony Gilroy
Con: George Clooney, Tom
Wilkinson, Tilda Swinton, Sydney Pollack,
Michael O'Keefe
Duración: 119 minutos
Calificación: No
apta para menores de 15 años
Género: Drama /
Thriller
Sitio Web: http://michaelclayton.warnerbros.com/
Reseña argumental:
Michael Clayton (George Clooney) trabaja
para un famoso bufete de Nueva York, aunque
no ejerce de abogado. Su especialidad es
arreglar las cosas de la manera más
limpia y rápida posible. No es ni
policía ni abogado, sino la perfecta
mezcla de ambos: el perro guardián,
el compañero fiel que siempre obedece
y nunca pregunta. Sin embargo, la vida de
Michael se tambalea cuando su mejor amigo
dentro del bufete, Arthur Edens (Tom Wilkinson),
que durante seis años ha defendido
los intereses de Agtek, una importante multinacional
agroquímica, descubre que un producto
de dicha compañía ha provocado
la intoxicación de cientos de granjeros.
El comportamiento de Arthur hará
peligrar la estabilidad y los intereses
tanto del bufete como de la poderosa multinacional.
Michael se ve entonces atrapado entre la
lealtad a su amigo y el cumplimiento de
su deber.
El director Tony Gilroy estuvo en los
libretos de Eclipse total
(1995; estrenada directamente en video
en Uruguay), Medidas extremas
(Michael Apted, 1996) y en los
de las tres películas que conforman
la saga del agente Bourne, intepretado
por Matt Damon (Identidad desconocida,
La supremacía Bourne,
Bourne: El ultimátum).
UN HÉROE CONVINCENTE
George Clooney se llama Michael Clayton.
George Clooney como el (¿anti?)
héroe Michael Clayton. Michael
Clayton (la película)
es para George Clooney. Hollywood viene
haciendo este tipo de productos desde
siempre. Embriagado por la tentación
de adelantarme puedo sintetizar todo en
seis palabras: película con intenciones
para público adulto. Ahora con
cinco. Producto enfocado a mercado internacional
(con algún Oscar que lubrique la
distribución). ¿Más
mundano? "Vehículo" para
una estrella.
Este largometraje endosa la idea del héroe
actual, aquel sin superpoderes, repleto
de falencias, levemente cínico
pero con corazón. Es humanidad
con consentimiento. Es tener a Clooney
con todo su encanto, arreglando negocios
"dudosos" para una compañía
de abogados, en medio de la crisis de
los 40 (su jubilación fue mal invertida,
su hijo es más avispado que él),
peleando contra villanos trajeados y villanas
solteras (obvio), con los escrúpulos
en el bolsillo y soslayando algo de honestidad
(esa que Hollywood preserva en las películas
de Capra de los años 30 o en las
producciones de Disney), pero jamás
tan corrupto como para matar a alguien.
Es un papel de madurez y lo ha estado
ensayando con Buenas noches y
buena suerte (2005, dirigida
por él), Syriana
(2005, Stephen Gaghan) e Intriga
en Berlín (2007, Steven
Soderberg). A la película dirigida
por Tony Gilroy (guionista de la saga
Bourne, El abogado
del diablo, Armageddon,
Eclipse total) le encontré
una sola habilidad: logra reciclar material
de al menos media docena de films, sin
que la metamorfosis se note demasiado.
A saber: el esquema general parece Fachada
(1993) o una copia ácida de John
Grisham; Tom Wilkinson sobregirado al
descubrir la verdad fue plagiado de Peter
Finch en Network: Poder que mata
(1976, Dir: Sydney Lumet); el personaje
de Tilda Swinton es un calco de la ejecutiva
arribista que hacía Faye Dunaway
en el mismo film; Clooney es mitad el
"limpiador" que hacía
Harvey Keitel en Tiempos violentos
(1994, Dir. Tarantino), mitad Erin
Brockovich (2000) en contra del
envenenamiento de unos pueblerinos. Tan
sólo porque falte el espíritu
de cruzada en estilo David y Goliat con
que Soderbergh le fabricó el Oscar
a Julia Roberts ("vehículo"
si los hay), no quiere decir que hayamos
avanzado en estos últimos siete
años. Después de todo, Soderbergh
es el productor ejecutivo de este asunto.
Pero Gilroy es el Clayton detrás
de cámaras: un "arreglador"
poco dado a los riesgos, que por otro
lado luce bastante talentoso, a pesar
de mi criterio. Usa una estructura de
narración fragmentada sin enredos,
para no quemar todo antes de tiempo; inserta
algún disparate (el suicidio, la
parodia de asesinato) bastante pueril;
y le circunscribe a Clooney el núcleo
dramático, mientras le escribe
las mejores líneas para parecer
humano: con el hijo, con la familia, con
el jefe, con el amigo, ¡hasta con
un grupo de caballos!. Hazaña tal
se lee en Hollywood como una nominación
para el 24 de febrero próximo,
y sendas para los intérpretes secundarios
(Swinton, Wilkinson), siempre competentes
como ingleses en un film estadounidense.
Ni más ni menos. Por ahí
también asoma Sydney Pollack, un
hombre que supo ser un director con talento
(Baile de ilusiones,
Tootsie) y del montón
(Sabrina, La
intérprete, Fachada),
quien dos por tres presta su cara para
alguna buena película (Ojos
bien cerrados, 1999, Stanley
Kubrick). Que logre convencer a Clooney
(y en parte a la audiencia) de que el
asesinato es cuestionable según
su rentabilidad, es una pista del poder
de convencimiento de todo el film. Hipnótico,
sobre todo sabiendo que Pollack también
produce. Detesto decir qué es lo
que me hubiese gustado hacer con el final
de la película (lo que sucede en
pantalla no es mi trabajo), pero sintetizaré
agregando que al héroe le faltaron
ganas de ser un antihéroe. Muy
pocas.
NOMINACIONES AL
OSCAR: Mejor película, Mejor director,
Mejor actor principal (Clooney), Mejor
actor de reparto (Tom Wilkinson), Mejor
actriz de reparto (Tilda Swinton), Mejor
guión, Mejor música.