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LA VIE EN ROSE


Título original
: La Môme
País y año de producción: Francia / Inglaterra / República Checa, 2007
Dirección: Olivier Dahan
Guión: OD, Isabelle Sobelman
Con: Marion Cotillard, Sylvie Testud, Pascal Greggory, Emmanuelle Seigner, Jean-Paul Rouve
Duración: 140 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Biográfico / Drama / Musical
Sitio Web: http://www.edithpiafmovie.com/





Reseña argumental
: Bajo la forma de una ardiente y emocionante biografía musical, la película relata la extraordinaria vida de Edith Gassion, más conocida como Edith Piaf, de 1915 a 1963, entre Nueva York y Paris. Cuenta la leyenda que Edith nació en la madrugada del 19 de diciembre de 1915, bajo la luz de un farol de una parisina calle de Belleville, y sobre la capa de un gendarme que atendió a su madre en el parto. Entre sus padres ausentes, su mejor amiga Momone , la prostituta Titine convertida en su madre postiza, el hombre que será su descubridor, Louis Leplée, y su manager, la joven frágil e ignota se transformará en la mujer-símbolo del espíritu francés. Ha nacido la Piaf. El éxito y la construcción del mito serán instantáneos.

El francés Olivier Dahan viene de dirigir Los ríos de color púrpura 2 (2004).


Curiosidades: La actriz Emmanuelle Seigner es esposa en la vida real del director Roman Polanski.


La voz de Piaf es hecha por la cantante Jil Aigrot.




EDITH PIAF Y LA IMPRESIONANTE LABOR DE UNA ACTRIZ


Si bien hay cosas no dichas y otras no del todo aclaradas en la convulsionada vida de Edith Piaf (su adicción a la morfina, el casamiento con un joven griego poco antes de morir, la Primera Guerra Mundial y sobre todo la ocupación durante la Segunda), esta adaptación fílmica es bastante digna y fiel. A pesar de haber fallecido a una edad muy temprana, hubo mucha agua que corrió bajo el puente y la película de Olivier Dahan se las ingenia para resolver, montaje mediante y con algunos altibajos, eso sí, varios hechos de relevancia a lo largo de casi dos horas y media.

La película se centra permanentemente en ella, en su dolor y en su alegría, y no deja mucho espacio para algunos personajes y otros más famosos que la rodearon (Jean Cocteau y Charles Aznavour apenas son nombrados, igual que otros como Yves Montand o Marcel Carné; Marlene Dietrich llega a aparecer en un momento). Tampoco en lo que fueron sus éxitos musicales, en cómo se la veía en el mundo artístico internacional (hay una honrosa excepción respecto al público norteamericano de la época), sino más bien en su propia filosofía de vida, en sus pensamientos, en sus reacciones ante esos duros golpes, inesperados, que le tocó vivir. Su personalidad demoledora va dando el tono mismo a esta obra, a través de idas y venidas entre pasado y presente, entre dos magníficas ciudades como París y Nueva York, y con insistentes referencias a sus creencias religiosas, perfilándose estas últimas como algo no tan útil ante tanta adversidad que le tocó vivir... Eso quizás impidió a los guionistas (el propio director Dahan y la debutante Isabelle Sobelman) mostrar a una Piaf no tan ajetreada, con tiempo para vivir en paz y en armonía, en sintonía con lo que ella misma sentía por dentro, con lo que le dictaba su corazón.

Lo más sobresaliente, sin embargo, está en la formidable actuación de esta casi desconocida actriz (se la pudo ver junto a Russell Crowe en Un buen año, de Ridley Scott) llamada Marion Cotillard, que tuvo que soportar horas y horas de maquillaje para representar a Piaf tanto en sus mejores momentos como especialmente durante la dura enfermedad que la llevó a la muerte y que la hacía lucir como una anciana, cuando en realidad no llegaba a 50 años de edad. Su excelente trabajo puede ser una casi cantada nominación a los próximos premios Oscar en la categoría de Mejor Actriz. Tampoco conviene ignorar la notable labor de cámaras, captando el particular rostro y las expresiones de la cantante en numerosos primeros planos, manejando distintos ángulos y jugando con las luces naturales y de escenario.

La vie en rose es un repaso más emotivo y visual, algo efectista, donde pesa un montaje un poco entreverado y hasta manipulador (en el buen sentido) que se vuelca a la figura y personalidad de Piaf, no deteniéndose en hechos o personajes que también incidieron en la vida de la cantante. Como película, en ese sentido y por encima de una no tan buena dirección más algún exceso melodramático desde el libreto, vale.


Alejandro Yamgotchian


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