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LEJOS DE ELLA


Título original
: Away from Her
País y año de producción: Canadá, 2006
Dirección: Sarah Polley
Guión: Sarah Polley, basada en el cuento corto de Alice Munro
Con: Julie Christie, Gordon Pinsent, Olympia Dukakis, Michael Murphy, Kristen Thomson
Duración: 110 minutos
Calificación: No determinada a la fecha de estreno (en USA: No apta para menores de 13)
Género: Drama / Romance
Sitio Web: http://www.caprifilms.com/awayfromher/index.html






Reseña argumental
: Una pareja mayor se enfrenta a la difícil situación de que la esposa está perdiendo la razón poco a poco. A pesar de muchos momentos de lucidez, el diagnóstico no falla y es precisamente en uno de esos momentos, que ambos toman una decisión.






LUZ DE INVIERNO



Parquedad, austeridad son los tópicos más llamativos del film canadiense Lejos de ella, que narra el drama de un matrimonio con más de cuarenta años de convivencia, amenazado por la enfermedad de Alzheimer. Julie Christie encarna el papel de la esposa, víctima de los primeros síntomas de este mal cognitivo, degenerativo y progresivo de la mente. El cine sueco, con singular maestría, había abordado este tema, en un film que se exhibió fugazmente en un Festival de Cinemateca Uruguaya, cuyo protagonista, un director de orquesta, era aquejado por esta fatalidad.


Sarah Polley no se queda atrás, como directora y guionista (nominada al Oscar por este último rubro) de Away from Her, enfoca el difícil tema con gran sutileza y puntuaciones críticas muy logradas respecto de las instituciones y personal encargados de la asistencia de estos vastos e irremediables dolores.


El libreto se apoya en un cuento nominado "The Bear Came Over the Mountain", de Alice Munro, y la realizadora rescata a una actriz británica en su jovial veteranía, con un valioso quehacer cinematográfico, con títulos como Darling, Lejos del mundanal ruido, Doctor Zhivago -entre varios más- para desempeñar el papel de Fiona.


Por su actuación en esta película, Julie Christie fue nominada al Oscar de 2008 que el próximo domingo plasmará su edición número 80 en el Teatro Kodak de Los Ángeles. Recientemente ha ganado el Globo de Oro como mejor actriz. Gordon Pinset como su marido y Olimpia Dukakis, la esposa de otro enfermo, conforman un film casi de cámara, con escasas salidas a un paisaje exterior nevado, que sí alberga reiteradamente la imagen de Christie dejando las huellas de sus desplazamientos sobre la nieve, tal vez metafóricamente.


Los primeros síntomas de su enfermedad, Fiona los reconoce y los comparte con su pareja con delicioso e irónico humor, hasta tomar la decisión de internarse en una institución que tiene como "política" la imposición de alejar, de dejar fuera, por treinta días, al familiar del paciente ingresado, en este caso, el esposo. Transcurrido ese tiempo, el compañero de Fiona de toda su vida asiste a su primera visita y constata dolorosamente que Fiona vive para ayudar a otro internado, que dibuja su rostro y de quien se vuelve amorosamente dependiente e imprescindible para él. Este alejamiento, esta suerte de ajenidad de Fiona, pondrán a prueba su resistencia e insistencia, tornándose casi en un "espía de Dios" para así reconquistar su espacio, su esfera emocional, más allá de su soledad, del sufrimiento silente de ir día a día, verificando (por una vuelta de tuerca que el espectador valorará en el devenir fílmico), su progresivo deterioro. Así la cámara se adentra en el dormitorio de Fiona y va registrando su depresión, casi con una entonación documental. Lo notable del film es que asordinando el sufrimiento de los cónyuges, así como de otros pacientes laterales, lo hace más agónico, más lacerante.


Fiona en el transcurso temporal con su connotación de pérdida, estará más cerca del segundo piso, adonde son llevados los enfermos en sus últimas etapas. Otro laberinto, menos socializado. Está lejos del día del ingreso y de la formidable escena de la despedida de su esposo en la alcoba. Pero el segundo piso entraña extraños momentos de pseudo recuperación. Así su marido (antológica actuación de Gordon Pinset) encuentra a una Fiona cuyo discurso dialógico está lejos de la oscuridad, cerca de la luz, de la memoria. Ella está vestida con colores que no son los que le pertenecen, pero que quizás aludan al mundo vegetal, a la naturaleza que ha privilegiado en su vida anterior. Este acercamiento final entre marido y mujer es pudoroso y memorable.


Sarah Polley, en esta producción canadiense, ha sabido aunar un libreto excepcional, un inteligente montaje, una dirección de actores con mayúscula, una delicadeza superior para captar los detalles de las gestualidades de dos seres que se aman y están acorralados por la adversidad. Arte y dolor se unen en un film magistral.


La mirada envejecida de Julie Christie, entre la ironía, el desconsuelo, la interrogación de sí misma, vivirá eternamente, paradójicamente en la memoria de la historia del cine.



PM


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