
                                        Título original: Eastern 
                                        Promises
                                        País y año de producción: 
                                        Canadá / Estados Unidos / Inglaterra, 
                                        2007
                                        Dirección: David 
                                        Cronenberg
                                        Guión: Steven 
                                        Knight
                                        Con: Viggo Mortensen, 
                                        Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl, 
                                        Sinéad Cusack
                                        Duración: 100 
                                        minutos
                                        Calificación: 
                                        No apta para menores de 18 años
                                        Género: Drama 
                                        / Thriller
                                        Sitio Web: http://www.focusfeatures.com/easternpromises/
                                        
                                        
                                        Reseña argumental: 
                                        El misterioso y carismático Nikolai 
                                        Luzhin (Viggo Mortensen), nacido en Rusia, 
                                        es el chofer de una de las familias más 
                                        importantes del crimen organizado de Europa 
                                        Oriental. La familia pertenece a la hermandad 
                                        mafiosa Vory V Zakone. Encabezada por 
                                        Semyon (Armin Mueller-Stahl), el encantador 
                                        dueño de un caro restaurante ruso 
                                        que esconde una naturaleza brutal y fría 
                                        detrás de su sonrisa, la suerte 
                                        de la familia se tambalea por culpa de 
                                        Kirill (Vincent Cassel), su alocado hijo, 
                                        que hace más caso a Nikolai que 
                                        a su propio padre. Pero la cautelosa vida 
                                        de Nikolai cambia de golpe cuando conoce 
                                        a Anna Khitrova (Naomi Watts), una comadrona 
                                        que trabaja en un hospital en el norte 
                                        de Londres. Anna está muy afectada 
                                        por la situación en la que se encontraba 
                                        una adolescente que muere dando a luz, 
                                        y decide buscar a la familia de la chica 
                                        basándose en el diario que la chica 
                                        dejó escrito en ruso. Helen (Sinéad 
                                        Cusack), la madre de Anna, no la desalienta 
                                        en su empeño, pero su irascible 
                                        tío Stepan (Jerzy Skolimowski), 
                                        que también nació en Rusia, 
                                        le dice, con mucha razón, que se 
                                        ande con cuidado. Al escarbar en el diario, 
                                        Anna desencadena involuntariamente la 
                                        ira de los Vory. Nikolai no tarda en verse 
                                        atrapado entre su lealtad por Semyon y 
                                        el amor que siente por Anna. La familia 
                                        le presiona, pero, ¿en quién 
                                        debe confiar? Varias vidas, la suya incluida, 
                                        dependen de una cadena construida a partir 
                                        de asesinatos y engaños. La venganza 
                                        se cierne sobre la familia.
                                      El director canadiense David Cronenberg 
                                        es conocido por labores como Scanners: 
                                        Los amos de la mente (1981), 
                                        Videódromo (1983) 
                                        y Una historia violenta 
                                        (2005), entre otras. El guionista Steven 
                                        Knight estuvo en el libreto de Negocios 
                                        entrañables (Stephen Frears, 
                                        2002).
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        LONDRES DE NEGRO
                                        
                                        
                                        Los viejos horrores gráficos y 
                                        de alto impacto que priman en gran parte 
                                        de la filmografía de David Cronenberg 
                                        hicieron que algunos críticos canadienses, 
                                        especialmente al ver el resultado de los 
                                        primeros trabajos del director, en los 
                                        ´70, le pidieran al Estado de ese 
                                        país no solo que no apoyaran ningún 
                                        proyecto más del director nacido 
                                        en Toronto sino que también le 
                                        consiguieran alguna ayuda psiquiátrica 
                                        para que no siguiera haciendo películas 
                                        tan morbosas y escandalosas. Otra parte 
                                        de la crítica (menor, por supuesto) 
                                        podía apreciar, sin embargo, su 
                                        talento (no solo visual) y contribuyó 
                                        en parte a que Escalofríos 
                                        (1975) terminara siendo el film más 
                                        exitoso de 1975 en Canadá. 
                                        
                                        
                                        Tanto en esta como en otras películas 
                                        se confirmaba lo que Cronenberg siempre 
                                        sostuvo; el estudio de la ciencia no era 
                                        lo suyo pero sí le fascinaban los 
                                        resultados que de ella podían salir 
                                        (no por casualidad interpretó a 
                                        un ginecólogo en La mosca, 
                                        a un psiquiatra en Hijos de la 
                                        noche, y a un científico 
                                        en Jason X). Y casi todos 
                                        sus personajes eran la vía de transmisión 
                                        de varias enfermedades o alteraciones 
                                        biológicas que se manifestaban 
                                        de las formas más impensadas pero 
                                        siempre denotando el verdadero objetivo 
                                        de sus trabajos: la alienación 
                                        y el aislamiento del ser humano (Escalofríos), 
                                        la angustia, la ansiedad y la desesperación 
                                        en una sociedad hermética, claustrofóbica 
                                        y demandante (Rabia, 
                                        Cromosoma 5, la excepcional 
                                        remake de La mosca de la cabeza 
                                        blanca), o la manipulación, 
                                        el poder y la influencia de los medios 
                                        y las grandes corporaciones (Cuerpos 
                                        invadidos / Videódromo, 
                                        Scanners: Los amos de la mente), 
                                        que no escapaban a la política 
                                        y especialmente a sus acaudalados y ambiciosos 
                                        aspirantes (La zona muerta, 
                                        sobre novela de Stephen King).
                                        
                                        
                                        Con el drama psicológico de Pacto 
                                        de amor (1988), film al que se 
                                        vio como un quiebre en su carrera (en 
                                        realidad hasta cierto punto, porque el 
                                        terror biológico seguía 
                                        estando), Cronenberg se colocaba en el 
                                        ojo de la crítica toda, incluyendo 
                                        aquella que antes no lo veía con 
                                        tan buenos ojos. Los elogios repentinos 
                                        se ampliaron con la comedia negra El 
                                        almuerzo desnudo (1991), que 
                                        adaptaba a William Burroughs, escritor 
                                        del cual ya había dejado alguna 
                                        influencia (con el tema de las alucinaciones) 
                                        en Cuerpos invadidos 
                                        (1983), y también, en menor medida, 
                                        con M. Butterfly (1993), 
                                        que continúa siendo su película 
                                        más atípica.
                                        
                                        
                                        Con Crash (1996), eXistenZ 
                                        (1999) y Spider (2002) 
                                        volvió a sus viejas raíces, 
                                        sin causar tanto impacto (aunque Crash 
                                        era bastante provocadora) y desde una 
                                        posición mucho más mainstream. 
                                        Y con Una historia violenta (2005) 
                                        Cronenberg probablemente haya dejado plasmar 
                                        algunos héroes de su infancia y 
                                        que leía en los comics DC, solo 
                                        que los códigos de honor y la filosofía 
                                        de esos superhéroes (se podrá 
                                        lastimar pero nunca matar a nadie) se 
                                        mezclaban con todo el cine de terror que 
                                        consumía fascinado, con un estilo 
                                        que Cronenberg definió simplemente 
                                        como "el estilo Cronenberg". 
                                        Y ese estilo consistía en traer 
                                        a la realidad sus personajes y enfrentarlos 
                                        con todos los problemas, con todas las 
                                        impresiones que el director tenía 
                                        de la sociedad, sin importar las soluciones 
                                        que fueran necesarias y dejando ver hasta 
                                        dónde era capaz de llegar un individuo 
                                        antes situaciones realmente riesgosas.
                                        
                                        
                                        Y en Promesas del Este 
                                        (2007) se recicla ese superhéroe 
                                        de Una historia violenta 
                                        (el argentino Viggo Mortensen) pero llevado 
                                        directamente al bando opuesto (el anterior 
                                        en realidad también venía 
                                        de un pasado bastante oscuro), con un 
                                        estilo cinematográfico excepcional 
                                        y con una influencia considerable de film 
                                        noir que realza abiertamente la historia 
                                        que se da entre ese chofer al servicio 
                                        de la mafia rusa y una partera británica 
                                        (otra vez sensacional Naomi Watts) a la 
                                        que conoce, sensible pero enérgica 
                                        (también dispuesta a todo, detrás 
                                        de su fragilidad), luego de que una adolescente 
                                        muriera al dar a luz un bebé y 
                                        ella intenta dar con el paradero de la 
                                        criatura.
                                        
                                        
                                        Se trata de otro thriller muy bien llevado, 
                                        con una música estupenda (de corte 
                                        clásico y anunciando un pequeño 
                                        clásico, probablemente) de Howard 
                                        Shore, retierando códigos de honor 
                                        pero entre mafiosos, y códigos 
                                        morales que escapan del protagonista y 
                                        por ende de la organización para 
                                        la cual trabaja y se establecen muy personalmente 
                                        en esa mujer de la cual se va enamorando 
                                        de forma progresiva.
                                        
                                        
                                        Es una historia de malvados con corazón, 
                                        quizás cuando se los aborda muy 
                                        particularmente y donde un conjunto de 
                                        brillantes e intensas actuaciones salen 
                                        a la luz, como la de ese padrino letal 
                                        (Armin Mueller-Stahl) que se esconde detrás 
                                        del dueño de un lujoso restaurant, 
                                        o su hijo (Vincent Cassel) con personalidad 
                                        conflictiva y explosiva capaz de llevar 
                                        la historia para cualquier dirección. 
                                        Todo se complementa con el temple y la 
                                        serenidad de un protagonista que a su 
                                        vez impacta con alguno de sus actos, aprovechando 
                                        la siempre infaltable y visceral veta 
                                        provocadora de Cronenberg, un director 
                                        que si bien parece cambiar de géneros 
                                        nunca ha dejado de ser fiel a sus principios, 
                                        a un cine que desde sus primerísimos 
                                        comienzos nunca dejó de ser interesante.