
Título original: 21
País y año de producción:
Estados Unidos, 2008
Dirección: Robert
Luketic
Guión: Peter Steinfeld,
Allan Loeb, basado en el libro de Ben
Mezrich
Con: Jim Sturgess, Kate
Bosworth, Laurence Fishburne, Kevin Spacey,
Aaron Yo
Duración: 123
minutos
Calificación:
No apta para menores de 12 años
Género: Drama
Sitio Web: http://www.sonypictures.com/movies/21/
Reseña argumental: Ben
Campbell es un tímido y brillante
estudiante del MIT que, debido a la necesidad
de pagarse el siguiente año universitario,
encuentra las respuestas que busca jugando
a las cartas. Ben es reclutado por un
grupo de jóvenes de la universidad
que van a Las Vegas a jugar. Con un profesor
de matemáticas poco ortodoxo, que
es un genio en estadísticas, liderando
el grupo, han conseguido averiguar la
clave para ganar. Seducido por el dinero,
por el estilo de vida de Las Vegas y por
su inteligente y sexy compañera
de equipo, Jill Taylor, Ben comienza a
cruzar los límites. Aunque contar
las cartas no es ilegal, las apuestas
son altas, y el desafío consiste
no sólo en llevar bien la cuenta
de los números, sino en ir un paso
por delante del amenazador policía
de casinos, Cole Williams.
El director Robert Luketic había
dirigido Legalmente rubia
(2001) y Una suegra de cuidado
(2005). El coguionista Peter Steinfeld
estuvo en los libretos de Analízate
(Harold Ramis, 2002) y en el de Tómalo
con calma (F. Gary Gray, 2005).
El caso en el que
se basa 21: Blackjack
fue real, solo que restaría saber
hasta dónde esta película
de Robert Luketic le fue fiel al libro
de Ben Mezrich y cuánto de ficción
se llegó a mezclar en el producto
final. El método que ejerce la
pandilla dirigida por un profesor universitario
y sus alumnos más capacitados son
mostradas con lujo de detalles, tanto
en sus preparativos como en el juego en
sí y sus alrededores. Por otro
lado, y con cierta puntería en
el comienzo de la situación, se
puede apreciar el dilema del protagonista
respecto a seguir acumulando dinero, más
allá de su objetivo (una beca universitaria
para entrar a Harvard) o volver con sus
viejos amigos para terminar un proyecto
que obviamente no le va a dar tanta fama
y dinero como el casino. El tema es que
las situaciones de conflicto que empiezan
a darse dentro del grupo ganador son muy
poco verosímiles y hasta bastante
infantiles (para un grupo de personas
que debería usar un poco más
la cabeza) y extensas (dentro del libreto),
lo que lleva al film a una duración
innecesaria y a diluirse dentro de situaciones
bastante simples. Dentro de lo que se
puede rescatar figura el personaje de
ese notable actor que siempre ha sido
Laurence Fishburne, como encargado de
vigilar las pérdidas en los juegos
y de una ética bastante dudosa,
que aporta un poco de agilidad y cierto
humor al asunto. AY