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PARÍS


Título original
: Paris
País y año de producción: Francia, 2008
Dirección: Cédric Kaplisch
Guión: Cédric Kaplisch
Con: Juliette Binoche, Romain Duris, Fabrice Luchini, Albert Dupontel, François Cluzet
Duración: 130 minutos
Calificación: No determinada a la fecha de estreno (en Inglaterra: No apta para menores de 15)
Género: Comedia / Drama / Romance
Sitio Web: http://www.lefilm-paris.com/



Reseña argumental: Pierre, un bailarín profesional sufre un grave ataque al corazón. Mientras espera que un trasplante, que puede producirse o no, le salve la vida, no encuentra mejor pasatiempo que observar a la gente que pasa por debajo del balcón de su departamento parisino. Cuando su hermana Elisa, que tiene tres hijos pero no marido, se muda para cuidarlo, Pierre no abandona su nueva costumbre. Y en lugar de bailar él, serán Paris y los parisinos quienes dancen frente a sus ojos.

El realizador francés Cédric Kaplisch había dirigido Un aire de familia (1996), Piso compartido (2002) y Las muñecas rusas (2005).





MORIR EN PARÍS


París
, una producción francesa de 2008, del director Cédric Kaplisch, es un film coral, por momentos con una entonación rohmeriana, cuyo tema bordea la tragedia con delicada mesura. El protagonista, un bailarín, debe hacer abandono de su profesión, cuando le descubren un problema cardíaco que requiere un transplante de corazón, con inciertas posibilidades de éxito.


El director toma al personaje en el tiempo de la espera, que conlleva una vida cotidiana dolorosa y restringida a los mínimos quehaceres, puesto que la muerte es la otra agonista del film. Desde la ventana de su apartamento, descubre su ciudad, París, que también tiene un rol protagónico innegable en el devenir fílmico. Le dará día a día, fuerzas para vivir, lo mucho o lo poco que le queda.


El realizador va registrando con su cámara silenciosa, las innumerables riquezas arquitectónicas, culturales, artísticas, paisajísticas de la antigua Lutecia romana, y otros entornos como las cafeterías, las ferias de un barrio parisino, los personajes que la habitan.


La actriz que el director polaco Krzysztof Kiewslowski descubriera y siguiera con tesón, Juliette Binoche (La doble vida de Verónica; Bleu y Rouge, que son films que integran su famosa trilogía), vuelve a adquirir en su actuación como hermana del protagonista, una calidez imborrable para el espectador. Mujer tímida y solitaria, tiene tres hijos y un trabajo como asistente social de los inmigrantes africanos, pero brinda todo su incondicional apoyo a quien vive en las tinieblas.


El director contrasta críticamente imágenes de la miseria africana con los encantos de la vida parisina, en una suerte de pulsación de otras historias de vida, que se entrecruzan casi metafóricamente con la principal. La belleza de una joven universitaria es observada, espiada por el protagonista (notable composición de Romain Duris) desde la lejanía de su balcón, que se interroga acerca de su condición.


Esa belleza a su vez impactará en la vida de un gran historiador (Fabrice Luchini), especializado en el patrimonio cultural de quien fuera la primera capital europea, y que luego de la muerte de su padre, inconscientemente se desmorona. Se enamorará perdidamente de esa bella dama, que es además su alumna, y a quien muy pronto sorprenderá con un joven de su misma edad. El historiador es el "raro" de una familia, y tiene un hermano arquitecto cuyo éxito en su profesión y en la vida familiar, también lo desacomoda, de modo que el diván del psicoanalista se plantea como una solución, en esta historia con ribetes humorísiticos y dramáticos.


Kaplisch sigue la historia de un feriante, en un espacio vecinal al que concurre Binoche para abastecerse de alimentos y con una secreta esperanza. Este personaje no puede romper la relación con su ex-esposa que lo ha humillado con otros pares; sólo la muerte inesperada logrará liberarlo poco a poco.


Para el protagonista ha llegado la hora de la intervención quirúrgica, y el viaje solitario hacia el hospital, en un París noctámbulo en el cual se alude elípticamente a los descontentos sociales, no deja de ser un final inquisidor. Todo el film - con menos personajes, no explicitados en esta nota, hubiese ganado en austeridad con más claridad narrativa, constituyendo un logro mayor - plantea una serie de interrogantes acerca de la vida, de la muerte, de la riqueza, de la pobreza, de los estereotipos humanos, de los múltiples matices de la soledad.


En tanto, París es mirada y admirada, y a su vez mira.


P. M.


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