
Título original: Revolutionary
Road
País y año de producción:
Estados Unidos / Inglaterra, 2008
Dirección: Sam
Mendes
Guión: Justin
Haythe, basado en la novela de Richard
Yates
Con: Leonardo DiCaprio,
Kate Winslet, Kathy Bates, Michael Shannon,
Kathryn Hahn
Duración: 119
minutos
Calificación:
No apta para menores de 15 años
Género: Drama
/ Romance
Sitio Web: http://www.revolutionaryroadmovie.com/
Reseña argumental: Retrato
de un matrimonio norteamericano visto
a través de los ojos de Frank (Leonardo
DiCaprio) y April Wheeler (Kate Winslet).
El relato que hace Richard Yates de la
Norteamérica de los años
50 plantea una pregunta que ha venido
repercutiendo desde entonces sobre las
relaciones modernas: ¿pueden dos
personas romper con la rutina sin romper
entre ellos? Frank y April siempre se
han considerado especiales, diferentes,
preparados y deseando vivir sus vidas
con arreglo a ideales más elevados.
Cuando se mudan a su nueva casa en Revolutionary
Road, declaran su independencia respecto
de la inercia suburbana que les rodea
y deciden no dejarse atrapar nunca por
las restricciones sociales de su época.
El director británico Sam Mendes
(esposo en la vida real de la actriz Kate
Winslet) había dirigido Belleza
americana (1999), Camino
a la perdición (2002)
y Soldado anónimo
(2005). El guionista Justin Haythe estuvo
en el libreto de Secretos de un
secuestro (Pieter Jan Brugge,
2004).
DE FACHADAS Y MEDIOCRIDAD
Una vez más y como en su ópera
prima, la oscarizada Belleza americana
(1999), el director británico Sam
Mendes (otro de los apadrinados de Spielberg)
vuelve a meter el bisturí en una
familia en principio casi perfecta donde
algunos de sus integrantes (nuevamente
una pareja) parecen dar señales
de que las cosas no están tan bien
como parecen. La pareja de Titanic
(DiCaprio y Winslet) interpreta a un matrimonio
con hijos que se siente rodeado de mediocres,
no superiores pero sí distintos
a los que lo rodean en el barrio y de
ahí que ella proponga dejar todo
para irse a vivir a París.
Pero no solo los hipotéticos problemas
económicos asoman ante este sueño
del título en español. A
partir de que la noticia entra a correr
entre los conocidos de la pareja comienzan
a destaparse algunos tarros, a ocurrir
algunos hechos que llevarán al
matrimonio a replantearse varias cosas
que terminan afectando su propia relación,
especialmente al personaje de Kate Winslet,
una ama de casa agobiada por la rutina
y el conservadurismo y que decide probar
con un viaje que para ella es algo menos
utópico de lo que significa para
su marido, a quien en ese momento le proponen
una jugosa oferta laboral que le podría
cambiar la vida.
Sinceramente a uno le vinieron automáticamente
a la cabeza dos películas de Todd
Field (En el dormitorio
y Secretos íntimos),
por la forma en que están filmadas,
por la delicadeza en que las conductas
son observadas, contempladas, por la parsimonia
en que ese vecindario pacífico
es retratado y que se ve alterado por
un hecho que para la época no era
visto como algo normal, sino todo lo contrario.
También, en menor medida, la notable
película de Todd Haynes, Lejos
del paraíso (2002), donde
todo el peso de la situación (en
ese caso se trataba de otro hecho inusual)
caía sobre el personaje de Julianne
Moore aunque esa vez era otro "bando"
a partir del cual se trataba de luchar.
Moore era la conservadora y a la vez desconcertada
mujer que, a diferencia de la Winslet
de Sólo un sueño
(2008), se mostraba vulnerable pero a
la vez firme y sumamente flexible al momento
de tratar de aceptar, entender y ayudar
a su marido. En ambas, sin embargo, los
hechos, los sorpresivos planteamientos
para el caso del film de Mendes, también
son como un palo que sacude el avispero.
A partir de que el personaje de Winslet
entra a gravitar las cosas van tomando
otro color y el film de Mendes pasa a
ser algo más que una familia en
problemas; los de afuera hacen sus comentarios
a las espaldas y también de frente;
influyen, alteran, molestan y hasta enloquecen.
El pozo en que se va sumergiendo la mujer
es cada vez más profundo y llega
a un punto en que la frontera entre lo
racional e irracional es muy delgada,
a tal punto que un matemático loco
es el que termina diciéndole todas
las verdades, dolorosas al fin de cuentas,
pero se las dice, con mucha intuición
y sobre todo puntería. Y es que
la pareja se sentía mejor en las
charlas con ese personaje, al comienzo,
y algo a la defensiva y con cierta falsedad
(necesaria, irremediable) de por medio
con los demás conocidos "normales"
del lugar.
A diferencia de Belleza americana
esta película de Mendes ignora
prácticamente a los hijos de la
familia (esta vez, niños) y se
mete de lleno en ese matrimonio que llega
un momento que no sabe para donde agarrar.
Ahí es donde también la
película destila su mejor cara,
aportando dos brillantes actuaciones,
ya que no solo Winslet realiza una labor
magistral sino que DiCaprio, finalmente,
da en el clavo (hay que reconocer que
algunos papeles no iban con su eterna
apariencia de joven adolescente), haciendo
la mejor actuación de toda su carrera,
poniéndole el pecho a las balas,
tratando de adaptarse a los cambios de
una mujer que pensaba que realmente lo
quería, y superando incluso la
muy buena labor que realizara en ¿A
quién ama Gilbert Grape?
(1993) del sueco Lasse Hallström;
llamativamente no figura entre los nominados
al Oscar y Winslet sí aparece,
pero por otra película (El
lector, 2008; aún no estrenada
en cines uruguayos).
Claro que cerca del final hay un tema
que seguramente dé para la polémica,
algo que se emparenta más bien
con una consecuencia y no con la verdadera
causa de todo el asunto. Mendes realiza
aquí otra estupenda película,
cuyos personajes (la protagonista y algunos
secundarios) parecían tener todo
encaminado, aunque lo más importante,
que era lo que realmente sentían,
nunca lo demostraban.