
Título original: Milk
País y año de producción:
Estados Unidos, 2008
Dirección: Gus
Van Sant
Guión: Dustin
Lance Black
Con: Sean Penn, Emile
Hirsch, Josh Brolin, Diego Luna, James
Franco
Duración: 128
minutos
Calificación:
No apta para menores de 15 años
Género: Biográfico
/ Drama
Sitio Web: http://www.milkthemovie.com/
Reseña argumental:
Activista de los derechos de los homosexuales.
Amigo. Amante. Unificador. Político.
Luchador. Icono. Inspiración. Héroe.
Su vida cambió la historia y su
valor cambió vidas. En 1977, Harvey
Milk fue elegido para el Consejo de Supervisores
de San Francisco, convirtiéndose
en el primer hombre abiertamente homosexual
elegido para un puesto público
importante en Estados Unidos de América.
Su victoria no sólo fue un triunfo
para los derechos de los gays; él
forjó coaliciones a través
del espectro político. Desde personas
de la tercera edad a trabajadores asociados
en gremios, Harvey Milk cambió
la naturaleza misma de lo que significa
ser un defensor de los derechos humanos
y se convirtió en un héroe
para todos los estadounidenses.
El director Gus Van Sant había
hecho Marginados (1989;
estrenada directamente en video en Uruguay),
Todo por un sueño
(1995) y Elefante (2003),
entre otras.
FORMIDABLE ACTOR EN UN FILM MAYOR
El último discurso del protagonista
homosexual Harvey Milk (gran actuación
del oscarizado Sean Penn, en Río
Místico, y ahora nominado
a la estauilla que se otorgará
a los ganadores, el próximo 22
de febrero), ya amenazado de muerte, en
el film titulado Milk
del realizador Gus Van Sant (Mi
mundo privado, Todo por
un sueño, En busca
del destino), invade al espectador
con pasión, con dolor.
La valentía e intensa lucha de
Milk en su corta vida, apostó en
un rígido San Francisco de la época
del setenta, a reivindicar los derechos
de las minorías homosexuales, que
de larga data eran excluídas de
sus cargos como educadores o de sus trabajos
por los empleadores de turno. Impulsa
a sus pares, a salir finalmente "de
los armarios", con la verdad en la
mano, enfrentarse a sus padres golpeadores,
y a la intolerancia general de la hipócrita
sociedad de su tiempo.
Milk comenzaba su oratoria con una frase
mítica - "yo soy Harvey
Milk y he venido a reclutarlos"
-, pero la misma trasciende a la comunidad
gay, se hace extensiva como él
expresa a los "otros", a los
ancianos en su abandónica soledad,
a las colectividades raciales no aceptadas,
a los discapacitados en todas sus formas.
Sus palabras hablan de libertad y esperanza,
en relación a todos los perdedores
de un sistema que no quiere contenerlos,
y mira para el costado de la Constitución
norteamericana, y de la fantástica
inscripción que está a los
pies de la estatua de la Libertad.
El contenido social y político
es muy elocuente en este opus, que es
un canto por los derechos humanos de todos
aquellos que sufren la discriminación
sexual, etaria, étnica. A las Anitas
Bryant, apoyadas por la ortodoxia evangelista,
o al principismo del senador Briggs, les
será difícil oponerse a
un movimiento, que en sus comienzos llega
a apoderarse de la calle Castro, y va
nucleando a sus militantes hasta llegar
a realizar desafiantes marchas multitudinarias,
y a expandirse a otros estados de EE.UU.
Harvey Milk será elegido como uno
de los supervisores del distrito de San
Francisco, luego de una extensa y perseverante
batalla en el tiempo, por ese escaño
público. El realizador utiliza
la técnica del flashback
para mostrarnos la épica de este
hombre y sus seguidores, en tanto Milk
va grabando todos los aconteceres de su
vida pública, porque intuye que
en esta contienda se avanza lentamente,
y la gran antagonista es fatalmente la
muerte violenta. Su vida privada es observada
por el realizador con mesura, en su oscilación
entre un verdadero amor, y el alejamiento
del mismo cuando se hace presente un latino
que Milk quiere salvar de un pasado ominoso.
Su gestualidad es sorprendente. La ópera
formará parte de su apasionada
sensibilidad y lo acompañará
en su breve agonía como correlato
de su "melodramática"
vida, en el buen sentido ampliatorio.
Gus Van Sant para la realización
de esta suerte de "biopic",
se rodeó de un magistral elenco,
en los que figuran nombres como los de
James Franco, Víctor Garber, Diego
Luna, y Josh Brolin, que está nominado
al Oscar como mejor actor de reparto,
por el papel de Dan White, otro supervisor
de la municipalidad de San Francisco,
de origen irlandés, católico
a ultranza, que convertirá la vida
de Milk en destino final.
El film apela a imágenes de archivo
en su comienzo, para mostrar los abusos
policiales, perpetrados contra homosexuales
en un bar de San Francisco. Y se cierra
con una grandiosa procesión de
gays, portando las antorchas
por Harvey Milk, que ha entrado en la
historia grande.
P. M.