
Título original: Auf der
anderen Seite
País y año de producción:
Alemania / Italia / Turquía, 2007
Dirección: Fatih
Akin
Guión: Fatih Akin
Con: Baki Davrak, Nursel
Köse, Hanna Schygulla, Tuncel Kurtiz,
Nurgül Yesilçay
Duración: 122
minutos
Calificación:
No apta para menores de 15 años
Género: Drama
Sitio Web: http://www.artificial-eye.com/edgeofheaven/main.html
Reseña argumental:
Nejat, un joven turco que extrañamente
enseña alemán en una universidad
de Hamburgo, no mira con buenos ojos la
relación que su padre Ali mantiene,
en la cercana Bremen, con la prostituta
Yeter. Pero todo cambia cuando Nejat descubre
que ella tiene una hija en Turquía,
a la que le envía periódicamente
dinero. La muerte accidental de Yeter
en el transcurso de una discusión
con Alí distancia al hijo y al
padre, quien por otra parte va a prisión
por el incidente, y Nejat decide irse
a Estambul a buscar a Ayten, la hija de
Yeter. Pero Ayten, una activista política
que huye de la policía turca, se
ha fugado a Alemania. Allí conoce
a Lotte, que le ofrece su casa, algo que
no es del agrado de la madre de Lotte,
Susanne, una mujer bastante conservadora.
La policía detiene a Ayten. Su
petición de asilo político
es denegada y la deportan a Turquía
donde es encarcelada. Lotte se traslada
a Turquía en un intento desesperado
por liberar a Ayten.
El director alemán Fatih Akin
había dirigido Contra la
pared (2004).
"DIOS MUEVE AL JUGADOR Y
ÉSTE LA PIEZA..."
El film del director alemán de
origen turco, Fatih Akin, Al otro
lado, posee un guión notable
que fuera premiado en Cannes y que se
resuelve en un acotado discurso dialógico,
tal vez porque el realizador quiso poner
el acento en lo que expresan los rostros
de sus seis agonistas, con sus inquisidoras
miradas, en sus silenciosas búsquedas
interiores que tienen como correlato objetivo,
los espacios de la ciudad de Bremen en
Alemania, y la llamada Tracia Turca, cuya
capital Estambul juega un rol protagónico
formidable.
Los designios inescrutables de la divinidad,
ponen a prueba a los seis personajes de
este film, que se irán interrelacionando
por los azares de la vida, de la muerte,
de la culpa, de la expiación, de
la reconciliación, del perdón.
De aquí que los féretros
que se visualizan en los aeropuertos adquieran
un valor simbólico.
Lo meramente anecdótico va sugiriendo
en el devenir fílmico una complejidad
y densidad mayor. El director elige actores
magistrales como Baki Davrak, Tuncel Kurtiz,
Hanna Schygulla para nombrar sólo
tres de los seis, en ocasión de
la puesta en escena de este "desequilibrio"
étnico, de dos identidades culturales
que se confrontan - la germana y la turca
- en un interjuego de acercamientos y
lejanías.
La historia del viejo inmigrante turco
que en su alcohólica viudez, busca
paliar su soledad en Bremen, más
allá de que tenga un hijo que se
desempeña como docente universitario,
tiene matices de comedia negrísima.
Conoce a una prostituta turca que hace
veintisiete años que está
alejada de su hija, que vive en Estambul,
quien es presentada como una apasionada
militante, contestataria oponente respecto
del sistema político turco. La
añoranza de la madre es el tópico
dominante, y su relación "amorosa"
terminará trágicamente,
pero será el disparador para el
conocimiento de otros personajes. La joven
guerrillera llegará a Alemania
clandestinamente y entablará una
relación lesbiana con una joven
alemana, a quien arrastrará a Turquía,
pero también esta historia estará
sellada por la fatalidad.
El desencuentro madre-hija es otro punto
de inflexión, cinematográficamente
muy bien logrado. Se verá otra
madre, la de la joven alemana, encarnada
con el magisterio de Hanna Schygulla,
trasladarse a Turquía, ya no como
turista, sino tratando de comprender y
perdonar la elección realizada
por su hija que ha muerto y de aquí
en adelante asumirá vicariamente
la maternidad de su pareja. En este proceso
elegíaco, Schygulla ha plasmado
un "brindis" por la muerte,
con el hijo del viejo inmigrante turco,
que también se ha trasladado a
Estambul, puesto que no ha podido sobrellevar
la violencia cometida y purgada por su
padre.
Pero ese padre, ha ido a morir a un pueblito
de pescadores turco, casi como cumpliendo
un ritual de amor con sus ancestros. Es
fantástica la escena en la cual
el hijo desde la orilla de un mar embravecido,
espera la barca de su padre. El tiempo
de la espera pauta el desenlace, y el
reconocimiento del "otro" y
de sí mismo, y de todo un entramado
cultural muy profundo que los unirá
para siempre en "otro lado".
No es casual que este hijo de inmigrante
turco en Alemania, abre y cierre el film,
en un contexto donde se alude a la omnipresencia
de lo divino.
El camino de ascesis que transitan los
agonistas de esta narración coral,
por momentos laberíntica, elíptica,
sin estridencias, no deja de ser una postulación
fílmica deslumbrante, extraña
e inquietante.
P. M.