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GRAN TORINO


Título original
: Gran Torino
País y año de producción: Australia / Estados Unidos, 2008
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Nick Schenk, sobre historia de éste y Dave Johansson
Con: CE, Christopher Carley, Bee Vang, Ahney Her, Brian Haley
Duración: 116 minutos
Calificación: No apta para menores de 12 años
Género: Drama
Sitio Web: http://www.thegrantorino.com/



Reseña argumental: Clint Eastwood encarna a Walt Kowalski, un inflexible veterano de la Guerra de Corea, con voluntad de hierro. El mundo en el que vive está cambiando, y sus vecinos que son inmigrantes, lo fuerzan a enfrentar sus viejos prejuicios. Sus viejos vecinos ya no están. Se han mudado o se murieron. Ahora los reemplazan inmigrantes "hmong", del sudeste de Asia, y él los desprecia. Walt simplemente deja pasar su vida esperando el fin. Eso es hasta que alguien intenta robarle su auto Gran Torino del '72…


El director Eastwood es conocido por trabajos como Los imperdonables (1992), Los puentes de Madison (1995) y Medianoche en el jardín del bien y del mal (1997).

ILUMINADOR TESTAMENTO DE UN MAESTRO


Al maestro norteamericano, Clint Eastwood, con una larga trayectoria como actor y director, con títulos como Bird, Los imperdonables, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Poder absoluto - y tantos otros -; y más recientemente con films como Río Místico, Million Dollar Baby, el díptico compuesto por La conquista del honor y Cartas desde Iwo-Jima, El sustituto, la crítica especializada ha reparado en cuanto a su estilo cinematográfico, en parte de su filmografía, que se ha nutrido de las lecciones fílmicas del gran maestro de cine estadounidense, el infefable, John Ford, de ascendencia irlandesa.


Si bien la cosmovisión de Eastwood connota una suerte de escepticismo o cierto desencanto respecto de la vida, la narración desprovista de artificios, a las que se suman un asordinado laconismo en el discurso fílmico, y una medida emocionalidad para hacer frente a las situaciones dramáticas, hacen de él un narrador que se inscribe según los especialistas en la mejor tradición clásica de Hollywood.


La historia de la heroína de Million Dollar Baby, que quiere salir de la oscuridad casi marginal en la que vive, y opta por el boxeo, arriesgando la vida en cada round, con la ilusión de eventuales triunfos, es una culminación narrativa del realizador, despojada de virtuosismos. Otro exponente mayor, sería el film Cartas desde Iwo-Jima, y el magnífico tratamiento fílmico en profundidad, de un pequeño grupo de combatientes japoneses, frente a la inminente derrota, durante la Segunda Guerra Mundial.


En Gran Torino, Eastwood es actor, director, y productor, y en este film se privilegia el drama individual del protagonista, Walt Kowalski, y su entorno. El realizador con certeras pinceladas va descubriendo al protagonista (Clint Eastwood), a través de la expresividad de su rostro, y de la parquedad de su habla, y de una significativa gestualidad respecto de los otros. Además, por los otros personajes que interactúan con él, utilizando en ocasiones el primer plano, o el plano general.


Ha envejecido, y está solo con su perra, puesto que ha perdido a su esposa a quien acompañara a los oficios religiosos, ya que su catolicismo es muy cuestionador, muy cáustico. Las escenas que tienen que ver con el funeral de su esposa, presidido por un sacerdote joven que se propone ser su ángel guardián, son antológicas, ya que desde su vasto dolor, Kowalski se muestra como un hombre duro, recio, difícil, intolerante.


Vive - según expresa su hijo mayor, un mediocre representante de la mass media - en la años ´50, y el mundo ha cambiado. Sus vecinos de antaño, están muertos o se han mudado, y el barrio ha sido invadido por inmigrantes procedentes de Tailandia, Laos, China, con tradiciones y costumbres religiosas muy ancestrales y diferentes.


Esa comunidad étnica "hmong" que lo rodea, dará lugar a confrontaciones señaladas por el humor en todos sus matices y también le despertará su veta racista. Kowalski es un americano total, que tiene flameando a la entrada de su casa, la bandera de los EE.UU., y que guarda junto a sus condecoraciones bélicas, su lustroso fusil de guerra. Es un veterano de la guerra de Corea, en la cual se involucraron desde 1950 al ´53, China y EE.UU., y que finalizara sin vencidos ni vencedores, en un país dividido políticamente.


Pero la interioridad psicológica del protagonista es muy compleja, se alude por el joven sacerdote a una confesión, tal vez a un perdón a los que se niega. En el proceso del film, se apreciará que vive su ayer en el sudeste asiático en términos de culpa, de expiación, y/o de redención. Incluso su racismo tiene que ver con su pasado, con el cual tiene que lidiar moralmente día a día, y con un presente especular, el de los rostros y el habla de sus vecinos "chinos".


Guarda su automóvil Gran Torino de 1972, como una reliquia, que lo relaciona con su trabajo de mecánico en la Ford, y que cumplirá un rol protagónico - simbólico en el film, ya que entre otras cosas, pondrá en marcha la peripecia.


Su frustrado robo, será la causa que le permitirá conocer al joven Thao, a su hermana Sue, a su familia "hmong", y también a la violenta pandilla "hmong", que quiere que Thao se integre a esa vida.


Así comenzará para Walt Kowalski y Thao, un aprendizaje mutuo de la vida y de la muerte. El paternalismo vicario ejercido por Walt, tendrá sus frutos incuestionables en el crecimiento moral del joven, que de aquí en adelante se convertirá en su liberador, en su confidente y confesor. La solidaridad entre ambos, se sella sólo por un apretón de manos, que es casi como un pacto de caballeros que trascenderá esta vida.


La música original del film, como en otras películas de su autoría es de Eastwood, pianista de jazz. Es notable la partitura en off que invade al espectador en un bar al cual concurre el protagonista, o la melodía apenas escuchada hacia el final. Cuando irrumpen las pandillas "hmong" o latinas, la música rap es la que se impone, en ese registro de contraposiciones culturales que es otro tópico del film. También el sonido en off es utilizado en múltiples momentos, por ejemplo el arranque violento de un automóvil que no se ve, pero que culmina una escena de violencia.


La filmación de los pandilleros en acción es vertiginosa, la cámara se mueve con ellos, enfocando sus pies que se entrelazan, sus rostros que se superponen. Es cine puro. O Kowalski detrás de una escena principal, como un custodio de sus vecinos "hmong", a quienes ha sabido aceptar y querer, es un hallazgo más, que comporta a la vez una gran fuerza estética y ética. Se "rallentizan" algunos finales de escena, que sugieren al espectador un conflicto que se resuelve en la escena siguiente, o un estado emocional que flota en el aire, como el miedo del agonista ante la adversidad física.


Este magistral film, basado en un guión del debutante Nick Schenk, con una formidable fotografía de Tom Stern, con una cuidadosa dirección de actores en la cual se destacan Christopher Carley como el padre Janovich, Bee Vang en el papel de Thao, y Ahney Her como Sue, su hermana, constituyen en su circularidad narrativa y conceptual, otra obra mayor del maestro norteamericano.


Clint Eastwood como actor y director, ha dejado al espectador un testamento humanista e iluminador como la llama que pide en el film, y que le es negada. La vida trabajosa de Walt Kowalski, le ha permitido como contrapartida realizar un ejercicio de ascesis, de purificación, de salvación de sí mismo, y de quienes han llamado a su puerta con paciencia y amor. Y por momentos Eastwood en su dimensión trágica, ha logrado la impostura de algunos personajes shakespearianos.


P. M.


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