
Título original: Orphan
País y año de producción:
Alemania / Canadá / Francia / Estados
Unidos, 2009
Dirección: Jaume
Collet-Serra
Guión: David Johnson,
sobre historia de Alex Mace
Con: Vera Farmiga, Peter
Sarsgaard, Isabelle Fuhrman, CCH Pounder,
Jimmy Bennett
Duración: 123
minutos
Calificación:
No apta para menores de 18 años
Género: Terror
Sitio Web: http://orphan-movie.warnerbros.com/
Reseña argumental: Un
matrimonio traumatizado por la pérdida
de su hijo y con la intención de
dejar atrás las pesadillas que
los persiguen decide adoptar una niña
llamada Esther (Isabelle Fuhrman). La
llegada a casa de la joven desatará
una serie de extraños sucesos que
pondrán al descubierto su lado
tenebroso...
El director español Jaume Collet-Serra
había dirigido La casa
de cera (2005).
EL LEGADO
A esta altura el director español
Jaume Collet-Serra se ha convertido en
un adepto a realizar nuevas versiones
de clásicos de la Warner; La
casa de cera (2005) evocaba a
las famosas Los crímenes
del museo (Michael Curtiz, 1933)
y especialmente a la remake Museo
de cera (André De Toth,
1953) aunque con resultados bastante pobres,
en general, que tan solo dejaban una ingeniosa
vuelta de tuerca o idea, mejor dicho,
que de alguna manera la marcaba a la hora
de establecer una tímida distinción
respecto a los dos clásicos mencionados.
Para el caso de La huérfana
(2009) las cosas le salieron mucho mejor,
más allá de que la base
es la misma de La mala semilla
(Mervin LeRoy, 1956), otro clásico
Warner que se basó mucho más
en la adaptación teatral anterior
que en la novela que había dado
origen a todo. El film de LeRoy tampoco
se salvó de los cambios que tuvieron
que hacerse a último momento, por
todo el control y la censura de la época,
y donde el mal jamás podía
alzarse con la victoria.
La huérfana luce
como una versión moderna de este
clásico de LeRoy y en el que una
vez más hay otra vuelca de tuerca,
que en realidad le da a la película
un toque bastante tenebroso, por encima
de algunos asesinatos que aquí
llegan a verse y que en la versión
con Patty McCormack no. Claro; esta niña
interpretada bastante bien por Isabelle
Fuhrman (en un papel nada fácil
para una adolescente de 12 años),
sumado al estilo de suspenso y terror
que aquí se presenta, termina siendo
una buena mezcla de aquellos ejemplos
del cine norteamericano de los ´80
y ´90 (el guionista David Johnson
fue asistente de Frank Darabont) con los
excesos (aquí medidos) que suelen
frecuentar en el panorama actual del género
y que antes tan solo podían llegar
a sugerirse.
Para este último caso hay una
curiosidad que puede resultar tan llamativa
como chocante; esta niña no es
solamente una psicópata con herencia
maldita sino que también busca
afecto a través de relaciones que
implican la destrucción de familias
enteras. Por supuesto que la vuelta de
tuerca compensa un poco el impacto al
que se hacía referencia y que en
películas como Terror
(Cape Fear, 1962) de J. Lee Thompson ya
se dejaban ver, del mismo modo que en
la remake de Scorsese (Cabo de
miedo, 1991), por aquella peligrosa
afinidad que había entre los asesinos
y las hijas adolescentes de las respectivas
víctimas. Aquí el asunto
es al revés.
Uno se pregunta en qué habría
terminado esta película de Collet-Serra
si la Warner plasmaba las escenas y detalles
que al final fueron removidas (otras ni
se llegaron a filmar); seguramente una
película macabra, pero a la vez
necesaria, porque generaría debates
sobre el tema de la adopción, no
solo desde lo que significa el punto de
vista de los padres sino de lo que pasa
por la cabeza de esos niños y adolescentes
como nuevos integrantes de la familia.
Por otro lado el pasado que se había
pensado sobre el personaje de Esther daba
para hacer prácticamente otra película,
de tan oscuro que era, pero aquí
tan sólo se lo menciona a la pasada
y no con los detalles que hacían
falta para un retrato realmente estremecedor
de lo fue el sufrimiento de esa niña.
En la película de LeRoy, sin embargo,
había constantes alusiones al psicoanálisis,
de parte de uno de los personajes secundarios,
más bien a modo anticipativo de
lo que vendría (y se insinuaría)
más tarde, y que para el caso de
La huérfana potencia
hábilmente todo el sorpresivo desenlace.
La protagonista aquí es más
manipuladora y maquiavélica que
la interpretada por Patty McCormack hace
más de 50 años, una niña
que lucía mucho más angelical
y que era extremadamente inteligente.
El resultado final de La huérfana
es bueno, teniendo en cuenta los riesgos
y las inevitables comparaciones que esta
película de Collet-Serra podía
tener con la de LeRoy. El relato está
bien llevado, tiene su nervio, y hay ideas
que tratan de marcar una variante respecto
a La mala semilla, aunque
hubo otras que quedaron por el camino
y que hacen de La huérfana
un film no tan arriesgado, lo que lleva
a pensar que como película independiente
(y por ende con más libertades
creativas) pudo haber quedado mucho mejor,
si se piensa en salir del tradicional
molde de materiales con niños malignos
y donde el Hollywood de los últimos
años tan solo se tomaba los casos
de sus pequeños protagonistas bastante
a la ligera.