.: Novedades :..: Informes :..: Asteríscos :..: Entrevistas :..: Juegos Electrónicos :..: H O M E :..: E-mail :..: Imprimir Documento :.



LA VIDA ÚTIL


Título original
: La vida útil
País y año de producción: España / Uruguay, 2010
Dirección: Federico Veiroj
Guión: Inés Bortagaray, Gonzalo Delgado, Arauco Hernández, Federico Veiroj
Con: Jorge Jellinek, Manuel Martínez Carril, Paola Venditto, Gonzalo Delgado
Duración: 70 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Drama
Sitio Web: http://www.cinekdoque.com/





Reseña argumental
: Jorge (45) vive con sus padres y trabaja en una cinemateca desde hace 25 años. Desempeña tareas técnicas, de programación, y conduce un programa de radio sobre cine. La cinemateca está en una situación cada vez más crítica y Jorge, que nunca ha trabajado fuera del cine, se queda sin empleo. La vida útil cuenta cómo Jorge debe cambiar su modo de ser para adaptarse a un nuevo mundo. Quizá, después de todo, el cine lo ayude a sobrevivir.

El director uruguayo Federico Veiroj había dirigido Acné (2008).





EL OMNIPRESENTE CINE

La vida útil: Un cuento de cine

"Mira, ése es el mundo que te parecía tan peligroso. Sólo es un juego de niños…" - Sigmund Freud

El preestreno del segundo largometraje del director, Federico Veiroj (Acné), en la noche del pasado 11 de agosto de 2010, realizado para socios de Cinemateca Uruguaya, en el cine "Casablanca", y el diálogo entablado entre el realizador y el actor no profesional, Jorge Jellinek, con el público - luego de la proyección del film -, estuvo pautado por el aura mágica que dejara la obra, La vida útil.

Será que las palabras explicitadas por Jorge Jellinek, "siempre entendí la película como un auténtico acto de cinefilia", se carnalizaron para toda la audiencia. El film de Veiroj es una ficción minimalista, plasmada "en un formato cuadrado clásico, que remite al cine mudo", de ahí la atemporalidad y universalidad del mismo.

El tema es sencillo y profundo, es la historia de un hombre de cuarentaicinco años, que trabaja desde los veinte años, en una cinemateca, que debido a problemas económicos, se ve en la necesidad de prescindir de sus servicios, por lo cual el protagonista tiene que salir de un claustro paternal, y ponerse en la búsqueda de otras opciones, sin dejar de ser él mismo.

El subtítulo aclara que se trata de una ficción, de "un cuento de cine", y un acápite introductor señala al espectador que las posibles similitudes con Cinemateca Uruguaya, son meras coincidencias. Pero desde el comienzo, el espectador ve reflejados los avatares, las vicisitudes sufridas por Cinemateca en un mundo que ha ido vertiginosamente cambiando para la difusión del arte cinematográfico.

La fotografía en blanco y negro, tiene que ver con la grisura de la narración que se pone en escena, que en cierto modo confronta elípticamente un pasado muy luminoso, de gloriosos rituales cinéfilos, con un presente acechado por las leyes implacables del mercado de la industria cinematográfica y del cual se deriva cierta decadencia.

Por eso el film respira y contagia una nostalgia infinita, y de algún modo es una suerte de homenaje a una institución cultural que el realizador lleva en su corazón, en su anhelo por salvarla para siempre. Las locaciones que se muestran en el film, hay alguna que refiere a "La Linterna Mágica", pero el ámbito más recurrente son las salas, y lugares de trabajo que corresponden al Complejo de Lorenzo Carnelli, espacios que adquieren un nivel protagónico relevante.

Allí se ve a su director ejecutivo, el señor Martínez (encarnado por el directivo histórico de Cinemateca, y crítico cinematográfico), en un diálogo con la directiva, que se adentra en el tema de los tiempos oscuros que se avecinan para la Institución, y también aparecerá Jorge (interpretado por el también crítico de cine, Jorge Jellinek), que le acercará un desalentador telegrama al respecto.

Jorge es un funcionario que tiene que ver con la programación de las salas, y en su escritorio, presidido significativamente por un afiche de Ran (Caos) de Akira Kurosawa sobre la tragedia del "Rey Lear" de Shakespeare, realiza numerosas tareas, también presenta a realizadores que exhiben sus primeras postulaciones cinematográficas en las que planea un humor agridulce, hasta llega a proyectar cine, llevando cuidadosamente los grandes rollos de película, - entre varias más.

Entrevista en Radio Capital, al director Martínez (notable actuación de Manuel Martínez Carril), que sostiene cómo confluyen todas las artes en el cine, poniendo ejemplos emblemáticos, educando al oyente con su voz inigualable y su criticismo a ultranza.

La música de Eduardo Fabini, el gran compositor uruguayo y universal, envuelve con melancolía el film de Veiroj. Así como una sobrecogedora canción, "Los caballos perdidos" de Leo Masliah, con letra del poeta Macunaima, junto a la secuencia de los fotogramas de los jinetes, logra llegar a un clímax emocionalmente desgarrador.

Jorge (magnífica actuación de Jellinek) comenzará de aquí en más su periplo de orfandad y deambulará casi como un fantasma, por las calles montevideanas que ignoran su dolor. Tratará de hacer un duelo real, mediante el catártico llanto. Pero tejido como está por la trama del cine y de los sueños, se dirigirá a la Facultad de Derecho con la esperanza de que Paola (Paola Venditto, la única actriz profesional) lo acepte con su intrínseca timidez. Comenzará a hacerse cargo de su propia película.

Son fantásticas las escenas en las cuales ensaya en solitario una posible invitación a Paola, o la de la espera, que se desarrolla en las escalinatas de la Universidad de la República, con sus pasos de baile que insertan al agonista en el imaginario colectivo de la comedia musical. En un salón de la Universidad, explicitará el irónico monólogo de Mark Twain sobre la mentira, frente a un auditorio juvenil que queda atónito, desconcertado.

No cabe duda que como expresara Veiroj, "Jorge era la persona ideal para encarnar al protagonista", ya que "de cine es". Las grandes decisiones se tomarán en la peluquería, una escena lúdica, antológica, en donde el personaje con sus ojos - en su mínima expresividad - va diciendo todo lo que su masajeada y "purificada" cabeza-mente le indican, para cerrarse definitivamente, como si un fundido en negro, personal, íntimo, acaeciera ante el espectador asombrado. Precede a su salida al ancho mundo, en ese su segundo nacimiento, casi como un Lear despojado de lo superfluo, después de la tormenta.


Veiroj ha venido dialogando con el cine y la literatura de todos los tiempos. De este modo presentifica el "western" de La diligencia de John Ford; tal vez se ha inspirado en algunos códigos estéticos y temas del post-expresionismo, puesto que ha manifestado su admiración por El último hombre de F. W. Murnau. Así también sus agonistas le deben tributo en cuanto a la gestualidad, movimiento y "habla" al imaginario cinematográfico del cine mudo. Hace guiños al espectador, nada menos que con Vivir de Akira Kurosawa, la heroica parábola ejemplarizante, acerca de un burócrata que padece cáncer. Se acerca por momentos en la figura de su héroe, a la de Lear, ya desacralizado por el bufón, reecontrándose consigo mismo en su desnudez total.

Perdidos en la noche montevideana, Paola y Jorge se encontrarán y se encaminarán al cine, principio y fin de este extraño, diferente film uruguayo, que ganara un premio por su guión en el Festival de Cine en Construcción de San Sebastián, y que comenzará a recorrer las pantallas del mundo. ¡Enhorabuena!

P. M.


.: E-mail :. .: Derechos Reservados :.