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TOY STORY 3D


Título original
: Toy Story
País y año de producción: Estados Unidos, 1995
Dirección: John Lasseter
Guión: Joss Whedon, Andrew Stanton, Joel Cohen, Alec Sokolow, sobre historia de JL, Pete Docter, AS, Joe Ranft
Duración: 81 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Animación / Aventuras / Comedia / Fantástico
Sitio Web: http://www.pixar.com/featurefilms/ts/




Reseña argumental: Son juguetes, hablan- al menos cuando no hay nadie alrededor- y han vuelto… para celebrar el regreso de la saga Toy Story en tercera dimensión. Dos juguetes rivales, el vaquero Woody y el astronauta Buzz Lightyear deberán dejar de lado sus diferencias, cuando las circunstancias les separan de su dueño Andy y se encuentran con que el único modo de sobrevivir a la peligrosa misión es aliándose.

Toy Story es la ópera prima del director John Lasseter, quien también estaría en la realización de Bichos: Una aventura en miniatura (1998), Toy Story 2 (1999) y Cars (2006).

Curiosidades: Este fue el primer largometraje de la historia del cine hecho enteramente en base a imágenes generadas por computadora. En breve, y a modo de preparativo para la llegada de Toy Story 3, también se estrenará la segunda parte en 3D y en circuito comercial.





UN MUNDO EN EL DORMITORIO

Más que abordar esta película con motivo de su lanzamiento en 3D y desde tiempo actual, sería bueno remontarse a su estreno en la ya desaparecida sala del cine Trocadero (en 18 de julio y Yaguarón), a lo que estaba pasando por ese entonces en materia de animación, y en especial a los indicios que ya se venían dando respecto a imágenes generadas por computadora (IGC) dentro del género.

Como casi nada se sabía de la productora Pixar, seguramente los distribuidores pensaron que no era necesario traer una copia subtitulada de Toy Story (1995), dado que, por encima de la revolución tecnológica que implicaba el producto, se trataba de otra película exclusivamente para público infantil y distribuida por Disney.

Pixar deriva de Industrial Light & Magic (ILM), la conocida empresa dedicada a producir innovadores efectos especiales para películas, que a su vez deriva de Lucasfilm Limitada, otra empresa que fundó el visionario George Lucas en 1975 al momento de iniciar la filmación de La Guerra de las Galaxias (1977). Precisamente, el director de Toy Story, John Lasseter, trabajó para ILM como animador y curiosamente colaboró bajo las órdenes del realizador Barry Levinson en El joven Sherlock Holmes (1985), donde por primera vez aparecía un personaje íntegramente hecho en base a IGC.

Su pasión por la naturalidad en el trazo y los movimientos logrados a través de la animación tradicional en los dibujos de Walt Disney (de hecho también trabajó para la Disney), más la estética de su admirado artista de cabecera, el japonés Hayao Miyazaki (director de El cerdo carmesí, El viaje de Chihiro y El increíble castillo vagabundo) lo llevaron a crear algunos cortos en la década del ´80, donde mezclaba estas influencias junto a su innegable talento y con la novedad principal de que eran cortos protagonizados por objetos inanimados (nominados al Oscar y ganadores de alguna estatuilla) y en base a IGC.

Pero había algo más en estos trabajos y sobre todo en lo que sería su primer largo, Toy Story; la historia, para Lasseter, tenía que ser lo principal; no debía dejarse opacar por la calidad técnica de la animación. El resultado: una película que podía ser disfrutada tanto por niños como por adultos; un relato ágil, entretenido y original; un humor sano capaz de tentar la nostalgia de cualquier espectador y evitar a la vez que los niños se aburrieran y entraran a correr por el cine; una nominación al Oscar a Mejor Guión Original, y hasta un premio especial de la Academia que se le entregó a Lasseter, además de un gran éxito de crítica y público.

Mientras ILM sorprendía cada vez más con sus avances digitales en materia de efectos, y mientras Disney también respondía con innovaciones pero en películas que no tenían tanta suerte en la taquilla (el más claro ejemplo: Tron, de Steven Lisberger), Lasseter quiso hacer lo mismo poniendo a sus trabajadas IGC como base y haciendo primar especialmente las historias que contaba, un poco como ocurriera en Babe: El puerquito valiente (Chris Noonan, 1993), que venía de sorprender a los espectadores con animales que hablaban gracias a las IGC.

En Toy Story hay juguetes que cobran vida (el protagonista es un "vaquero") y que hablan y se mueven cuando ningún ser humano los ve. Pero el niño dueño de estos está por recibir más regalos, y en el caso que aparezcan juguetes nuevos, algunos de los que ya están podrían ser reemplazados y destinados a la eterna oscuridad de un baúl. Una de estas flamantes incorporaciones que podrían ocupar un lugar en la habitación es un "astronauta" que realmente cree que tiene poderes especiales y al que no le importa tanto ser el más nuevo del grupo. Entre conflictos que surgen, y aventuras y situaciones bastante ocurrentes fuera de la casa, y diálogos muy graciosos, la historia se va dando de manera tal que uno se olvida de estar viendo una animación digital (es bastante realista, por cierto) y se concentra en un relato con personajes sensibles y muy humanos, al fin de cuentas, y que incluso respeta y no subestima en absoluto al espectador, sea niño o adulto.

Toy Story logró un punto exacto de equilibrio que luego se ampliaría a otras (no todas) producciones Pixar: una película con temática infantil que perfectamente puede ser disfrutada por adultos. El hecho de que se reestenara nuevamente, más que por los novedosos efectos tridimensionales, tendría que implicar un recordatorio de que la tecnología no es todo. Y, por suerte, en Pixar eso lo tienen bien claro.

Alejandro Yamgotchian


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