
Título original: El cuarto
de Leo
País y año de producción:
Argentina / Uruguay, 2009
Dirección: Enrique
Buchichio
Guión: Enrique
Buchichio
Con: Martín Rodríguez,
Cecilia Cósero, Gerardo Begérez,
Arturo Goetz, Mirella Pascual
Duración: 95 minutos
Calificación:
No apta para menores de 15 años
Género: Drama
Sitio Web: http://www.elcuartodeleo.com/
Reseña argumental: La
película cuenta la historia de
Leo, un joven que, en pleno proceso de
auto aceptación y definición
sexual, se reencuentra con Caro, ex compañera
de escuela primaria de la que gustaba
cuando eran chicos, y que ahora vive su
propia crisis personal. Ese reencuentro
casual tendrá repercusiones en
los conflictos de cada uno, sin que ninguno
de los dos sepa realmente lo que le sucede
al otro.
LA FRANCA EXPLORACIÓN
Podría sintetizarse así,
con ese título, buena parte de
lo que ofrece esta ópera prima
de Enrique Buchichio, El cuarto
de Leo (2009), que cuenta la
historia de un joven que intenta encontrar
su verdadera identidad sexual, al que
se lo ve en boliches, teniendo citas mediante
el chat, estando en familia, acudiendo
a un profesional… y encontrándose
en el supermercado con una compañera
de escuela, de la cual siempre gustó
pero a la que nunca se animó a
decirle nada. Y ella también está
pasando por una crisis personal, que se
dibuja en su propio rostro y que comienza
a ocupar cada vez más la mente
del protagonista, que cada tanto saca
a relucir su coraza ante dilemas, inminentes
prejuicios externos y dudas que se le
presentan, e incluyendo el lugar del título,
que forma parte de ese blindaje y donde
además pasan cosas que a veces
incrementan aún más las
incertidumbres y en otras sirven como
experiencias para esa búsqueda
del personaje principal.
Y evidentemente no es algo tan justo
cargar todo el peso de la película
en la muy buena actuación de Martín
Rodríguez y de todo el elenco principal
en general; también hay un ojo
muy atento de su realizador en el seguimiento
que hace de ese joven, en la creación
de climas íntimos, a veces herméticos,
reforzados por detalles tan mínimos
como significativos, por momentos repletos
de felicidad, donde el protagonista sabe
realmente lo que quiere, pero no manifiesta
públicamente lo que siente. Y ahí
es cuando este genuino y emotivo drama
es salpicado con pinceladas de humor por
demás bienvenidas, ciertas miradas
entrañables, una música
compañera, y especialmente por
un enfoque frontal de las cosas.
Esa originalidad, esa audacia, se enmarcan
dentro de una historia sencilla y sin
grandes pretensiones ni artificios, donde
la honestidad se erige en uno de los elementos
más contundentes. Quizás
aquellas exploraciones de los personajes
de Ezequiel Acuña en Nadar
solo (2003) y Como un
avión estrellado (2005)
se acerquen en el cine rioplatense de
los últimos años a impulsos
tan auténticos y para nada prefabricados,
como los que en El cuarto de Leo
se plantean y desarrollan.
Buchichio logra con esta ópera
prima marcar una llamativa senda en el
inicio de su carrera (con dos interesantes
cortos como antecedentes), de cara a lo
que pueda venir en el futuro, en el sentido
de no haber apostado a crear una gran
película o esa buscada obra maestra
del cine uruguayo (como en la década
del ´90 y que nunca apareció),
sino algo que más bien luzca como
propio, una obra personal, y con mucho
coraje y sensatez, con identidad y un
estilo muy aliado con su denotada actitud,
por cierto.
AY