
Título original: Goodbye
Solo
País y año de producción:
Estados Unidos, 2008
Dirección: Ramin
Bahrani
Guión: RB, Bahareh
Azimi
Con: Souleymane Sy Savane,
Red West, Diana Franco Galindo, Mamadou
Lam, Carmen Leyva
Duración: 91 minutos
Calificación:
No determinada a la fecha de preestreno
(en Argentina: No apta para menores de
13)
Género: Drama
Sitio Web: http://www.goodbyesolomovie.com/
Reseña argumental: Solo
es un taxista senegalés de 34 años.
Un día es contratado por William,
un septuagenario a quien en dos semanas
deberá llevar a Blowing Rock, el
pico de una montaña rocosa. Pero
Solo se hace amigo de este viejo testarudo
y comienza a descubrir su dramático
plan. Intentará hacerle cambiar
de idea antes de que llegue el día
indicado. A pesar de todo, Solo finalmente
tendrá que llevar a William a la
cumbre de la montaña. Allí,
donde el viento es suficientemente fuerte
como para empujar a un hombre al cielo,
es cuando el drama alcanzará su
punto máximo.
EL CORAZÓN DE LA NOCHE
Ganadora del premio FIPRESCI en el Festival
de Venecia, el film Adiós,
Solo de Rahmin Bahrani - una
producción estadounidense de 2008
-, es una culminación de un director
cuya trayectoria cinematográfica
ha sido muy destacada por la crítica
internacional especializada.
El film se abre con las imágenes
de un hombre muy maduro, que asciende
a un taxi, y propone a un taxista desconocido,
un trato secreto a cumplirse en una fecha
determinada, que tendrá por destino
el gélido Blowing Rock National
Park.
El director va cincelando el retrato
de los agonistas con sutiles pinceladas.
En el film los diálogos son mínimos,
pero los actos, la gestualidad de los
dos personajes que transitan perdidos,
e interactúan en la noche de Winston
Salem, hablan por sí mismos. Del
veterano norteamericano William (estupenda
actuación de Red West), sólo
podemos saber que es un solitario, que
gusta de la música country, que
toma una serie de medicamentos, que frecuenta
el cine o éste es el pretexto para
ver a quien vende las entradas, fuma y
gusta del alcohol, tal vez como desahogo
primario de su sufriente interioridad,
que no se canaliza a través de
la palabra.
Su relación con el taxista tiene
una sola meta, pero es capaz de calladas
generosidades, a quien pone a prueba para
que sea una suerte de Virgilio dantesco,
un guía a un destino elegido irreversiblemente.
La soledad del personaje llega al espectador
sin paliativos, así como su decepción
vital, de la cual se pueden intuir algunas
de sus causas.
El taxista, - Solo -, un inmigrante africano,
encarnado por el también actor
inmigrante de Costa de Marfil, el entrañable
Souleymane Sy Savane, busca insertarse
en el sueño de vida americano de
Carolina del Norte, con dificultades varias,
no olvidando sus orígenes, su tierra
a la cual piensa volver en su vejez, para
morir. Vive su día a día
con vivacidad, con mesurado optimismo,
sin dejar de lado el poder lograr afianzar
una familia.
La relación entre estas dos almas
solitarias, pertenecientes a culturas
diferentes, permite al realizador ahondar
en la psicología de dos seres que
el azar ha puesto en el camino de la vida.
Paso a paso, el veterano William se va
aligerando de superfluos equipajes, pero
Solo, el taxista, descubre en una libreta
de su pertenencia, algunas anotaciones
que demuestran y develan una amorosa preocupación
por algunos "otros" que le importan.
Solo se adentra como puede en el mundo
de William, y llega a comprender y ser
parte de una decisión que no comparte
y se ve necesitado de recurrir como apoyo
moral, a una pequeña niña,
que el pasajero aceptará con ternura.
La banda sonora registra música
de todos los tiempos, desde el rap, pasando
por el rock, finalizando en la música
country - entre otras. La fotografía
de Michael Simmonds es otro hallazgo,
así cuando se emprende el viaje
hacia la cima ventiscosa, la naturaleza
paralelísticamente va tomando los
colores apagados del amarillo y del rojo.
Los desplazamientos por momentos un poco
laberínticos por la ciudad, son
la metáfora de los laberintos interiores
de dos seres, que luego de este relacionamiento
dificultoso, profundo, auténtico,
solidario, saldrán fortalecidos
como personas.
El realizador ha auscultado durante 91
minutos los corazones de William y Solo,
el del hombre mayor que lleva tras sí
cosas muertas, y que no es casual que
sea el "pasajero" de esta memorable
ficción, y el del joven Solo, tal
vez un alter-ego del director, que trata
de encontrar un verdadero sentido a su
generosa disponibilidad de vida en tierra
extranjera. Esa suerte de vicaria relación
paterno-filial, hecha de secretos y verdades
habla al espectador del amor, de la muerte,
de la vida misma.
Un fotograma fijo acompaña al
espectador que también ha podido
auscultar el corazón de la noche.
P. M.