
Título original: Hall
Pass
País y año de producción:
Estados Unidos, 2011
Dirección: Bobby
Farrelly, Peter Farrelly
Guión: BF, PF,
Pete Jones, Kevin Barnett, sobre historia
de PJ
Con: Owen Wilson, Jason
Sudeikis, Jenna Fischer, Christina Applegate,
Richard Jenkins
Duración: 105
minutos
Calificación:
No apta para menores de 12 años
Género: Comedia
Sitio Web: http://wwws.la.warnerbros.com/hallpass/index.html
Reseña argumental: Los
mejores amigos Rick y Fred (Owen Wilson
y Jason Sudeikis) llevan, cada uno, mucho
tiempo de casados. Aman a sus esposas,
pero, como buenos hombres, no pueden evitar
mirar a cada mujer que se les cruza en
el camino.
Hartas de sus miradas fáciles,
sus esposas (Jenna Fischer y Christina
Applegate) toman la valiente decisión
de darle nuevos aires a sus matrimonios
concediendo a sus esposos un "Pase
Libre" (o un permiso para): una semana
de libertad para hacer lo que ellos quieran,
sin preguntarles nada después.
Siete días para ver exactamente
lo que ellos creen que se pierden del
mundo exterior… o dejar de mirar
de una vez y para siempre.
Al principio, todo parece un sueño
hecho realidad para Rick y Fred, pero
rápidamente descubren que sus expectativas
acerca de la soltería, y acerca
de ellos mismos, están completa
e hilarantemente fuera de sincronía
con la realidad.
Los hermanos Farrelly son conocidos por
haber dirigido comedias como Loco
por Mary (1998), Irene,
yo y mi otro yo (2000) y Amor
ciego (2001). El coguionista
Kevin Barnett estuvo en el libreto de
La mujer de mis pesadillas
(2007), también dirigida por los
Farrelly.
COMO EN CASA EN NINGÚN
SITIO
Cuando te presentas ante una película
de los hermanos Farrelly ya sabes de antemano
que te enfrentas a una auténtica
marca registrada de la comedia descacarrante.
El humor de estos irreverentes directores
alcanzó su máximo apogeo
con sus dos primeros trabajos, auténticas
obras de arte de la bufonada más
chusca y chabacana. Tanto Algo
pasa con Mary / Loco por Mary
(1998) como Yo, yo mismo e Irene
/ Irene, yo y mi otro yo (2000)
supusieron una bocanada de aire fresco
para un género que en Norteamérica
llevaba años estancado en el costumbrismo
más bostezante. A partir de ahí,
y como les ha ocurrido a un montón
de cineastas que acertaron a las primeras
de cambio, la cosa fue decayendo, y sus
posteriores producciones acusaron paulatinamente
un detrimento del nivel de mordacidad
y saña para adocenarse en una serie
de comedias románticas más
o menos originales, y así títulos
como Amor ciego (2001),
Pegado a ti (2003), Amor
en juego (2005) o la más
reciente Matrimonio compulsivo
/ La mujer de mis pesadillas
(2007) destilan más ironía
que mala leche.
En esta Pase libre que
ahora nos ocupa siguen en sus trece de
plantear lo dificultoso de las relaciones
pre y post matrimoniales. Los personajes
masculinos de sus películas son
más niños que hombres, y
como tales actúan. Las mujeres,
por su parte, ponen la parte sesuda y
madura del conjunto, intentando comprender
a unos seres informales y desastrosos
que sólo se mueven al ritmo que
le marcan sus hormonas. Aquí partimos
de un planteamiento rompedor: unas esposas
hartas de que sus cónyuges babeen
con cualquier teenager que lleve
faldas deciden darles vía libre
para que durante una semana puedan disponer
de absoluta impunidad para intentar acostarse
con cualquier hembra que les atienda.
El alborozo inicial con el que los maridos
perciben tal propuesta se irá convirtiendo
en un tortuoso vía crucis, malviviendo
unas vicisitudes que les demostrarán
que no todo el monte es orégano.
Sus parejas, mientras tanto, tampoco perderán
el tiempo, y vivirán sendas aventuras
amorosas con integrantes de un equipo
de beisbol local. Todo acabará
en un relativo final feliz, donde la normalidad
y la calma a la que nos tiene acostumbrado
el apelmazado cine yanqui se impondrá
a cualquier atisbo de rebeldía;
aunque con los Farrelly siempre hay que
andarse con ojo, porque cualquiera que
sepa leer entre lineas, observará
cómo estos ireespetuosos de la
cámara son capaces de hacer volar
en mil pedazos cualquier convencionalismo
social.
El buenrollismo que destila cada fotograma
se ve puntualmente emborronado con situaciones
escatológicas que escandalizarán
a más de uno; las situaciones bochornosas
en las que se ven envueltos los héroes
de la función no conocen respeto
ni por las clases sociales ni por la edad.
Parece que gradualmente vuelven a encontrar
su sitio como pioneros que fueron de un
tipo de comedias de las que han bebido
los Apatow y compañía. Pero
a pesar de todo lo dicho hasta ahora,
Pase libre es demasiado
irregular para poder hablar de ella como
un clásico instantáneo de
la comedia desmadrada. No se puede entender
cómo un guión escrito a
ocho manos (Bob y Peter Farrelly, más
Pete Jones y Kevin Barnett firman el libreto)
dé como resultado momentos tan
insulsos como los que se muestran tras
algunos gags. El final también
pierde fuelle, sobretodo cuando se insiste
en insertar persecuciones y demás
escenas de acción que nada aportan
al relato. Pero bueno, se pasa un buen
rato, y eso es algo que últimamente
en el cine está muy caro de ver.