
Título original: No Strings
Attached
País y año de producción:
Estados Unidos, 2011
Dirección: Ivan
Reitman
Guión: Elizabeth
Meriwether, sobre historia de Mike Samonek
y EM
Con: Natalie Portman,
Ashton Kutcher, Kevin Kline, Cary Elwes,
Greta Gerwig
Duración: 108
minutos
Calificación:
No apta para menores de 12 años
Género: Comedia
/ Romance
Sitio Web: http://www.nostringsattachedmovie.com/
Reseña argumental: Emma
y Adam, dos buenos amigos de toda la vida,
deciden simplificar su vida sexual convirtiéndose
en amigos con derecho a roce. Sin embargo,
lo que parecía la relación
perfecta se complicará al empezar
a surgir los primeros sentimientos.
El director Ivan Reitman es conocido
por comedias como Los cazafantasmas
(1984), Presidente por un día
(1993) y Mi súper ex novia
(2006).
LA MAGIA DESAPARECIÓ
Que a Ivan Reitman ya hace tiempo que se
le pasó la vena creativa y la capacidad
de crear comedias con encanto o ironía
es un hecho consumado si atendemos a la
calidad de sus últimos films rodados:
Evolution, de 2001, o
Mi
súper ex-novia, de 2006,
son claros ejemplos de esta franca decadencia
a la que aducimos, quedando muy lejos aquellos
añorados títulos trufados
de ingenio y diversión como fueron
Poli de guardería/Un detective
en el kinder o
Los cazafantasmas,
emitidas hasta la saciedad por las televisiones
públicas y privadas durante la última
década.
Después de un lustro en los que Reitman
ha centrado su actividad en el apartado
de la producción, ahora vuelve desde
el ostracismo para ofrecernos
Sin
compromiso/Amigos con derechos
(
No Strings Attached),
una comedia romántica de situación,
o mejor dicho de habitación, donde
una pareja se encuentra y se desencuentra
durante todo el metraje mientras a su alrededor
van pululando personajes más o menos
importantes que aconsejan o aleccionan a
los atribulados héroes de la función
sobre cómo tienen que actuar ante
las diversas situaciónes planteadas.
Y qué quieren que les diga: la magia
de Reitman hace tiempo que desapareció,
y si bien el caché (o palmito) de
la pareja protagonista (nada menos que la
recientemente galardonada con el Oscar a
la mejor actriz Natalie Portman por
El cisne negro y el guaperas de
Ashton Kutcher) podría presagiar
un resultado de enjudia, éste se
queda en mero divertimento a ratos; con
unos gags que funcionan en muy contadas
ocasiones y un guión que necesitaría
un par de revisiones más. Natalie
Portman ha comentado que mientras rodaba
esta
Sin compromiso/Amigos con derechos
ya estaba concentrada en su totalidad en
el que iba a ser uno de los papeles más
importantes de su carrera, el de bailarina
en la premiada película de Darren
Aranofsky; así que no nos cuesta
imaginar la poca energía y entrega
que destila en pantalla. Se le nota a la
legua que para ella éste era un trabajo
de encargo, donde ha invertido algunos dólares
como productora con la posibilidad inclusive
de protagonizar un par de escenas de cama
con uno de los actores (si es que se le
puede llamar así) que más
cuidan su forma física.
Al maridísimo de Demi Moore se le
nota que ha pasado mucho más tiempo
fajándose en el gimnasio que aprendiendo
en la escuela de arte dramático,
y es que a los quince minutos de metraje
ya lo tenemos en pelota picada mostrándonos
toda su corpulencia y herculeidad para asombro
de todas las féminas que asisten
a la escena y a la platea. Por ahí
se ha hablado de la muerte de la carrera
de su director después de semejante
mantecada, aunque algunos de sus más
fervientes seguidores todavía tienen
esperanzas en que el realizador se redimirá
en la anunciada tercera parte de
Los
cazafantasmas.
Quizás el mayor error sea haber filmado
una comedia dirigida a un público
entre 20 y 30 años, cuando lo ideal
sería haber buscado un poco más
la coetaneidad de sus destinatarios. Su
mensaje es tan conservador que no engaña
a nadie. La chica díscola que no
quiere comprometerse bajo ningún
concepto y que sólo quiere mantener
una relación llena de placeres carnales
se irá enamorando paulatinamente
del pipiolo que está colado por sus
huesos desde la época de la secundaria.
Y todo el desarrollo emocional de la historia
a base de palabrotas y situaciones chuscas
que entorpecen el buen desarrollo de la
trama. Lo que sí resulta del todo
sangrante es el papel reservado a un actor
de la talla de Kevin Kline. Kline siempre
ha sido un actorazo de comedia, y si no
que levante la mano quien no se descacharró
con su rol en
Un pez llamado Wanda/Los
enredos de Wanda. Pues aquí
su actuación es patética,
dando vida al padre del protagonista que
está inmerso en una profunda crisis
de mediana edad y que para celebrarlo le
birla la novia a su hijo. Y qué decir
de la presencia (o no) de Cary Elwes, otro
actor que toreó en mejores plazas.
En definitiva, una comedia de amor que desconcierta
más que entretiene, con una acumulación
de conflictos cliché y algún
que otro momento roca donde todo parece
atascado.