
                                        Título original: Le hérisson
                                        País y año de producción: 
                                        Francia / Italia, 2009
                                        Dirección: Mona 
                                        Achache
                                        Guión: MA, basado 
                                        en la novela de Muriel Barbery
                                        Con: Josiane Balasko, 
                                        Garance Le Guillermic, Togo Igawa, Anne 
                                        Brochet, Ariane Ascaride
                                        Duración: 100 
                                        minutos
                                        Calificación: 
                                        No apta para menores de 12 años
                                        Género: Comedia 
                                        / Drama
                                        Sitio Web: http://thehedgehogmovie.com/
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        Reseña argumental: Paloma 
                                        es una nena de 11 años que muy 
                                        seriamente y por producto del aburrimiento 
                                        decide suicidarse el día de su 
                                        cumpleaños número 12. El 
                                        film cuenta en realidad la historia de 
                                        un encuentro inesperado: el de la niña, 
                                        una parisina - encargada de edificio, 
                                        discreta y solitaria -, y un enigmático 
                                        hombre.
                                     
                                     
                                      
                                      
                                      
                                      
                                      POR OTRA RUTA 
                                      El encanto del erizo 
                                        (2009) constituye el debut en el largometraje 
                                        para la joven cineasta francesa Mona Achache, 
                                        a partir de un famoso best seller 
                                        y presentando a tres personajes por los 
                                        cuales pasa el eje de prácticamente 
                                        toda la película: una niña 
                                        bastante madura e inteligente para su 
                                        edad, inquieta y aquejada por la escasa 
                                        atención de su familia (madre algo 
                                        neurótica y que toma antidepresivos, 
                                        padre concentrado en su trabajo); la portera 
                                        del edificio donde esa familia vive (notable 
                                        Josiane Balasko), una ávida lectora 
                                        de perfil bajo y que siempre cumple su 
                                        rutina laboral; y un amable señor 
                                        japonés que se muda a uno de los 
                                        apartamentos.
                                      La obra hace un par de referencias bastante 
                                        obvias al maestro Yazujiro Ozu: el apellido 
                                        del nuevo vecino nipón, y una película 
                                        (Las hermanas Munekata, 
                                        1950) que él se pone a ver junto 
                                        a la portera. Más allá de 
                                        que el homenaje o la cita pudo haber sido, 
                                        si se quiere, un poco más sutil 
                                        (lo mismo para la banda sonora; buena 
                                        pero algo insistente), hay ciertos indicios 
                                        de que estamos ante un atendible trabajo 
                                        que a su manera adapta la cámara 
                                        fija y los sentimientos escondidos de 
                                        algunos personajes de Ozu; en el caso 
                                        de la niña su manera de actuar, 
                                        su fuerte carácter, quizás 
                                        sea el escudo ante cierta inseguridad 
                                        y varias frustraciones e interrogantes. 
                                        Lo mismo para la portera, a la que se 
                                        la compara con el mamífero del 
                                        título, un animal solitario y duro 
                                        en apariencia, y que apenas se relaciona 
                                        con una amiga (Ariane Ascaride), mucho 
                                        más extrovertida. Entre ambas surge 
                                        una amistad especial y también 
                                        una particular relación con el 
                                        nuevo vecino
                                      Se trata más que nada de una película 
                                        de personajes, donde la directora aporta 
                                        su mirada íntima, humana, de tres 
                                        personas que parecen correr por un universo 
                                        paralelo, como desconectadas de la vorágine 
                                        de una sociedad que podría tildarlos 
                                        tranquilamente de raros o excéntricos 
                                        pero que en realidad terminan siendo más 
                                        sensatos que los considerados "normales".
                                      El fantasma de Ozu también aparece 
                                        en las filmaciones que la niña 
                                        hace con la cámara que le regaló 
                                        su padre, transmitiendo su visión 
                                        del mundo que la rodea (el de los adultos), 
                                        un personaje por momentos algo estereotipado, 
                                        que encuentra refugio en sus creaciones 
                                        artísticas, también impulsadas 
                                        por una directora a la que de aquí 
                                        en más habrá que seguir 
                                        con suma atención.
                                      AY