
Título original: Die Another
Day
País y año de producción:
Estados Unidos / Inglaterra, 2002
Dirección: Lee
Tamahori
Guión: Neal Purvis,
Robert Wade, basado en los caracteres
creados por Ian Fleming
Con: Pierce Brosnan,
Halle Berry, John Cleese, Judi Dench,
Michael Madsen, Samantha Bond, Madonna,
Emilio Echevarría.
Duración: 132
minutos
Calificación:
Apta para todo público
Género: Acción
/ Aventura / Thriller
Sitio Web: http://www.jamesbond.com/
Reseña argumental:
Esta vez las aventuras del agente toman
en lugar en la zona desmilitarizada que
separa a Corea del Norte de Corea del
Sur, además de Hong Kong, Cuba,
Londres y varias localidades más.
Bond irá en busca de un traidor
con el objetivo de impedir una guerra
cuyas consecuencias podrían ser
catastróficas. Claro que se va
a encontrar con un par de hermosas mujeres
agentes que tratarán de ayudarlo
en su misión.
El director neocelandés Lee Tamahori
ha dirigido trabajos como El amor
y la furia (1994), Abuso
de poder (1996) y Al
filo del peligro (1997).
Curiosidades:
A Halle Berry se la ve en una escena igualita
a la que interpretara Ursula Andress en
El satánico Dr. No
(Terence Young, 1962), emergiendo espectacularmente
del agua y en traje de baño.
007: Otro
día para morir es la vigésima
aventura en la saga de James Bond en cine
y se estrena a cuarenta años de
El satánico..., la primera de toda
la popular serie.
CLÁSICO MODERNIZADO
Las aventuras de James Bond constituyen
el único gran comodín de
la Metro Goldwyn-Mayer, que con los 350
millones de dólares de promedio
que vienen recaudando mundialmente las
películas del agente 007 logra
salir a flote año a año.
Claro que para cada film el estudio pone
todo a disposición, desde materiales
y gente hasta los dólares necesarios
como para asegurarles a esos fanáticos
de todo el globo terráqueo un producto
que no olvida aquellas raíces que
comenzaron a gestarse en la pantalla desde
hace cuatro décadas y que ahora
tratan de estar a tiro con las modernas
tecnologías, tanto en la teoría
como (más que nunca) en la práctica.
Otro día para morir
(2002) aparece llena de secuencias llamativas
que se limitan, claro, a la acción,
cosa de no reparar mucho en la propia
historia que se cuenta, la cual acostumbra
a encasillar contextos y culturas de manera
tal que sean o de un color o de otro.
En este caso los disparates pasean por
Cuba, Islandia y casi todos los países
por los que ha transitado Bond a lo largo
de unas cuantas películas, más
que nada en lo tiene relación con
las últimas producciones.
Pero lo bueno, a la larga, es la manera
en que están concebidas las secuencias
y escenas más moviditas y también
el provecho que se le saca al trucaje
visual, que no está de mero adorno
sino que acompaña a la imagen y
el movimiento, algo que suma puntos en
el currículum del neocelandés
Lee Tamahori, quien prácticamente
hace su debut como realizador (y buen
estratega) de superproducciones, aprovechando
todo lo que tiene a su disposición
para sacarle su buen jugo.
Lo que sí está como pintado
al óleo, dejando de lado los atributos
físicos necesarios para ser una
chica Bond, es Halle Berry, a quien las
partes de comedia no le sientan demasiado
bien.
AY