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Título original: Kangaroo
Jack
País y año de producción:
Estados Unidos, 2003
Dirección: David
McNally
Guión: Steve Bing,
Scott Rosenberg, sobre historia del primero
y Barry O´Brien
Con: Jerry O´Connell,
Christopher Walken, Estella Warren
Duración: 89 minutos
Calificación: Apta
para todo público
Género: Aventura
/ Comedia
Sitio Web: http://www.kangaroojack.com/
Reseña argumental:
La película cuenta la historia
de Charlie Carbone (Jerry O'Connell) y
Louis Fucci (Anthony Anderson), dos amigos
que se ven envueltos en un lío
que los lleva a Australia, donde deben
entregarle una gran suma de dinero a un
grupo de mafiosos. Lo que no imaginan
es que al tratar de bromear con un canguro,
tomándole una foto con una chaqueta,
este huye, llevándose el dinero
que estaba en el bolsillo. Para rescatar
la chaqueta con el dinero, los dos jóvenes
vivirán aventuras y situaciones
de las más insólitas.
El director David McNally había
dirigido Coyote Ugly
(2000), mientras que uno de los guionistas,
Scott Rosenberg, había participado
en el libreto de Asuntos pendientes
antes de morir (Gary Fleder,
1995), Perturbados (David
Nutter, 1998) y Alta fidelidad
(Stephen Frears, 2000; estrenada directamente
en video en Uruguay), entre otras.
Curiosidades:
La actriz canadiense Estella Warren tuvo,
en realidad, la chance de seguir su carrera
en su especialidad, el nado sincronizado,
por el cual ha ganado varios premios compitiendo
por su país, pero optó,
finalmente, por el cine y no sin antes
haber trabajado como modelo. A Warren
también la pueden ver en la remake
de El planeta de los simios
(2001), dirigida por Tim Burton.
COMEDIANTES: SE BUSCAN
Sabido es que el poder de atracción
en taquilla es más fuerte que cualquier
clase de talento que haya en un actor,
al menos dentro de la industria hollywoodense.
Haga lo que haga un artista, siempre y
cuando recaude, es sinónimo de
tener algunos trabajos asegurados para
el futuro. Y los dos protagonistas de
Canguro Jack realmente son muy malos comediantes,
aunque han aparecido en películas
casi horrorosas pero que tuvieron suerte
en boleterías y / o televisión.
Si a eso le sumamos la frialdad de un
libreto que parece haber sido hecho como
a las apuradas y sin mucho tiempo (o ganas)
de pensar uno se queda con prácticamente
nada. Ah; el canguro. Lo hacen hablar
cuando, justamente, en las escasísimas
comedias vinculadas a estos animales la
gracia dependía más bien
de sus movimientos y no de sus actitudes
humanas.
Aparte de ser especialista en producciones
de acción Bruckheimer, en los últimos
años, también ha sido especialista
en rodearse de mediocres o bien de gente
que busca cumplir con el calendario y
hacer unos pesos, algo que no está
mal si se piensa que se está dentro
de una industria voraz e insensible, y
no al servicio de una obra artística
y con total libertad creativa. El caso
del guionista Scott Rosenberg, por ejemplo,
puede recordar esto, justamente, ya que
es un hombre que ha demostrado ideas solventes
para los distintos directores con los
que ha trabajado.
Y otra cosa que sigue llamando la atención
es la cantidad de veces que en distintas
películas infantiles aparecen ruidos
de gases intestinales (como en Canguro
Jack), eructos, vómitos
y algún chiste donde la materia
fecal está siempre presente (hasta
en las propias animaciones). Realmente
es un abuso, una ordinariez y algo que
habría que dejar para los más
grandes, si se quiere, y no para niños
que van a ver películas aptas,
supuestamente, para todo público.
Puede que en Hollywood haya una crisis
brutal de ideas (de ahí que se
siga importando gente con algo de neuronas)
y que esto se use como último recurso,
pero también existe la posibilidad
de que a algunos "artistas"
les encante hacer referencia a ese tipo
de cosas, a veces extrañas, a veces
muy retorcidas.