
                                        
                                        Título original: Navrat 
                                        idiota
                                        País y año de producción: 
                                        Alemania / República Checa, 1999
                                        Dirección: Sasa 
                                        Gedeon
                                        Guión: Sasa Gedeon, 
                                        libremente inspirado en el personaje de 
                                        la novela de F. Dostoievskii
                                        Con: Pavel Liska, Anna 
                                        Geislerová, Tatiana Vilhelmová
                                        Duración: 100 
                                        minutos
                                        Calificación: 
                                        No apta para menores de 12 años
                                        Género: Comedia 
                                        / Drama / Romance
                                        Sitio Web: http://www.navratidiota.cz/ 
                                        
                                      
                                        Reseña argumental: 
                                        Adaptación libre y moderna del 
                                        clásico de Dostoievskii, dirigida 
                                        por el joven realizador checo Sasa Gedeon. 
                                        El protagonista Frantisek (Pavel Liska) 
                                        sabe poco del mundo exterior. Ha pasado 
                                        la mayor parte de su vida adulta tras 
                                        los muros de un asilo, y al salir percibe 
                                        apenas unas primeras impresiones, quizás 
                                        erróneas. Regresa con sus únicos 
                                        parientes conocidos, que están 
                                        demasiado concentrados en sus propios 
                                        problemas para prestarle realmente atención. 
                                        Por allí cerca está Olga, 
                                        quien según el protagonista destruye 
                                        sus posibilidades de ser feliz porque 
                                        lo desea demasiado. Y también está 
                                        Emil, para quien "no tiene sentido 
                                        evitar a las mujeres" y que enfrenta 
                                        el dilema de tener que elegir entre dos 
                                        de ellas. La otra mujer, Anna, que creía 
                                        amar a uno, quizás ama a otro. 
                                        Y por su parte el protagonista, personaje 
                                        dostoievskiano, ama a todos, comprende 
                                        a todos y a todo. A diferencia de los 
                                        demás no tiene ego, y por ello 
                                        puede ponerse en el lugar de ellos, se 
                                        ve envuelto en los conflictos de todos 
                                        y sirve de testigo y espejo de diversas 
                                        revelaciones dolorosas.
                                        
                                        
                                        
                                        
                                      
                                       
                                      ELOGIOS PARA UN JOVEN CINEASTA 
                                        CHECO
                                      La cantidad de cosas que se desprenden 
                                        a partir de la concepción del personaje 
                                        central (muy buena actuación de 
                                        Pavel Liska) es considerable. El mérito, 
                                        claro está, radica en esa libre 
                                        adaptación de la novela de Dostoievskii 
                                        y principalmente (durante algunos momentos, 
                                        en realidad) en la filmación de 
                                        El idiota (1999), por 
                                        parte del director Gedeon. 
                                        
                                        
                                        Quizá sea fácil comprender 
                                        las características del personaje 
                                        literario, pero lograr transmitir todas 
                                        sus cualidades a través de la imagen 
                                        y que a la vez se pueda interpretar con 
                                        total fluidez y naturalidad desde el propio 
                                        actor no es tarea fácil. Sin embargo 
                                        aquí se logra ese cometido, esa 
                                        fusión que deja ver a un hombre 
                                        con reales sentimientos, preocupado por 
                                        el bienestar de los demás, positivo, 
                                        fuerte aunque también vulnerable, 
                                        que no guarda rencores, que es ingenuo 
                                        pero además inteligente, que es 
                                        benévolo incluso para con aquellos 
                                        que lo agreden, discriminan y hasta se 
                                        burlan de él. 
                                        
                                        
                                        Luego de muchos años de tratamiento 
                                        psiquiátrico y de estar tras un 
                                        muro de silencio, es capaz de ser la persona 
                                        más feliz, de bailar en una fiesta 
                                        mientras todos los demás van psicológica 
                                        y anímicamente barranca abajo. 
                                        Se mete en una maremoto de relaciones 
                                        y se da el lujo de enojarse y hasta salir 
                                        ileso, airoso de algunos asuntos que tienen 
                                        relación con dos parejas de jóvenes 
                                        (reunión familiar con motivo de 
                                        las fiestas navideñas). 
                                        
                                        
                                        También es capaz de mostrarse maduro 
                                        en los delicados tratos con las dos mujeres 
                                        del grupo. Cuando algunos secretos amenazan 
                                        con salir a la luz él se preocupa 
                                        tratando de ayudar a todos con el objetivo 
                                        de que nadie salga lastimado. Y sin darse 
                                        cuenta logra cambiar y mucho el panorama 
                                        que se estaba viviendo. 
                                        
                                        
                                        Es muy importante también lo aportado 
                                        por los tres jóvenes (las dos mujeres 
                                        en cuestión y un amigo), sobre 
                                        todo por la forma en que Gedeon va desenvolviéndolos 
                                        a través de la narración, 
                                        desde hermetismos y fachadas varias hasta 
                                        súbitas explosiones y arrepentimientos. 
                                        Los diálogos son sinceros, honestos, 
                                        el drama es apreciado sin necesidad de 
                                        explicaciones, y el humor también 
                                        logra nutrirse de una sugestión 
                                        visual que a veces hace que el espectador 
                                        no sepa si debe reír o apiadarse 
                                        de este peculiar personaje. 
                                        
                                        
                                        AY