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                                     Reseña 
                                      argumental: Un matemático 
                                      logra desarrollar un programa que permite 
                                      predecir las fluctuaciones del mercado de 
                                      capitales, de modo que el inversor pueda 
                                      saber qué comprar o qué vender 
                                      y cuándo con total seguridad. Algo 
                                      a contramano con el mercado de hoy en día, 
                                      la película lleva a cabo esta ficción, 
                                      donde hay varios temas a la vez: el descubrimiento 
                                      del matemático en cuestión, 
                                      una venganza personal, una impostura, una 
                                      familia destrozada por la voracidad de un 
                                      banco. 
                                       
                                       
                                       
                                      Debut como guionista y realizador para el 
                                      australiano Robert Connolly en el largometraje. 
                                       
                                       
                                       
                                       
                                     
                                    EL 
                                      SISTEMA Y SUS VÍCTIMAS 
                                    El 
                                      juego de la banca es más 
                                      bien un drama documental, una ficción 
                                      demasiado real que alterna entre las despiadadas 
                                      negociaciones de empresarios y las devastadoras 
                                      consecuencias que éstas producen 
                                      en el seno de una familia.  
                                    Es evidente 
                                      que los bancos, aquí, salen más 
                                      mal parados que nunca. Connolly logra canalizar 
                                      con irónica eficacia su natural odio 
                                      hacia las instituciones en cuestión 
                                      y a la vez retratar con sutileza los códigos 
                                      que se manejan, más toda una gama 
                                      de conductas y reflexiones típicas 
                                      de un ambiente que emplea numerosas máscaras 
                                      y linda con la bajeza y el salvajismo, a 
                                      la hora de competir y querer ganar por encima 
                                      de cualquier cosa (nótese que los 
                                      "malos" casi siempre figuran en 
                                      las alturas: edificios, aviones, etc.) 
                                    Claro que 
                                      el film pudo haber sido mucho más 
                                      implacable de lo que al final resultó, 
                                      pero es evidente que algún rasgo 
                                      autobiográfico de Connolly debía 
                                      estar presente, ya sea por indirectas del 
                                      guión o bien por esa cuota de humanismo 
                                      y moralidad necesaria para hacer frente 
                                      a tan compleja situación, donde solo 
                                      la paciencia y la inteligencia constituyen 
                                      las armas principales para derrotarla.  
                                    Podrá 
                                      acusársela de no seguir dentro de 
                                      un eje de registro y revelación, 
                                      que deriva en otro que se vuelca más 
                                      a dramas familiares y situaciones individuales, 
                                      pero, de todas maneras, el resultado final 
                                      es redondo y agrada. 
                                    
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