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                                      Reseña 
                                      argumental: 
                                      La prenda del título pertenecía 
                                      a un millonario industrial para el cual 
                                      el protagonista trabajaba como chofer. Y 
                                      algo que siempre le llamaba la atención 
                                      a este último era por qué 
                                      motivo su patrón insistía 
                                      en que no le tocaran el traje. Pero luego 
                                      de que el acaudalado hombre sufre un accidente 
                                      es el chofer quien, a pedido de su jefe, 
                                      se pone la misteriosa ropa... para descubrir 
                                      que tiene varios chiches, capaces de convertirlo 
                                      en un superhéroe. De ahí en 
                                      más se verá metido en un peligroso 
                                      asunto de espionaje, acompañado por 
                                      un joven novata en el tema, igual que él. 
                                       
                                       
                                       
                                       
                                       
                                       
                                      NI A 
                                      MEDIA MÁQUINA 
                                    No solo 
                                      estamos ante una de las peores películas 
                                      de Jackie Chan sino que, para colmo de males, 
                                      sus innumerables acrobacias, su ocasional 
                                      sentido del humor y la noción mínima 
                                      de cómo contar una historia o, mejor 
                                      dicho, una mala comedia con algún 
                                      que otro momento de gracia brillan por su 
                                      ausencia. El smoking del 
                                      título original no es aprovechado 
                                      al máximo, al menos para que se pueda 
                                      lograr cierta armonía entre la habilidad 
                                      de Jackie Chan y los poderes que de la prenda 
                                      mencionada emanan.  
                                    Jennifer 
                                      Love Hewitt sobreactúa de manera 
                                      exasperante (pudo haber funcionado mucho 
                                      mejor como pareja del personaje principal), 
                                      no hay secuencias de acción y / o 
                                      peleas que logren llenar al menos la vista 
                                      del espectador, ni tampoco esmero en el 
                                      manejo de cámaras y el montaje (imprescindible 
                                      para este clase de productos). Por si fuera 
                                      poco el villano principal y su cometido 
                                      carecen de argumentos originales a la hora 
                                      de llamar la atención. 
                                    Esto demuestra 
                                      que en Hollywood algunos guionistas parecen 
                                      estar prácticamente descerebrados, 
                                      incluso a la hora de pensar una historia 
                                      simple y que logre colmar las expectativas 
                                      de marketing que en ese contexto se exigen 
                                      a rajatabla. Cómo será la 
                                      cosa que se disfrutan más los tradicionales 
                                      bloopers que aparecen al final del film 
                                      (algo típico en los trabajos de Jackie 
                                      Chan) que la propia película en cuestión. 
                                    
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