
No viene de capitales italianos ni japoneses.
No fue filmada en Filipinas ni en República
Dominicana. No fue hecha en blanco y negro ni
tiene monstruos con cierre en la espalda. No fue
un ejercicio amateur ni tampoco surgió
de un lavado de dinero. Tan sólo significó
un inesperado tropezón para todo el equipo
de filmación, supuestamente profesional.
Hoy en día, además, constituye un
objeto de culto entre los coleccionistas de películas
bizarras de todo el mundo (incluido el gran Joe
Dante). Estamos hablando de... Robotic Officer
Tactical Operation Research.; estamos hablando
deee. ¡¡¡ R.O.T.O.R.!!!;
película estadounidense que trató
de seguirle los pasos a la exitosa RoboCop
(Paul Verhoeven, 1987), con algunos ingredientes
de The Terminator (James Cameron, 1984),
que la teníamos pronta para poner al aire
cuando vemos, sorpresivamente, en la revista de
televisión por cable de febrero, que la
iba a exhibir ¡¡¡CineCanal!!!
(nosotros la habíamos comprado en video,
viejo).
El responsable
de este desastre fílmico, super divertido
y que cuenta (nos atreveríamos a decir)
con el personaje más extravagante e inusitado
de tuita la historia del cine, es Cullen Blaine
(su verdadero apellido es Houghtaling), que luego
terminó aportando sus conocimientos en
técnica de animación para la Disney
en algunas secuelas directo a video que el estudio
del ratón editó basadas en algunos
grandes clásicos o recientes éxitos
de cine.
La historia se centra en
la figura de este androide trucho que en principio
fue creado "para juzgar y ejecutar",
algo medio sanguinario si se toma en cuenta que
RoboCop tan solo estaba "para proteger y
servir". La cara de actor porno de los ´70
que tiene el hombre que se esconde tras la artillería
de R. O. T. O. R. es innegable. Raya al costado,
bastante volumen de alcachofas en su marote, bigotes
alargados, enano, cabezón y con menos carne
que Nahmod, este proyecto de héroe se descontrola
y entra a hacer de las suyas por todo Texas. También
usa un casco gigantesco que lo convierte en perfecto
cabezudo para carnaval.
Resumamos mejor
la cosa: un doctor con toda la onda country está
a cargo de un centro experimental en Houston,
lugar donde desarrolla su proyecto "R. O.
T. O. R.", que consiste en una fuerza policial
adelantada a su época, programada para
combatir el crimen y la corrupción. Pero
la incubadora que alberga a este cacho de metal
y plástico presenta fallas técnicas
(pifió el vaquero campirano), por lo que
nuestro cyborg escapa, robándose un uniforme
de la policía y una buena moto. Y esto
no es todo. Detecta criminales, aunque también
se mete con todo el que se cruza por su camino,
incluso civiles inocentes. En otras palabras:
se zarpa con todo el mundo. Ah, su mira infrarroja,
con un blanco y al mejor estilo The Terminator,
se parece a esas visiones de perros que frecuentemente
vemos en las películas de Moneyw...; perdón,
Hollywood, debimos decir.
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No
te metas con R. O. T. O. R. porque te va
a ir como el toor. Roty y su casco comprado
en un remate. |
"Mamá,
te presento a mi novia": la osa
New Wave que pelea contra R. O. T. O. R. |
"Vos
poné los trapos que yo voy por la
cerveza": la gorda y su look "barrabrava"
lista para R. O. T. O. R. |
Entre sus víctimas
figuran un hacedor de hamburguesas a la plancha
(ya se imaginan donde termina su cara), un mujeriego,
un pelado que figura de extra y un gigante que
hace gala de sus músculos y lo dan vuelta
como a un fainá, además de otro
extra (un policía que convierte sus pocas
y reiterativas líneas en una brutal sobreactuación),
un hombre y su novia. A esta última, inexplicablemente,
la sigue a todas partes.
R. O. T. O. R. se hace el malo pateando sillas
en salones vacíos (y... es para el espectador,
que lo mira por tevé, ¿vieron?),
es tomado en planos en contrapicado (esto es,
desde abajo) enalteciendo su figura, brillantes
focos de luz son colocados detrás de él,
como si fuera algo especial (o espacial); en fin,
es la estrella de..., pero esperen. Hay que ponerle
fin a este asunto. Es demasiado el caos que está
haciendo este señor. ¿Y ahora, quién
podrá ayudarnos? ¿La partida de
robots cogote de aluminio que conserva el Depto.
de Policía del lugar? ¿La propia
policía? A R. O. T. O. R. no lo vencen
así nomás. ¿Y entonces?
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"Hola,
vengo por el aviso del Gallito...":
(miren a los extras asombrados, atrás) |
La
gorda vestida por Dior, lista para combatir
a R. O. T. O. R. |
La
pelea más bizarra jamás imaginada:
la vaca y el robotito por fin se encuentran. |
¡¡¡Llaman
a una gorda saladísima, que al principio
la vemos de lentes gigantes, armazón oscuro,
peinado ochentoso, tacos altos, bolsito en mano
y vestido azul, digno de una fana de La
Familia Ingalls!!! A todo esto llegan
al hotel y, con la mira puesta en R. O. T. O.
R., The Goords se convierte en algo bizarraso:
botas militares, más parecidas a las que
usaban los punks, pantalón guerrillero,
musculosa negra, caravanas, labios pintados, rostro
de piedra maquillado, mas una franja blanca en
el pelo que envidiaría el propio Gustavo
Cerati en el video "Cuando pase el temblor"
de su Soda Stereo.
La gorda sale como chumbazo del hotel, junto al
científico doctor, llevando un arma presuntamente
poderosa (parecía que transportaba un violín)
y, finalmente, da con el paradero del travieso
R. O. T. O. R. Y allí, en el campo, junto
al lago, y al costado de una carretera comienza
el gran show. Mientras Doc trataba de rescatar
a la eternamente perseguida, la gorda cazó
del cogote al cyborg y empezó a repartir
tortazos. Se le tiró arriba tipo aquellas
peleas en el recreo de la escuela. Al parecer
Roty olvidó los movimientos sincronizados
de androide y empezó a pelear onda portuario
borracho pegándole a la dagor un piñazo
que la ventó para los arbustos. De inmediato
se levanta la ochentosa y le pega una patada a
Roty que le hace morder el polvo.
Un forzudo desafía a nuestro pedazo de
hojalata, haciendo gala de sus músuculos.
Y así van y vienen. Y hay que ver cómo
se llegan a ver dos acciones en un mismo plano
(¡¡¡maestrooo!!!). Mientras
Country Doc (luego de reflex..., mejor dicho,
de payar sobre la belleza de la naturaleza durante
unos cuantos minutos) ayuda a la mujer perseguida
(ambos apoyados en un auto y a la derecha de la
imagen), la gorda y el robot se dan pa´masita
del otro lado y a lo lejos, al mejor estilo de
las películas Zucker-Abraham- Zucker. Mientras
Gordy le da un abrazo de oso, R. O. T. O. R. aprieta
los dientes con dolor dejando ver una fina dentadura
de caballo.
Cabe acotar que el punto débil de esta
triste máquina es... ¡¡¡la
bocina de los autos!!!, que la deseperación
por figurar de varios extras asombra, y que
la película podía haber sido apenas
un mediometraje, ya que son muchas las partes
de relleno (poesía espantosa, diálogos
horribles, escenas agregadas a prepo en el montaje)
que podían haberse quitado.
Con ustedes,
entonces, una nueva joya de Video Leal (editora
de videos desaparecida, ubicada en la calle
Yí) que da para entretenerse un buen
rato. La película ya la dio Cinecanal
y es probable que la vuelva a dar.
R. O. T.
O. R. (Robotic Officer Tactical Operation
Research; es decir R. O. T. O. R.) - Estados
Unidos, 1989 - Dirección: Cullen Blaine.
Guión: Budd Lewis, sobre historia de
C. B. (C. B. que no sabés nada).
Con Margaret Trigg, Richard Gesswein, Jayne
Smith (¡esa es la gorda!). Duración:
92 minutos - Calificación: No apta para
menores de 15 años. Editó: Video
Leal
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