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BREAKDANCE
Calificación Bizarra


por Jorge Pinheiro y AY (diciembre, 2002)


Fue una moda pasajera pero que quedó en el recuerdo de muchos. En el momento era el furor y ahora algo hasta quizá ridículo y totalmente obsoleto. No había una academia que te enseñara (al menos en Uruguay) y podías llegar a ganarte toda la admiración de las guachas (uy, perdón; debimos decir las "chicas") en los bailes de lluvia si eras capaz de dominar las técnicas. Con ustedes, señores, el break y sobre todo la película que nadie olvida: Breakdance, nuestro video bizarro de fin de año.

En principio uno no sabe si llamarlo bizarro o bien clásico, ya que puede ser perfectamente una mezcla de los dos. Bizarro, más que por una moda que ya fue, por lo endeble de la historia, y clásico, sí, por ese estilo de baile (el breakdancing) que algunos lo miran con nostalgia y respeto, mientras otros lisa y llanamente lo ven como algo grotesco. Claro que si empezamos a buscarle defectos a las modas de los años ´80 (¡grande Paolo, grande!), la década del ´90 (¡volvé, Jazzy Mel, volvé!) ha pifiado bastante en cuanto a imposiciones y ni qué hablar de este nuevo milenio cumbianchero, donde todo parece estar yéndose al carajo.

Todo esto fue un fenómeno social y global. El furor del baile se hacía sentir en todos lados y no faltaba aquel amigo de la barra que se ponía a hacer demostraciones en la parada mientras esperábamos el ómnibus o aquel que se las sabía todas y bailaba hasta cuando le tocaba jugar de arquero y el equipo rival no atacaba. Ni qué hablar de los cumpleaños de las compañeritas de clase, donde el padre y la madre de la homenajeada miraban torcido al "capo" de turno con cara de "¿y mi hija está en la clase de este fantasma"? Pero hete aquí que a veces el fantasma no solo era bueno sino también bastante agrandadito. Cuenta la leyenda que en una casa de La Teja hubo un baile (año 1985) donde un tal Ricardo hacía gala de su destreza como breaker. Pero el show se hizo tan largo que uno de los invitados, algo hastiado, le tiró un gato en celo al medio del ruedo. El felino quedó prendido de la espalda del pobre Ricky aunque el hombre ni cuenta se había dado que tenía al animal como mochila, y seguía danzando. Pocos segundos después las uñas del mamífero doméstico se hicieron sentir, el papá de la nena chapó al micifuz y finalmente el minino salió disparando entre la gente.

El Trío Galaxia (de izquierda a derecha): Lucinda Dickey, Michael Chambers y Adolfo Quiñónez.

Ahora bien... ustedes entraron acá para leer los comentarios sobre la película. Pues hay varios, pero hay uno que no van a poder creer. ¿Saben quién aparece de extra en Breakdance y como uno de los transeúntes del público que se pone a agitar en una plaza, mientras un puñado de personas hace demostraciones en la pista callejera?
¡¡¡JEAN-CLAUDE VAN DAMME (ver fotos, ver fotos)!!! Sí, el héroe belga de acción que en su primera incursión en Hollywood fue puesto de extra para hacer esta película. ¡¡¡Y BAILA BREAK!!! El hombre aparece bien peinadito, estado atlético impecable y  en un estilo que podría definirse entre break y boxer; sí, parece un boxeador. Mientras danza mira a su alrededor con cara de ¿"y cuándo miércoles ganaré algo con esta película"? y a la vez con rostro intimidante de "si te reís de cómo bailo te encajo una voladora en el toor". Antes de las películas de acción y artes marciales que lo consagraron, antes de la aparición en los "finísimos" desfiles de Giordano, antes de estar trabajando para prestigiosos directores chinos como John Woo, Tsui Hark y Ringo Lam, antes de todo lo que vos llegaste a conocer de tu máximo ídolo, estaba Breakdance. Sí señor. (NOTA: El descubrimiento del actor Jean-Claude Van Damme en esta película fue hecho por Jorge Pinheiro).


Bailando al compás del clásico grabador pelotudo ("Ché, moreno, ¿podrás correr tus gambas del diome?").

La película fue dirigida por Joe Silberg, director israelí que en su país de origen había realizado numerosos trabajos para cine. La protagonista principal era la hermosísima Lucinda Dickey, una mesera que trataba de triunfar como bailarina en California. Allí conoce a Turbo y a O-Zone (los dos morenitos que la acompañaban y que realmente la rompían bailando break), quienes le impregnan el arte del baile callejero, el cual ella luego aplica fusionándolo con sus conocimientos de danza en sus posteriores espectáculos de baile.


La banda sonora es muy pegadiza, la coreografía muy cuidadosa, y la historia en general algo convencional pero aceptable al fin; por momentos entretiene y en otros aburre bastante, con diálogo intrascendente e innecesario. Por supuesto que la canción "There´s No Stoppin´ Us", de Ollie & Jerry, era el emblema sonoro del film.

Observen al de musculosa negra. Ah, ¿que no se nota mucho? Mirá las de abajo, entonces.

Cabe acotar que, dado el éxito de Breakdance, hubo una segunda parte que se produjo inmediatamente después de la primera, en 1984, pero que no logró el éxito de su predecesora. Actuaba el mismo trío protagónico aunque la película lindaba con el desastre. La novedad del elenco, aquí, la daba el rapero Ice-T, aunque en un papel menor; el hombre también había estado en la original.


El primer lustro de la década del ´80 también vio pasar ejercicios musicales que nadie olvida, como Flashdance (Adrian Lyne, 1983) y Footloose (Herbert Ross, 1984). Pero hay una, quizá la mejor de toda esa camada, que se estrenó en Uruguay y a la que, sin embargo, no se le terminó dando mucha bolilla: Beat Street (Stan Lathan, 1984).

¿Y ahora...? ¿Que se trata de Carlos Tate? No, no; observá con atención, pirucho.

Esta película, filmada en Nueva York, es mucho más musical que Breakdance (rodada en Los Ángeles) y tiene mejores números de baile, más que nada en lo referente a destrezas individuales. El film trata de un disc jockey, su joven hermano (experto bailarín de break), un artista del graffiti y un aspirante a promotor del mundo del espectáculo; todos intentando salir del ghetto donde viven (el Bronx) para triunfar y ser conocidos en todo el mundo (al menos en Estados Unidos o, mejor dicho, en Nueva York). Hay muchos elementos de hip-hop y una música con ritmo mucho más pegadizo, dinámico y disfrutable al máximo. Insistimos con las impresionantes secuencias de baile y, sobre todo, con los bailarines, que la deshacen. Parecían robots; y es que bailaban casi a la perfección. Los subtes y paredes graffiteadas, barrios a punto de ser demolidos (o sencillamente abandonados), y esas calles donde difícilmente transitan autos, con algunos copos de nieve y hasta ese tradicional humo que sale de las alcantarillas y los tachos de basura era el gran marco de fondo.

Tiembla Tate: Van Damme también podría tener su propio programa de gimnasia en la TV cable.

Curiosamente, cuando Beat Street tuvo su pasaje por los famosos bonos liceales montevideanos, llamó la atención de un montón de gente que en ese entonces no podía acceder a verla en los cines céntricos, donde la entrada, a pesar de que eran otros tiempos, era cara igual. Si hasta los propios porteros (generalmente jóvenes, que trabajaban por las vacaciones y nada más) ¡¡¡se ponían a bailar break en los pasillos!!! Algo increíble, realmente, y que demostraba no tanto un fenómeno popular sino más bien algo contagioso que emanaba de estar viendo la propia película y que llevaba a que varios incluso movieran, a veces inconscientemente, los piececitos contra el piso de madera del cine y a medida que se daban las espectaculares secuencias de break.


Lo bueno en estas películas de baile (y como en Amor sin barreras) es que las luchas entre bandos no era violenta en absoluto, ya que no se usaban básicamente agresiones físicas ni verbales, armas blancas ni revólveres; lo único indispensable para tratar de salir victorioso era saber bailar.

Estas imágenes son de la publicidad en televisión. ¿Se acuerdan del moreno bailando con la escoba?



BREAKDANCE (Breakin´) - Estados Unidos, 1984 - Dirección: Joel Silberg. Guión: Charles Parker, Allen DeBevoise, Gerald Scaife, basado en una historia de los dos primeros. Con Lucinda Dickey, Shabba-Doo (su verdadero nombre era... ¡Adolfo Quiñónez! y no John McNeill), Boogaloo-Shrimp (el de éste: Michael Chambers), Christopher McDonald, Ice-T (aaahhh, ahora sos un famoso, ¿eh?), Jean-Claude Van Damme (ñie, je, je). Editó: (la gloriosa) Tauro Video

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