La banda sonora es muy pegadiza, la coreografía
muy cuidadosa, y la historia en general algo convencional
pero aceptable al fin; por momentos entretiene
y en otros aburre bastante, con diálogo
intrascendente e innecesario. Por supuesto que
la canción "There´s No Stoppin´
Us", de Ollie & Jerry, era el emblema sonoro
del film.
Cabe acotar que, dado el
éxito de Breakdance, hubo una segunda
parte que se produjo inmediatamente después
de la primera, en 1984, pero que no logró
el éxito de su predecesora. Actuaba el
mismo trío protagónico aunque la
película lindaba con el desastre. La novedad
del elenco, aquí, la daba el rapero Ice-T,
aunque en un papel menor; el hombre también
había estado en la original.
El primer lustro de la década del ´80
también vio pasar ejercicios musicales
que nadie olvida, como Flashdance (Adrian
Lyne, 1983) y Footloose (Herbert Ross,
1984). Pero hay una, quizá la mejor de
toda esa camada, que se estrenó en Uruguay
y a la que, sin embargo, no se le terminó
dando mucha bolilla: Beat Street (Stan
Lathan, 1984).
Esta película, filmada
en Nueva York, es mucho más musical que
Breakdance (rodada en Los Ángeles)
y tiene mejores números de baile, más
que nada en lo referente a destrezas individuales.
El film trata de un disc jockey, su joven hermano
(experto bailarín de break), un
artista del graffiti y un aspirante a promotor
del mundo del espectáculo; todos intentando
salir del ghetto donde viven (el Bronx) para triunfar
y ser conocidos en todo el mundo (al menos en
Estados Unidos o, mejor dicho, en Nueva York).
Hay muchos elementos de hip-hop y una música
con ritmo mucho más pegadizo, dinámico
y disfrutable al máximo. Insistimos con
las impresionantes secuencias de baile y, sobre
todo, con los bailarines, que la deshacen. Parecían
robots; y es que bailaban casi a la perfección.
Los subtes y paredes graffiteadas, barrios a punto
de ser demolidos (o sencillamente abandonados),
y esas calles donde difícilmente transitan
autos, con algunos copos de nieve y hasta ese
tradicional humo que sale de las alcantarillas
y los tachos de basura era el gran marco de fondo.
Curiosamente, cuando Beat
Street tuvo su pasaje por los famosos bonos
liceales montevideanos, llamó la atención
de un montón de gente que en ese entonces
no podía acceder a verla en los cines céntricos,
donde la entrada, a pesar de que eran otros tiempos,
era cara igual. Si hasta los propios porteros
(generalmente jóvenes, que trabajaban por
las vacaciones y nada más) ¡¡¡se
ponían a bailar break en los pasillos!!!
Algo increíble, realmente, y que demostraba
no tanto un fenómeno popular sino más
bien algo contagioso que emanaba de estar viendo
la propia película y que llevaba a que
varios incluso movieran, a veces inconscientemente,
los piececitos contra el piso de madera del cine
y a medida que se daban las espectaculares secuencias
de break.
Lo bueno en estas películas de baile (y
como en Amor sin barreras) es que las luchas
entre bandos no era violenta en absoluto, ya que
no se usaban básicamente agresiones físicas
ni verbales, armas blancas ni revólveres;
lo único indispensable para tratar de salir
victorioso era saber bailar.
BREAKDANCE (Breakin´) - Estados
Unidos, 1984 - Dirección: Joel Silberg.
Guión: Charles Parker, Allen DeBevoise,
Gerald Scaife, basado en una historia de los dos
primeros. Con Lucinda Dickey, Shabba-Doo (su
verdadero nombre era... ¡Adolfo Quiñónez!
y no John McNeill), Boogaloo-Shrimp (el
de éste: Michael Chambers), Christopher
McDonald, Ice-T (aaahhh, ahora sos un famoso,
¿eh?), Jean-Claude Van Damme (ñie,
je, je). Editó: (la gloriosa)
Tauro Video
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