EL CONTINENTE PRECIADO
por Alejandro Yamgotchian
(junio, 2004)
La sorpresa fue mayúscula al ver
una recopilación de fotografías
tan grande; en calidad y cantidad. Se trata
nada menos que de un selecto conjunto de
imágenes que la directora alemana
Leni Riefenstahl (también actriz
y baliarina en sus comienzos) tomó
durante sus viviencias en su querida África,
lugar al que llegó por primera vez
promediando la década del ´60,
donde comenzó a trabajar como fotógrafa.
Esta publicación la realizó
la editorial Taschen, en homenaje al centenario
del nacimiento de la polémica realizadora
de El triunfo de la voluntad
(1934; documental sobre la celebración
del Sexto Congreso Nazi en Nuremberg) y
Olimpia (1938; otro documental
pero sobre los Juegos Olímpicos de
Berlin de 1936), que tuvo que sufrir, entre
tantas otras cosas y durante el resto de
su vida, las acusaciones de haber estado
ligada a la ideología y, por supuesto,
al Partido Nazi, a partir del momento en
que el propio Adolf Hitler, gran admirador
de sus películas, quedara fascinado
con lo hecho por Riefenstahl en La
luz azul (1932) y la invitara a
trabajar.
En África, básicamente,
hay material que la alemana tomó
en el mencionado continente durante sus
incursiones desde 1972 a 1997 inclusive,
que finalmente la llevaron a la creación
de varios libros y numerosos ensayos fotográficos,
además de haber pasado por lo que
para ella fue la mejor etapa de su vida.
A partir de un accidente que la derivó
a un hospital de Nairobi Riefenstahl se
vio interesada por una particular tribu
(la Nuba) situada al Sur de Sudán,
donde registró imágenes nunca
antes plasmadas por una cámara (y
menos por una mujer; no olvidar que Riefenstahl
es la primera realizadora en obtener lauros
internacionales que han repercutido en el
mundo y en la propia historia del cine).
Luchas, ritos, fiestas, el lenguaje, y sobre
todo rostros y cuerpos humanos llamaron
poderosamente la atención de la alemana,
que fue recibida calurosamente por los nativos
del lugar y con quienes vivió durante
algunos meses.
En 1998, casi treinta años después
de haber estado con la mencionada comunidad,
vuelve al mismo lugar no sin antes haber
sorteado problemas bélicos (la propia
tribu contra el gobierno árabe islámico
de Khartoum) y hasta un accidente en helicóptero,
del cual Leni sobrevivió de milagro.
A propósito de la experiencia de
Riefenstahl en África hay un mediometraje
documental dirigido por Ray Müller
(quien ya había dirigido el largo
La maravillosa y horrible vida de
Leni Riefenstahl en 1993) titulado
Leni Riefenstahl: Her Dream of Africa.
Y también sería bueno destacar
que Leni consiguó su certificado
de buceo a los 71 años, dedicándose,
claro, a las tomas submarinas, que incluso
la llevaron a continentes como Oceanía,
más específicamente a Papúa
Nueva Guinea, donde buceó con 92
años de edad. Los que estuvieron
cerca de ella afirmaron que era una mujer
muy disciplinada y que, antes de tirarse
al agua, planificaba minuciosamente el trabajo
a realizar.
Lamentablemente Riefenstahl no pudo siquiera
exponer una muestra de su material en su
propio pais natal, poco tiempo antes de
su fallecimiento. Algunos medios de comunicacion
no se cansaban de difamarla, enchastrándola
apenas tenían una oportunidad.
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Algunos integrantes de la tribu Nuba,
en Sudán
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Leni
Riefenstahl en 1998, volviendo al
Sur de Sudán
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Más
imágenes de los Nuba |
En total África
consta de unas 564 páginas, a 87.000
pesos uruguayos, es decir unos 2.900 dólares
aproximadamente (en España el precio
ronda los 2.000 euros). Hay 2.500 ejemplares
que fueron editados por todo el mundo y
uno de ellos está en Uruguay, en
el Segundo Nivel de Punta Carretas Shopping,
más precisamente en The Book &
Magazine Store. Cada uno de los mismos está
numerado y posee la firma de la propia Leni
Riefenstahl, además de numerosos
datos biográficos y una entrevista
hecha por Kevin Brownlow. Las fotos color
fueron reproducidas en Aniva, una sofisticada
técnica que toma la imagen y le mejora
el color y la intensidad, mientras que las
otras restantes, en blanco y negro, recibieron
tratamiento con el Novatone, otra técnica
que mejora la definición y la densidad.
DETRÁS
DE UNA GRAN ARTISTA
Tema polémico, por supuesto, y más
aún cuando vemos en manos de quiénes
han estado los grandes medios de comunicación
en Occidente. Lo cierto es que Riefenstahl
fue acusada de estar aliada con los nazis,
de compartir lo que ellos pensaban y de
servir a sus ideales a través de
obras como El triunfo de la voluntad
y Olimpia.
Leni estuvo de acuerdo con Hitler en el
hecho de salvar a Alemania de la dura crisis
que incluso ya se venía gestando
desde antes que comenzara la Primera Guerra
Mundial. Sin embargo no compartió
las ideas racistas. El triunfo...
es un documental magistralmente filmado
y que se hizo 5 años antes de que
la Segunda Guerra Mundial estallara y los
nazis cometieran las atrocidades que al
final llevaron a cabo. Muchos la acusan
de ser una película de propaganda
a favor del régimen pero Riefenstahl
hacía lo que le decían, sintiéndose
amenazada con ir a la cárcel e incluso
con ser ejecutada, segun sus propias declaraciones,
en caso de que no cumpliera lo que le dictaban.
"Si hubiera sabido las consecuencias
que me iba a traer el filmar El
triunfo de la voluntad jamás
la hubiera hecho".
Sus defensores
sostienen que hubiese filmado a los nazis
con la misma pasión que a una manifestacion
de civiles y que, desafortunadamente, cayó
en el lugar y el momento equivocado. Esto
se hace mas entendible todavía cuando
se la acusa de racista. Si ella defendiera
los valores de la "raza aria"
tan firmemente jamas hubiera ido a África
en busca de los Nuba de Sudán. Del
mismo modo hay ejemplos en la propia Olimpia,
donde el notable atleta de color Jessie
Owens figura como una de las grandes revelaciones
del atletismo, para tristeza de Hitler.
Dichos fragmentos fueron extraídos
por Riefenstahl luego de haber filmado 400.000
metros de película, de haber estado
cuatro meses viendo todo y de haber montado
el material durante dos años. Con
esto se derriba también lo que los
intelectuales alemanes creyeron de la directora:
la sintonía entre su ideal nazi y
la perfección que buscaba captar
en los atletas de su obra.
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Riefenstahl
y el cine
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Riefenstahl
y la fotografía
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Otra
que Jacques Costeau... |
El aporte de la alemana fue tan notorio
que hoy en día los efectos especiales
recurren a sustituir las mismas grandes
masas alineadas y en movimiento que ella
filmó en El triunfo de la
voluntad (y que han abarcado la
obra de importantes directores del actual
cine norteamericano, por ejemplo). Ni qué
hablar lo que las grandes cadenas televisivas
de deporte (también norteamericanas)
importaron respecto a los innovadores ángulos
de cámara utilizados por Riefenstahl
en la imponente Olimpia,
que sí fue reconocida en Estados
Unidos como la obra maestra que era aunque
nadie se animaba a distribuirla, en especial
por las acciones de la Liga Anti-Nazi, muy
alerta con la presión que Hitler
venía ejerciendo contra los comerciantes
judíos en Alemania. Riefenstahl incluso
fue boicoteada por Hollywood, que antes
le había ofrecido ofertas. La prensa
neoyorquina, por su lado, tergiversó
las opiniones de la realizadora, dándole
a entender a la opinión pública
que ella negaba los atropellos y posteriores
masacres que los alemanes estaban llevando
a cabo contra los judíos. A pesar
de todo esto hubo personalidades que la
recibieron sin hostilidad alguna, como el
caso de Hal Roach y el mismísimo
Walt Disney.
LA OTRA HISTORIA

Esta imagen muestra a Leni Riefenstahl espantada
ante las masacres de los nazis en Polonia.
Y las cosas fueron de mal en peor para Leni,
a partir del estallido de la Segunda Guerra
Mundial. Las dificultades de todo tipo que
encontraba para filmar y los enemigos que
surgían tanto dentro como fuera del
Partido Nazi contribuyeron para su progresivo
alejamiento del cine, una de sus grandes
pasiones.
Enviada como corresponsal de guerra a Polonia
fue testigo de las horrorosas matanzas que
los nazis cometieron en Konskie. Desde ese
momento, y absolutamente horrorizada por
lo que había visto, decidió
nunca más filmar escenas bélicas,
volviendo a Berlín de manera inmediata.
Uno de los hechos que la perjudicó
notoriamente fue el haber contratado a un
grupo de gitanos como extras para una producción,
aunque apenas finalizada la guerra se la
acusó de haberlos tratado como esclavos
y dejarlos morir, que la promesa había
sido libertad por trabajo sabiendo que la
muerte en los campos de concentración
los tenía marcados. Muchos especialistas
debaten sobre este tema, afirmando que el
grupo en cuestión fue detectado en
una zona rural y que no estaban como prisioneros.
Riefenstahl llegó a ser detenida
en tres oportunidades por los americanos
y las tres veces logró escapar. Sin
embargo, al llegar a su zona natal se encontró
con su casa confiscada, siendo luego detenida
e interrogada durante meses. En ese momento,
y siendo consciente de la muerte de su padre
y su hermano durante la guerra, además
de un estado de salud endeble y con problemas
frecuentes y de consideración, Leni
pensó en suicidarse. Finalmente su
madre intercedió y fue liberada.
Por otro lado el marido no la ayudó
para nada y, por si fuera poco, sus antiguos
colaboradores la traicionaron, quedándose
con lo poco que Leni no tenía confiscado.
Viviendo en condiciones miserables y cuando
menos se lo esperaba fue trasladada a un
manicomio, acusada de la relación
que mantuvo con los nazis. Pero en su primer
juicio, en 1948, le fue muy bien, ya que
afirmó que nada tenía que
ver con los intereses de Hitler y su imperio.
El gobierno francés, inesperadamente,
apeló la sentencia y en 1949 fue
juzgada una vez más. El resultado
fue positivo para Leni que, a pesar de tener
a casi toda la prensa en su contra, no se
encontraron pruebas ni testigos que la ligaran
estrictamente al Partido Nazi más
allá del trabajo comercial que le
habían encargado los jerarcas de
aquel entonces. El tema de la propaganda
hacia el régimen en El triunfo
de la voluntad, por su parte, fue
derrocado con los premios interacionales
que había recibido justamente por
este trabajo y anteriores al inicio de la
Segunda Guerra Mundial. "Filmé
la verdad tal cual estaba ahí; nada
más. "
Los franceses no aflojaron y tras una nueva
apelación la etiquetaron como simpatizante
no pertenciente al Partido. Mientras tanto
la prensa le siguió jugando malas
pasadas, acusando a Riefenstahl de fascista
cada vez que intentaba embarcarse en algún
proyecto de renombre o que se perfilaba
como algo exitoso. Para colmo de males los
franceses intentaron confiscarle sus bienes
ilegalmente.
Fueron cuatro los años que ella estuvo
presa en Francia, un país que la
quiso tirar abajo de cualquier manera, con
algunas excepciones como la de Jean Cocteau,
que había quedado asombrado, varios
años después, al ver Tiefland
(1954; filmada en la propia Alemania Nazi
entre 1942 y 1945) y que, como presidente
en el Festival de Cannes, insistió
con que se exhibiera aunque no hubo caso.
Las acusaciones contra ella eran una cuestión
de interpretación. La publicación
de un falso diario íntimo de Riefenstahl,
por parte de un oficial nazi, la acusaba
de ser amante de Hitler, algo que la enfureció
y que también la marcó de
por vida, afianzando aún más
su relación con el fascismo.
Leni Riefenstahl falleció el 8 de
setiembre de 2003, a los 101 años,
aunque pudo haber muerto un año antes
de no ser porque un tiburón le perdonó
la vida mientras buceaba en el Océano
Pacífico. Había nacido el
22 de agosto de 1902.
En estos momentos Jodie Foster piensa dirigir
y actuar en una película que va a
evocar su vida, polémica por cierto
pero también repleta de hechos verídicos,
más allá de los flechamientos
de mucho medio mundialmente "prestigioso".
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