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Falleció un grande
ADIÓS A DAVID JOSÉ KOHON

por Emiliano Penelas (desde Buenos Aires)




El sábado 30 de octubre falleció en Buenos Aires uno de los más grandes directores de cine que ha dado la Argentina. Se trata de David José Kohon, quien había nacido en esta ciudad hace 75 años, y fue probablemente quien mejor haya captado su esencia, la síntesis de lo porteño.


Fue uno de los directores que surgieron en la llamada "Generación del '60", ese movimiento de jóvenes entusiastas surgidos la mayoría desde el sentimiento más puro por el cine, el cineclubismo, los cortometrajes y las ganas de crear un lenguaje nuevo, fuera de lo que hasta ese momento se venía produciendo, alejados del acartonamiento de un cine industrial en decadencia.


La base estaba compuesta por una corriente mundial con un fuerte movimiento político y cultural que se daba en todas las artes en los incipientes años de la década del '60. Para el cine argentino significó quizás la camada de cineastas más importante que haya dado este arte hasta el momento.


Entre los nombres surgidos se encuentran los de José Martínez Suárez, Manuel Antín, Simón Feldman, Lautaro Murúa, Rodolfo Kuhn, Leonardo Favio, René Mugica, entre otros. David José Kohon es quizás uno de los menos populares y de los más representativos. Su obra, "más inspirada que prolífica -como señala la periodista Olga Cosentino en Clarín- no supera la decena de títulos y, sin embargo, casi todos representaron una indagación profunda, sincera y valiente en los conflictos de su tiempo."


Kohon dirigió el cortometraje Buenos Aires, al que siguieron los largometrajes Prisioneros de una noche (1960); Tres veces Ana (1961); Así o de otra manera (1964); Breve cielo (1969); Con alma y vida (1970); ¿Qué es el otoño? (1977); y El agujero en la pared (1982), en lo que significó un final demasiado temprano para su trabajo como director.


Los pocos títulos de su filmografía, y ese sinsabor amargo que deja el mismo sentimiento al repasar la producción de sus compañeros de época, pasa porque, como ellos, tuvo que enfrentarse en numerosas ocasiones a la censura y los vaivenes políticos y económicos por los que pasó el país y, como consecuencia, el cine argentino.


Por aquellos años emigró a Israel, donde volvió a su antigua profesión de periodista y crítico de cine. En sus primeros años se dedicó a la dramaturgia y sobre el final a la docencia.

Su pérdida conmociona y acongoja. Si bien desde hacía tiempo venía padeciendo diversas complicaciones de salud, resultó doloroso tener que despedir a quien ha dado tanto por la cultura de su país, que al mismo tiempo se convirtió en un director de características universales.


Una anécdota que ilustra su persona: en 1962 se realizó una exhibición de sus películas y cortometrajes en París, y un crítico lo comparó con Jean Luc Godard y su película Prisioneros de una noche con Sin aliento, del realizador galo. Él se excusó de no haberla visto, pero al año siguiente, cuando volvió a ver al mismo periodista, agradeció la comparación, aunque en su modestia la consideraba excesiva.


Como en la mayoría de los realizadores de la Generación del '60, su cine tenía profundas raíces cimentadas en la ciudad que lo vio nacer. Afirma Adolfo C. Martínez en un artículo publicado el domingo 31 de octubre en el diario La Nación: "Kohon realizó un cine mucho más intimista y subjetivo, donde Buenos Aires fue siempre un personaje más dentro de sus relatos, todos ellos de gran vuelo poético en sus imágenes."


Es por eso que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires desde hace un tiempo viene preparando el "Homenaje de la Ciudad a los Cineastas de la Generación del '60", que se llevará a cabo el 6 de diciembre y del que daremos cuenta oportunamente. David Kohon, por supuesto, iba a ser uno de los homenajeados. Personas allegadas a él le habían comentado de los preparativos y estaba ilusionado con poder asistir. Así lo hubiéramos deseado.


Con su partida queda -por sobre todas las cosas- el dolor de haber perdido a un ser excepcional. Se ha ido un hombre humilde, íntegro, honesto. Su cine sigue estando ahí, para quien quiera disfrutarlo.

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