El exorcismo de
Emily Rose
¿UN
NUEVO EXORCISMO HOLLYWOODENSE?
por Nicolás
Sommaruga (noviembre, 2005)

Jennifer Carpenter en El exorcismo
de Emily Rose
Probablemente aquellos peritos en el arte
cinematográfico encuentren más
de una opinión con la cual se encuentren
en desacuerdo a lo largo de este informe.
Por otro lado, vale destacar que este trabajo
tiene un fin más allá del
de destacar los aciertos o errores que humildemente
cree percibir quien esto escribe: el de
aportar un elemento verdadero al tema (muy
complejo, por cierto) que trata la película;
los exorcismos, que por encararlos de una
forma diferente, probablemente más
de uno quede dudando acerca de la realidad
o ficción que compone este film.
Todos podemos formular una opinión
diferente acerca del mismo, siendo todas
ellas respetables. Habrá quienes
crean en este tipo de eventos, mientras
otros probablemente hayan dejado de leer.
Tras haber recabado información de
diversos lugares, siempre dentro del rango
de lo católico, ya que para poder
hablar de "exorcismos" no hay
que olvidar que, creyentes o no, es la Iglesia
quien puede hablar del tema, intentaremos
resumir esa información y relacionarla
con la película, aunque ya de antemano
aclarando que el tema es mucho mas extenso
de lo que se podría pretender abarcar
con un informe de este tipo.
La
obra resulta interesante, pero no buena
en sí misma. Al abandonar la sala
se podía oír el murmullo general,
donde todos se preguntaban mutuamente si
esto "había sido real",
y he ahí lo que "llama"
del film. Si se nos hubiera presentado ante
nosotros otra de tantas versiones similares
a El Exorcista (cosa que
algunos esperaban), nadie hubiera dudado
que se trataba de una ficción, pero
esos datos tan específicos con letras
blancas, en silencio, que suelen tener las
películas basadas en hechos reales,
causó un impacto e interés
que la película no hubiese provocado
jamás,
en caso de que se planteara como ficción
pura. Si no se hubiera destacado ese "elemento
real", el resultado iba a ser aburrido;
una mezcla de Los Archivos X
con La Ley y el Orden.
Probablemente fue por esa razón que
uno se interesó en el tema y se dispuso
a recoger información.
Ante la gran pregunta que todos se hacen,
sí, la historia es real. Existió
una niña de 19 años llamada
Emily Rose, que supuestamente fue poseída
por demonios, y murió al practicársele
el exorcismo, o como resultado de éste
(no se está adelantando aquí
nada de la película; esto se muestra
prácticamente desde
el principio).
En nuestro país existe un solo cura
que realiza este tipo de prácticas
antiguas de la Iglesia. Sin embargo, en
el presente año, el arzobispo de
Milán designó NUEVE curas
exorcistas, sólo para su ciudad.
Una realidad innegable es que las enfermedades
mentales también han aumentado increíblemente,
en especial durante estos tiempos, aunque,
a pesar de eso, existen casos que la Iglesia
no ha podido explicar, y en los cuales los
exorcismos han funcionado cuando nada más
lo hizo. Como se expresa en la película,
un exorcismo es un proceso duro, tanto para
la persona como para la familia, y es por
eso que estas cosas se mantienen en el mayor
secreto posible, a fin de no destrozar la
figura del individuo a nivel público.
Pero entonces, si los exorcismos se han
practicado siempre, y se siguen practicando,
¿qué tiene de nuevo el de
Emily Rose? Pues bien, según las
creencias católicas, los exorcizados
no mueren en el proceso, porque es "la
gracia de Dios" quien los protege,
pero, en el caso de la película,
la joven murió.
Hasta este punto, la película se
mantiene fiel a lo que sería una
posesión según la Iglesia;
aunque más tarde entran ciertos elementos
que se contradicen mutuamente.
En
primer lugar, Emily Rose provenía
de una familia católica, que asistía
a misa rigurosamente, e incluso se les da
un perfil que roza lo ultra-conservador
a lo largo del film, por lo que no nos sorprendería
(aunque no lo digan en la película)
que la joven estuviera bautizada. Pues bien,
según la tradición católica,
aquellas personas bautizadas, por tener
una parte del Espíritu Santo en su
interior, no pueden ser poseídas
por un demonio (¡y menos aún
por seis!). Sin embargo, a lo largo de la
historia cristiana, se han tenido testimonios
de santos (personas que murieron y luego
fueron canonizadas) que eran "atacados"
por el Diablo, o sea, golpeados, insultados,
tocados y lastimados por una fuerza invisible
a sus ojos. Si tenemos en cuenta al personaje
de Jennifer Carpenter en El exorcismo
de Emily Rose pues le suceden ambas
cosas; al principio es golpeado por algo
invisible, y luego, cuando ella dice "luego
de ese día me rendí",
es poseída. Estas dos situaciones
juntas (incluso una antes y otra después)
no pasan en los exorcismos, por lo que habría
que recurrir a la historia real para comprobar
cuál de las dos le sucedía.
La película tiene, sin embargo, la
sutileza suficiente como para no dejar ver
nunca la opinión del director o del
guionista acerca del caso, ya que si bien
se muestran escenas muy impactantes, todas
ellas tienen una explicación médica,
y por más impresionantes que parezcan,
suelen suceder en la realidad, en casos
graves de ciertas afecciones mentales. Existe
un caso que llegó a través
de quien esto escribe, por parte de un catequista,
que dice que una limpiadora en Montevideo
sufría todos los "síntomas"
de una posesión diabólica;
se contorsionaba, gritaba, pero lo más
sorprendente de todo era que hablaba francés
con total fluidez, sin haberlo aprendido
nunca. Cuando se realizó el estudio
médico de la mujer, se encontró
en su historia que había trabajado
algunos años de limpiadora en la
Alianza Francesa y que , por alguna razón,
su subconsciente había absorbido
el idioma, expulsándolo por medio
de esa afección mental.
El resto de los síntomas de la película
son explicables medante las afecciones que
la misma menciona: epilepsia, esquizofrenia,
etc.; excepto la escena donde grita estar
poseída por el Diablo, y sus ojos
se prenden como dos lamparitas, lo que es
una disculpable intervención hollywoodense.
Otra
cosa que les resultó extraña
a las personas entendidas del tema con las
quien este cronista habló es que
la Virgen le ofrezca a la niña si
desea morir o vivir. Esa actitud de la Virgen
no condice demasiado con el ideal de amor
que los cristianos expresan a través
de su figura; es más bien como si
abandonara a la muchacha a su propio destino,
a su propia decisión.
La muerte del doctor poco antes de atestiguar
resulta también demasiado hollywoodense
o demasiado tonta, depende de dónde
se mire. Si se la ve como una acción
de algún lado que no es la Tierra,
podríamos afirmar que el Mal sí
está interviniendo en ese juicio,
pero, por otro lado, el doctor tuvo la "excelente"
idea de pararse en el medio de la calle
un día de mucha neblina; probablemente
le sucedería lo mismo a cualquiera
que proceda como él, aunque no esté
involucrado en un juicio semejante. Una
vez más deberíamos buscar
en la historia real para estar seguros de
cómo se dieron los hechos.
Otra escena impresionante de la película
es la aparición de lo que parece
ser el Diablo, en forma de un encapuchado
de negro que no se mueve ni hace nada, pero
simboliza su presencia en ese caso. ¿Cómo
puede el cura ver al Diablo si supuestamente
está dentro de la joven? La respuesta
recibida de gente involucrada con la iglesia
fue que el Diablo y los demonios son seres
espirituales, no limitados por el espacio
como el ser humano, lo que podría
explicar su presencia en múltiples
lugares. Lo que sí les pareció
demasiado fue que tuviera SEIS demonios
dentro suyo, pero no negaron tal posibilidad.
Hasta ahora han sido errores que algunos
considerarán importantes, mientras
que otros probablemente no los vean así.
Pero en El exorcismo de Emily Rose
hay dos errores mucho más grandes,
todavía.
En primer lugar, la "pseudo-científica"
que es llevada al juicio por la defensa
es realmente una falla enorme en la película.
Es verdad que explica en menos de cinco
minutos las cosas que mucha gente tendría
flotando en su cabeza, pero teniendo en
cuenta el enfoque que se pretende vertir
en el film, es un personaje que correspondería
más a Poltergeist,
que a este largometraje. Ya la vestimenta
de la mujer delata que una avalancha de
incoherencias está en camino, que
si bien, repito, cumple con la función
de "poner al día" al espectador,
no expresa conceptos que sean tomados como
reales por la Iglesia en estos casos. Hace
un collage entre espíritus, demonios,
"hipersensibilidades", y otros
elementos, que no tiene un solo nexo con
la explicación que la comunidad cristiana
le da a estos eventos. Vale destacar uno
de ellos; la mujer dice que la muchacha
es "hipersensible" a los espíritus;
pues bien, según la tradición
cristiana, los espíritus no pueden
tener contacto con los seres humanos, y
son demonios lo que poseen a las personas,
de ninguna manera espíritus. Por
lo tanto, teniendo en cuenta incluso otras
partes del diálogo, la intervención
de este personaje de corte New Age es una
verdadera pérdida de credibilidad
dentro de la obra.
El otro gran error es la aparición
de los estigmas en la muchacha, pero no
por las marcas en sí misma, sino
por relacionarlos con la propia posesión.
A lo largo de la historia de la Iglesia
han existido 350 estigmatizados considerados
"verdaderos", pero el ser estigmatizado
no significa tener una mayor o menor santidad,
ideas que han sido metidas en la gente a
través de películas como Estigma
/ Stigmata, que es, desde
el punto de vista religioso, una verdadera
farsa y no presenta un solo argumento verdadero.
Los estigmas son considerados en la gran
mayoría de sus casos (incluso los
aceptados por la Iglesia) como "reacciones
psico-somáticas", o sea, cuando
la mente afecta al cuerpo causándole
afecciones reales, a partir, por ejemplo,
de una obsesión. Y no se relaciona
con la santidad de la persona, ni mucho
menos con que esté poseída,
por lo que es este otro mal uso del cliché
de los estigmas en el cine.
A pesar de que los mencionados errores puedan
no ser menores, no se puede dejar de admitir
que una película hecha sin estos
"retoques" no sería tan
divertida para el público. Además,
trata el tema con muchos menos artilugios
que películas como El Exorcista,
o El ente, y se aproxima
mucho más a lo que sería una
posesión verdadera, en especial a
sus síntomas.
Es una película que puede dejar al
espectador pensando a la salida del cine,
pero hay dudas sobre el hecha de que pueda
trascender en el tiempo mucho después
de su estreno. Lo que sí puede despertar
en la gente es un interés en este
tema; y también es una forma de mantener
vivo un género que parece ser eterno.
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