
                                        El trabajo documental es bueno. Solamente 
                                        habría que cuestionarle parte de 
                                        la objetividad periodística que 
                                        presenta. Pero claro, es muy difícil 
                                        hacer un equilibrio, cuando la intención 
                                        no es solo llevarle al espectador los 
                                        logros de Ayrton Senna como deportista. 
                                        El título "Senna" se 
                                        refiere a lo que fue en especial como 
                                        persona, y hay imágenes muy reveladoras 
                                        que fueron aportadas por los propios familiares 
                                        del fallecido piloto brasilero, que no 
                                        sólo se hizo querido y famoso por 
                                        sus logros en la Fórmula 1. 
                                      Hubo que resumir en apenas 106 minutos, 
                                        cientos y cientos de horas de grabación 
                                        (se habla de casi 5.000 en total). Pero 
                                        hubo algo que fue mucho más difícil 
                                        que eso, todavía: tratar de obtener 
                                        los permisos para muchísimas imágenes 
                                        que, más allá de allegados 
                                        y canales de televisión que colaboraron 
                                        con la obra, pertenecían a numerosos 
                                        particulares. Y dado el acotado presupuesto, 
                                        no se pudieron pagar para ser emitidas. 
                                      
                                      Eso no impidió, sin embargo, dejar 
                                        bien claro lo que fue, lo que significó 
                                        Ayrton Senna, un hombre luchador, sacrificado, 
                                        de bajo perfil y solidario, que le llevó 
                                        varias alegrías a una sociedad 
                                        brasilera que no la estaba pasando bien. 
                                        Fue un arriesgado y al mismo tiempo meticuloso 
                                        velocista, no tan estratega como uno de 
                                        sus más acérrimos rivales, 
                                        Alain Prost, con quien tuvo un capítulo 
                                        aparte y que en este documental no queda 
                                        muy bien parado.
                                      Senna acusa a Prost de ser muy quejoso, 
                                        pero él, dentro de la histórica 
                                        rivalidad que al final tuvieron, también 
                                        lo era. En la famosa carrera de Japón, 
                                        en 1989, la maniobra de Prost fue reconocida 
                                        como legítima por parte de los 
                                        principales pilotos (incluyendo al brasilero 
                                        Nelson Piquet), y eso el documental no 
                                        lo muestra. El francés se defendió 
                                        de la jugada de Senna, quien debía 
                                        ganar para mantener chances de ser campeón. 
                                        Tampoco dice que Prost, una vez retirado, 
                                        mantuvo la relación con Senna, 
                                        personalmente y a través de conversaciones 
                                        telefónicas; no terminaron peleados.
                                      Más allá de esta clase 
                                        de omisiones, es innegable la gran labor 
                                        del director Asif Kapadia, el guionista 
                                        Manish Pandey (ambos de ascendencia india) 
                                        y sobre todo la de los montajistas Chris 
                                        King y Gregers Sall para hacer de este 
                                        trabajo una historia que no suelta al 
                                        espectador y que podría verse como 
                                        la crónica de una muerte anunciada, 
                                        la misma que le iba dando señales 
                                        a él poco tiempo antes de su muerte 
                                        y que las veía con una nitidez 
                                        que cuesta creer. La inmensa mayoría 
                                        de imágenes seleccionadas calzaron 
                                        a la perfección con el espíritu 
                                        que se quiso plasmar de Senna.
                                      Su bondad, su generosidad, su religiosidad, 
                                        iban corriendo en el film por vías 
                                        paralelas junto a los entretelones de 
                                        la competencia, en especial los políticos 
                                        más las modificaciones implantadas 
                                        a los autos, donde los distintos cambios 
                                        mecánicos y tecnológicos 
                                        incorporados por la FIA (Federación 
                                        Internacional del Automóvil) lo 
                                        terminaron perjudicando, ya que no disponía 
                                        de un neto control del vehículo 
                                        durante las carreras.
                                      La desgracia en el Gran Premio de San 
                                        Marino (1994), en Italia, que puso fin 
                                        a su vida, con tan solo 34 años, 
                                        fue la última muerte en un circuito 
                                        de Fórmula 1 hasta hoy en día. 
                                        300 millones de personas estaban viendo 
                                        esa carrera en vivo. Sin querer, se sacrificó 
                                        por el bien de tantos otros que vinieron 
                                        después, de tanta gente que jamás 
                                        lo va a olvidar, por el bien del automovilismo, 
                                        del deporte en general y de un país 
                                        norteño que lo adora.
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        SENNA (Senna) - Reino 
                                        Unido, 2010 - Dirección: Asif Kapadia. 
                                        Guión: Manish Pandey. Duración: 
                                        106 minutos