
Ya de por sí una reseña argumental puede valer totalmente para las nuevas generaciones o incluso para aquellos que apenas tienen un recuerdo de esa tragedia, que iba hundiéndose en el más absoluto silencio y olvido, con el paso del tiempo.
"En 1971 se celebró un evento aéreo militar. El lugar, Kibón, en la rambla de Montevideo. Ese domingo, una multitud aguardaba ansiosa por ver la atracción principal: los helicópteros Sikorsky SH-34J, que tenían previsto, entre otras maniobras, cargar un jeep y moverlo de un lado a otro de la costa. En cuestión de segundos, la tranquila escena de fin de semana se convirtió en pesadilla: dos helicópteros chocaron entre sí, haciendo que las hélices proyectadas hieran y hasta causaran la muerte de varios espectadores. Esta es la primera vez que un documental uruguayo aborda estos hechos ocultos y sin resolución. Premio a Mejor Documental Uruguayo en AtlantiDoc 2013."
Y al final vino este trabajo, un proyecto cuidadosamente armado, que no tuvo estreno en circuito comercial pero que sí pasó por festivales de cine de capital e interior, donde comenzó a ganar premios. Los testimonios recogidos son extremadamente valiosos, y hacen referencia a lo que pasó en el momento, y en especial a lo que ocurrió más tarde con los sobrevivientes afectados, quienes se enteraron de datos técnicos fundamentales aunque más de 25 años después de los hechos ocurridos
Hubo otros también reveladores a nivel local, sobre los cuales las autoridades y militares de la época no quisieron hacer declaraciones al respecto y que llegan incluso a un juicio llevado a cabo en Nueva York, a partir de una demanda iniciada por un abogado norteamericano: los helicópteros de la tragedia eran estadounidenses; los Sikorsky eran de la época de la guerra de Vietnam, luego fueron retirados de servicio en Estados Unidos, pero algunos, sin embargo, fueron vendidos a Uruguay…
Además del material de archivo, que incluye propaganda televisiva de la época de la dictadura, también constituye toda una novedad que se logre documentar un hecho que parecía haber quedado en el olvido del público en general. Y más novedoso (y curioso) todavía es que este trabajo fue hecho por dos jóvenes realizadores que vienen del cine fantástico y bizarro, y que aquí se pusieron tan serios (hasta en planos de detalle donde la imagen de los entrevistados, sus gestos, valen tanto como las palabras que expresan) que terminaron filmando un material de cabecera, una tragedia que lamentablemente forma parte de la historia (negra) de Uruguay, porque con ella venía implicado un complejo contexto, muy bien retratado, ilustrado por historiadores y los propios entrevistados: las consecuencias del papel de las Fuerzas Armadas a partir de 1968, los incidentes previos a las Elecciones Nacionales de 1971, el recrudecimiento de conflictos y luchas armadas en 1972, la posterior dictadura militar en 1973, y todo un manto de silencio, mentiras y engaños que se fueron dando con el paso de los años y décadas posteriores.
Los últimos doce minutos son realmente impactantes. El espectador adquiere real dimensión del desastre, mientras los entrevistados narran lo que fue vivir el espanto en el lugar de los hechos, a través de estremecedores relatos. Por esto y todo lo anterior es que Hélices termina siendo un documental necesario, vital y más que bienvenido para cualquier archivo fílmico.
HÉLICES -
Uruguay, 2013 - Guión y Dirección: Adrián Barrera Serván, Maximiliano Contenti. Duración: 53 minutos.