
El pasado martes
20 se exhibió en Cinecanal la película
Chicas pesadas (Mark S.
Walters, 2004). Este film fue estrenado
en agosto de 2004 en Uruguay, y se exhibió
durante únicamente dos semanas, una
de ellas en el cine Plaza con una sola función
a las cuatro de la tarde. La estrategia
publicitaria tampoco fue muy buena, por
no decir que de hecho fue inexistente.
Los críticos de cine parecieron no
darse cuenta del estreno, y aquellos que
si lo hicieron (como por ejemplo Daniel
Lucas), la calificaron de pésima
pelìcula adolescente, mientras alababan
bodrios como Alguien tiene que ceder
o Las invasiones bárbaras.
En video no le fue mucho mejor que eso,
cayendo entre las pelìculas que salen
o en DVD o en VHS, pero no en ambos formatos,
lo cual de alguna forma hacía que
el público que pudiera alquilarala
se volviera aún más escaso.
Asi, una de las pocas películas genuinamente
inteligentes que ha dado la industria hollywoodense
fue completamente ignorada. Como es usual.
Por supuesto, las características
propias de Chicas pesadas
la vuelven un objeto incómodo y descartable
para la mayoría de los críticos
de cine perezosos. Por una parte, se trata
de una comedia, lo cual ya genera desconfianza.
Además, no sólo eso; también
es una comedia adolescente, lo cual invoca
los prejuicios de Porky's
o American Pie. Y para
terminar de poner el clavo en el ataúd,
se trata de un film de mujeres.
Pero no un film de mujeres como puede ser,
quizás, La casa de los espíritus,
en el sentido que es lo que un publicista
puede llegar a pensar, que es el gusto promedio
de la mujer, sino un genuino film feminista,
en el cual se trata un problema de chicas,
por decirlo de alguna forma, y se plantea
una solución, pero una solución
tomada por sí mismas, no por lo que
debería ser la solución típicamente
machista de lo que una mujer
quiere (citemos por ejemplo, justamente,
Lo que ellas quieren).
Por otra parte, se trata de una película,
que al mismo tiempo, no es realmente un
film que pueda llegar a ser tan masivo.
Más allá de toda la comicidad
planteada, de lo divertida y ligera que
es (el adjetivo ligero, por otra parte,
no se refiere a superficialidad, sino a
fluidez; que conste), se trata de una película
oscura, llena de humor negro, de burla y
sarcasmo, de una acidez que rara vez se
ve en una película comercial.
Y es que Chicas pesadas
es un film sobre la crueldad. Más
específicamente la crueldad entre
mujeres. O sea, de como detrás de
lo rosado, de la feminidad, siempre hay
maldad y crueldad.
La trama del film es la siguiente: Cady
Heron, una estudiante recién llegada
de África, se vuelve amiga de Janis,
algo así como la freak del
liceo. Pero Cady, que es hermosa, inteligente
e inocente, pronto es abordada por "Las
Plásticas", el grupo de chicas
populares, que es regido por Regina George
(Rachel McAdams, probablemente una de las
actrices más prometedoras de este
momento). Luego de darse cuenta que Regina
es poco menos que "la personificación
del mal puro en un ser humano", Cady
y Janis hacen un plan para destruirle la
vida, al mismo tiempo que logra que Cady
se vaya volviendo paulatinamente en un clon
de
Regina.
Si
el argumento suena a conocido o cliche,
de alguna forma se explica que el guión
está basado en un libro llamado "Queen
Bees and Wannabees", que en realidad
es un manual para los padres de cómo
tratar a sus hijas durante la adolescencia.
Tina Fey, guionista del film (y tambièn
escritora para Saturday Night Live),
vio en lo que a primera vista se trataría
de un libro sin importancia, el material
para desprender su fino cinismo e ironía,
pero también para jugar con las convenciones
de lo que se debe tratar en una película
adolescente.
"El edificio de atrás se
quemó en 1987", dice Janis,
la chica que inicia a Cady, nuestra protagonista
(interpretada por la entonces no tan famosa
Lindsey Lohan; recuerden que aquellos eran
los días pre-"Herbie")
en las lindes de la crueldad femenina.
Esa pequeña línea de diálogo
puede ser completamente ignorada por la
mayoría de los espectadores del film,
pero se trata de una referencia bastante
obvia a la genial Atracción
letal (Heathers; Michael Lenham,
1987), otra comedia adolescente cruel y
negra (aunque un poco más que Chicas
pesadas), que trataba de otro tema
incómodo; en este caso, el suicidio
adolescente. De alguna forma, Chicas
pesadas toma lineación con
esa película, creando una atmósfera
pesadillesca, casi onírica.
Otro film subvalorado con el cual Chicas
pesadas se conecta, aunque màs
tagencialmente, es con Ni idea
(Clueless; Amy Heckerling, 1995), en el
sentido que se disfraza de película
"tonta", cuando en realidad se
trata de una sátira social. Un ejemplo
perfecto de esto es la escena en que se
nos lleva por primera vez a la casa de Regina
George. Se trata de una mansiòn con
columnas gigantescas, en la que adentro
anidan la hermanita de Regina y su madre.
La hermanita, cuando la vemos, está
practicando la coreografía de la
canción "Milkshake" de
Kelis, que probablemente sea uno de los
videoclips más cachondos de todos
los tiempos (perdón por la expresión,
pero no encontré ninguna más
adecuada). Posteriormente veremos a la niña
jugar a ser una "Girl Gone Wild",
sacándose la camiseta al unísono
que lo ve en la tele. La madre de Regina,
interpretada por la genial Amy Poehler,
es una mujer decadente de 40 años,
que se acaba de hacer de vuelta una cirugía
estética en los senos ("duros
como rocas") y quiere ser una adolescente
eterna, lo cual lo único que hace
es generar incomodidad y desagrado.
"Sé que parezco una perra,
pero es porque en realidad estaba actuando
como una" dice Cady en cierto
momento. Y es que ella, que parecía
tan amable e inocente, también tiene
el germen de la maldad en su ser, solo que
más inconscientemente de lo que lo
puede llegar a tener tanto Regina como Janis.
La necesidad de pertenecer se vuelve el
primer estímulo, pero luego, más
que pertenecer, se vuelve la necesidad de
dominar, de volverse otra persona que tenga
a sus pies a todos los demas. Es interesante
que un film llegue a estos extremos, en
el cual la protagonista principal se nos
vuelve un ser tan maligno e insoportable
como la propia "villana" de la
pelìcula, o sea Regina.
Un dato que el film no oculta es que parte
de ese odio es tambièn odio por uno
mismo. Y en la que posiblemente sea una
de las mejores secuencias, Regina decide
planear la venganza contra Cady poniendo
su foto en el "Libro de Quemados"
(un libro en el cual Regina, Cady y las
otras dos secuaces, tan tontas como ineficaces,
pegaban fotos de gente que les caían
mal junto con rumores tétricos de
los que se habían enterado), junto
con la descripición de: "Esta
es la chica más mala que he conocido,
no confíen en ella, es una perra".
O sea, utiliza su odio por sí misma
para lograr derrotar a la que se ha vuelto
su peor enemiga.
Como ya se escribió, este film juega
constantemente con los cliches y los procedimientos
que debe tener un film "teen".
Y el final es extraordinario en este sentido,
subvirtiendo todo lo que se suponía
que debía ser, y poniendo como reìna
del baile a una chica en su uniforme de
atleta, e incluso generando tensión
a partir de que esta chica gane o no un
concurso de matemática.
Chicas pesadas es una muy
buena pelìcula y un film muy gracioso.
También es una pelìcula cruel
e inteligente, tan inteligente que pocos
se dan cuenta. Ahora que se está
exhibiendo en cable, quizás sería
bueno que más gente le prestara atención.
|