
                                        Título original: 
                                        Freddy vs. Jason
                                        País y año de producción: 
                                        Estados Unidos, 2003
                                        Dirección: Ronny 
                                        Yu
                                        Guión: Damian 
                                        Shannon, Mark Swift, basado en los caracteres 
                                        creados por Víctor Miller para 
                                        Martes 13 (Sean S. Cunningham, 1980) y 
                                        Wes Craven para Pesadilla en lo profundo 
                                        de la noche (1984).
                                        Con: Robert Englund, 
                                        Ken Kirzinger, Mónica Keena
                                        Duración: 97 minutos
                                        Calificación: 
                                        No apta para menores de 12 años
                                        Género: Terror 
                                        
                                        Sitio Web: http://www.freddyvsjason.com/
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        
                                        Reseña argumental: Freddy 
                                        Krueger (Robert Englund), el temido asesino 
                                        de sueños de la serie Pesadilla, 
                                        está en el infierno - literalmente. 
                                        Sus víctimas potenciales están 
                                        medicadas para prevenirlas de que se duerman, 
                                        dejando así impotente al maestro 
                                        de las pesadillas. Han eliminado el terror 
                                        que le tenían a Freddy y eso es 
                                        una completa tortura para un psicópata 
                                        egocéntrico que es una leyenda 
                                        en su propia mente. Como un recluso con 
                                        cadena perpetua, Freddy ha sido reducido 
                                        a inventar una venganza fantástica 
                                        que nunca ocurrirá.
                                      Pero Freddy resucita a Jason Voorhees 
                                        (Ken Kirzinger), el asesino psicópata 
                                        de la serie de películas Martes 
                                        13. Jason es el medio perfecto 
                                        para que Freddy pueda, una vez más, 
                                        crear el terror en la calle Elm. Al ver 
                                        cuán fácil es manipular 
                                        a Jason, Freddy lo convence para que el 
                                        asesino enmascarado comience un nuevo 
                                        reino de terror. Pero mientras los cuerpos 
                                        comienzan a apilarse y la reputación 
                                        de Freddy cobra nueva vida, él 
                                        descubre que Jason no desea terminar con 
                                        los asesinatos, no quiere abrirse tan 
                                        fácilmente. Ahora, con una ciudad 
                                        atemorizada en el medio, los dos titanes 
                                        del terror entran en una lucha de proporciones 
                                        épicas, alternando entre el mundo 
                                        de sueños y la dura realidad.
                                      El director chino Ronny Yu es conocido 
                                        por trabajos como La novia del 
                                        cabello blanco (todo un clásico, 
                                        que acá no llegó ni en pedo), 
                                        la espectacular Warriors of Virtue 
                                        (menos que menos que nunca) y La 
                                        novia de Chucky (1998). 
                                      Curiosidades: 
                                        Este enfrentamiento entre dos de los más 
                                        famosos villanos del terror norteamericano 
                                        estaba por transformarse en película 
                                        desde hacía casi quince años. 
                                        El último Martes 13: Jason 
                                        va al infierno (Adam Marcus, 
                                        1993) fue lo que se terminó filmando 
                                        al truncarse las negociaciones para este 
                                        flamante estreno que al final llegó. 
                                        La cosa había empezado a gestarse 
                                        antes de la filmación de la séptima 
                                        parte de Martes 13, cuando 
                                        la Paramount le propuso a la New Line 
                                        hacer Freddy vs. Jason, 
                                        pero hubo diferencias considerables que 
                                        llevaron a que la película terminara 
                                        realizándose... ¡dieciséis 
                                        años después!
                                        
                                        
                                      
                                      
                                        
                                        CRUZA RARA
                                        
                                        
                                        En los ´80 eran cita obligada para 
                                        los amantes del clásico cine de 
                                        terror con asesinos seriales. En los ´90 
                                        intentaron reflotarlos, con resultados 
                                        bastante irregulares. Y en este flamante 
                                        nuevo milenio, al mejor estilo de lo que 
                                        se estila hacer en los comics, Freddy 
                                        Krueger y Jason Voorhees se enfrentan, 
                                        luego del evidente guiño al final 
                                        de El último Martes 13: 
                                        Jason va al infierno (1993), 
                                        del británico Adam Marcus. Ahora, 
                                        el encargado de tomar las riendas en Freddy 
                                        vs. Jason (2003) fue el chino 
                                        Ronny Yu, que ya había tenido la 
                                        oportunidad de meterse en la saga de otro 
                                        famoso criminal en serie, el popular muñeco 
                                        diabólico Chucky, en La 
                                        novia de Chucky (1998). 
                                        
                                        
                                        Hay que reconocer que Freddy fue el más 
                                        exitoso pero Jason terminó ganándole 
                                        a Freddy en secuelas (diez contra siete), 
                                        lo que indica que el asesino enmascarado 
                                        de Crystal Lake también tuvo mucha 
                                        aceptación. El humor negro de Freddy 
                                        y la violencia imparable de Jason se unen 
                                        al comienzo y luego terminan enfrentándose, 
                                        mientras la clásica pandilla de 
                                        jóvenes descontrolados se ve reducida 
                                        a los escasos héroes de turno, 
                                        obviamente más sensibles e inteligentes 
                                        que el resto de sus amigos. Pero lo más 
                                        curioso es que Freddy, aprovechándose 
                                        del cerebro de mosquito de Jason, lograra 
                                        hacerlo entrar en razón, luego 
                                        de haberlo resucitado, para que lo ayudara 
                                        a hacer de las suyas en la Calle Elm. 
                                        Esto porque la única manera que 
                                        siempre hubo de parar a esa máquina 
                                        de matar que es Jason era diciéndole 
                                        algo sobre su madre. Jason no tenía 
                                        piedad con nadie, ni siquiera con los 
                                        niños y mucho menos la iba a tener 
                                        con alguien como el personaje que interpreta 
                                        Robert Englund.
                                        
                                        
                                        Esta alianza y posterior choque tiene 
                                        cierto atractivo en lo que son algunos 
                                        asesinatos y hasta algo de humor, fieles 
                                        a las dos sagas, pero el relato peca... 
                                        de no ser tan elemental y sí más 
                                        elaborado (en cuanto a línea argumental, 
                                        claro está), con caras famosas 
                                        y bastantes espejitos de colores en lo 
                                        que respecta a la producción, gracias 
                                        a algunos millones de dólares adicionales 
                                        que se manejaron en el presupuesto, y 
                                        la gran publicidad que se llevó 
                                        a cabo. Simplemente eso; Freddy 
                                        vs. Jason tiene ese toque distintivo 
                                        de producto clase A, cuando ambas sagas 
                                        (especialmente la de Jason) eran típicos 
                                        productos de bajo presupuesto, distribuidos, 
                                        eso sí, por compañías 
                                        como Paramount y New Line Cinema (antes 
                                        de ser lo que ahora es).
                                        
                                        
                                        También inciden las épocas; 
                                        no era lo mismo ver a Freddy y a Jason 
                                        en los ´80 que ahora, con el género 
                                        del terror tan venido a menos y donde 
                                        solamente son viables películas 
                                        cuyo público más joven y 
                                        tecnificado se inclina por las torturas, 
                                        lo bizarro, o las remakes (a veces sin 
                                        saber que existían las originales), 
                                        y no tanto aquellas obras donde el maquillaje 
                                        sin efectos computarizados, la sugestión, 
                                        el terror explícito (no abusador) 
                                        y la propia creatividad eran marca registrada. 
                                        Tanto las sagas de Pesadilla en 
                                        lo profundo de la noche como 
                                        Martes 13 tenían 
                                        algo de esto último e incluso bastante 
                                        ingenuidad para lo que era la época; 
                                        no había pretensiones de ningún 
                                        tipo y la gente ya sabía lo que 
                                        iba a ver: películas prohibidas 
                                        para menores y no como las de ahora, donde 
                                        se piensa en la calificación y 
                                        por tanto en dosificarla para que más 
                                        gente las pueda ir a ver. Sin embargo, 
                                        muchos de los que ahora puedan acercarse 
                                        a ver Freddy vs. Jason 
                                        quizás lo hagan más bien 
                                        por curiosidad y/o impulsados por la publicidad, 
                                        en lugar de por el gusto, la nostalgia 
                                        o simplemente por placer culpable.
                                        
                                        
                                        El resultado final no es bueno, pero se 
                                        puede disfrutar de a ratos. Los respectivos 
                                        cuartos de hora de estos personajes ya 
                                        pasaron, y el subgénero de asesinos 
                                        seriales está necesitando una nueva 
                                        dosis, mucho mayor incluso a la aplicada 
                                        por el director Steven Miner en Halloween 
                                        H20 (1998) o Rick Rosenthal 
                                        en Halloween: Resurrection 
                                        (2002; siempre hablando del famoso personaje 
                                        de Michael Myers), que lograron en parte 
                                        rescatar el espíritu de aquellas 
                                        épocas. Wes Craven intentó 
                                        hacer algo distinto en la saga Scream 
                                        y los resultados sí fueron buenos, 
                                        por encima de que Kevin Williamson se 
                                        atribuya méritos de más 
                                        (basta con ver las dos partes de Sé 
                                        lo que hicieron el verano pasado, 
                                        para darse cuenta de que no es ninguna 
                                        mente maestra del terror ni mucho menos). 
                                        Pero ahora hay una gran ventana abierta 
                                        con el cine de terror asiático, 
                                        que en los ´90 se impulsó 
                                        de manera tremenda y que en la década 
                                        de 2000 reina de manera ejemplar y absoluta, 
                                        llegando de a cuentagotas a circuito comercial 
                                        pero que sí está al alcance 
                                        de la mano en videoclubes, televisión 
                                        para abonados y festivales de cine. Mejor 
                                        que Ronny Yu vuelva a lo de antes, a lo 
                                        que sabe hacer, y deje a estos clásicos 
                                        del cine norteamericano tranquilos, descansando 
                                        en paz.