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CAPITÁN DE MAR Y GUERRA


Título original
: Master and Commander: The Far Side of the World
País y año de producción: Estados Unidos, 2003
Dirección: Peter Weir
Guión: Peter Weir, John Colle, basado en la serie de libros de Patrick O´Brien
Con: Russell Crowe, Paul Bettany, Max Pirkis
Duración: 138 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Acción / Aventuras
Sitio Web: http://www.masterandcommanderthefarsideoftheworld.com/





Reseña argumental
: Ubicada en la época de las guerras Napoleónicas, Crowe es el Capitán creado por Patrick O'Brian, "Lucky" Jack Aubrey, famoso capitán guerrero de la Armada Británica, y Paul Bettany interpreta al doctor a bordo Stephen Maturin. Súbitamente, su nave, el Surprise, es atacada por un enemigo superior, así que con el barco muy dañado y gran cantidad de heridos entre la tripulación, Aubrey se debate entre cumplir con su deber o con su amistad, mientras inicia una persecución de alto riesgo para capturar a su enemigo, a través de dos océanos. Es una misión que puede cimentar la reputación de Lucky Jack o bien, destruirlos a él y a su tripulación.

A lo largo del viaje épico de los personajes, la película viaja por el mundo, desde la costa de Brasil hasta las tormentosas aguas del Cabo de Hornos, a través del hielo y la nieve, y desde allí hasta el confín del mundo, las remotas Islas Galápagos (es la primera realización cinematográfica filmada allí).

El director australiano Peter Weir es conocido por estupendas labores como Picnic en las rocas colgantes (1975), La sociedad de los poetas muertos (1989) y The Truman Show (1998).




HASTA LA AVENTURA


Es prácticamente un terreno nuevo para el australiano Peter Weir este de las travesías en alta mar. Un hombre no muy prolífico pero que cuando dirige lo hace con mucha solvencia. Y Capitán de Mar y Guerra no es ninguna excepción al respecto. Un barco inglés a la caza de otro francés, mucho más equipado y poderoso, a lo largo de un extenso trayecto, fue la excusa para una película que tiene sus puntos a favor y otros (más importantes) en contra.


Como superproducción es, sin dudas, muy vistosa; tanto las batallas en y contra el mar son filmadas con impecable oficio, dando una dimensión sumamente realista y a la vez espectacular, con planos e imágenes muy bien pensadas, un montaje dinámico y una fotografía cuidadosa, por momentos notable.


Los personajes, por su parte, no son muchos y aparecen claramente definidos aunque no así proyectados a lo largo de las distintas situaciones que se van dando en la nave. Russell Crowe es buen actor pero sobre todo cuando no habla mucho, algo que aquí no se da. El que sí logra equilibrar un poco la cuestión es el que interpreta al médico de a bordo, hombre amigo del Capitán y con el que, sin embargo, mantiene serias diferencias. Las mismas saltan a simple vista y figuran entre lo más legítimo si de momentos de tensión se habla. También merece destaque la especial preocupación que Weir maneja por los niños y adolescentes, aquí con el tema de las responsabilidades y la efectividad de las tareas a cumplir y también con otro caso de joven que termina suicidándose, igual que aquel estudiante presionado de La sociedad de los poetas muertos (1989).


Sin embargo, hay una parte importante del guión que descansa en la acción, cosa que simplifica bastante la película, en el sentido de que no pasa mucho y el espectador se queda esperando por algo más, más desarrollo (convincente) en la parte psicológica de los personajes, por ejemplo, menos efectismos (el médico mostrando la herida de un paciente, curándose otra a sí mismo) y menos pérdidas de tiempo en hechos mal manejados, como la afinidad musical entre el Capitán y el médico, que linda con el mamarracho, sobre todo en la parte final, ya que aparece como algo impuesto a la fuerza y casi como que no gravita en absoluto.


Realmente uno esperaba ver otra cosa, esperaba ver algo más de una obra proveniente de un talentoso cineasta como Peter Weir, que, por supuesto, siempre merece atención..., a pesar de algún que otro tropezón.


Alejandro Yamgotchian


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