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RESCATE EN LA ANTÁRTIDA


Título original
: Eight Below
País y año de producción: Estados Unidos, 2006
Dirección: Frank Marshall
Guión: David DiGilio, basado en los caracteres creados por Toshirô Ishido, Koreyoshi Kurahara, Tatsuo Nogami y Kan Saji para Antártica (KK, 1973)
Con: Paul Walker, Bruce Greenwood, Moon Bloodgood, Jason Biggs, Gerard Plunkett
Duración: 120 minutos
Calificación: Apta para todo público
Género: Aventuras / Drama
Sitio Web: http://disney.go.com/disneypictures/8below/



Reseña argumental: El feroz invierno de la Antártida está recién comenzando cuando un intrépido equipo de exploradores y científicos en una misión de investigación - el guía de supervivencia Jerry Shepard (Paul Walker), su mejor amigo y cartógrafo Cooper (Jason Biggs) y el duro geólogo Davis (Bruce Greenwood) - prodigiosamente se salva de un accidente fatal gracias a su inquebrantable equipo compuesto por ocho talentosos perros de tiro. Obligados a evacuar la zona, los hombres deberán dejar a sus adorados perros en la congelada tierra agreste, con la promesa de que volverán. Pero cuando la tormenta del siglo se aproxima, haciendo imposible toda forma de desplazamiento, los perros se quedan varados. Ahora, cuando los inteligentes y valerosos perros - incluyendo a la noble líder de la jauría Maya, el bullicioso y rebelde Shorty y el joven en ascenso y futuro alfa Max - luchan para sobrevivir al más despiadado invierno del planeta, el descorazonado Jerry es impelido a montar una misión de rescate aparentemente imposible, ayudado por la hermosa y aventurera piloto de avioneta Katie (Moon Bloodgood).

El director Frank Marshall había dirigido Aracnofobia (1990), Viven! (1993) y Congo (1995).

LA REALIDAD FUE MÁS TRÁGICA


Un grupo de investigadores debe dejar irremediablemente a ocho perros en una base antártica, a causa de una peligrosa tormenta que se avecina. Los animales ya le habían salvado la vida en dos ocasiones a uno de los hombres, quien estaba tras los pedazos de un meteorito que había caído en una zona cercana y peligrosa.

La idea, entonces, es volver por los animales (que no habían entrado por falta de espacio en el helicóptero) aunque las condiciones climáticas hacen que ni los aviones puedan retornar a dicha base, debido a que hasta los propios motores terminaron congelándose. De todas maneras el protagonista trata de regresar por todos los medios para salvar la vida de sus adorados perros.

A pesar de pertenecer a una raza resistente y acostumbrada a las bajas temperaturas, los animales no pueden estar tantos días sin comida y a la intemperie; quizás un mes como máximo. Pero las semanas pasan y cuando el invierno culmine tan solo va quedando la esperanza de encontrarlos para darles un digno entierro.

Rescate en la Antártida (2006) se inspira en una historia real que ocurrió con una expedición japonesa en 1958. De hecho el director malayo (que se formó en Japón), Koreyoshi Kurahara había dirigido en 1983 una película titulada Antarctica, vista por casi 9 millones de espectadores en Asia y que contaba una historia parecida a ésta dirigida por Frank Marshall, mucho más fiel a lo que realmente pasó y que por ahí no era tan ideal para el gran público infantil. A diferencia de la estupenda película japonesa Las aventuras de Chatrán (donde, sin embargo, hubo maltrato hacia perros y gatos) en Antarctica los animales fueron muy bien cuidados, igual que en Rescate....

Obviamente y como producto Disney, el relato fue pasteurizado en varios aspectos. El resultado igual no deja de ser interesante, porque lo que está en juego aquí no solo es la capacidad de supervivencia de los perros sino también sus códigos de lealtad y compañerismo, entre ellos y para con el hombre. Por encima del clásico intento hollywoodense de humanizarlos más algunos diálogos superficiales y de escasa repercusión dramática (los mejores actores, sin lugar a duda, son los animales), la película saca buena tajada de los perros abandonados, de su perspectiva y hasta por momentos parece un semidocumental que, sin embargo, no maneja con solvencia el impacto de la historia real en que se inspira y que resultó mucho más trágica. La cámara prefiere zambullirse en la espectacularidad del paisaje y no tanto en reflejar la dureza del contexto o el sufrimiento por el que los animales pasaron, tal cual lo hiciera y con creces el francés Luc Jacquet en La marcha de los pingüinos (2005) o incluso su compatriota Jean-Jacques Annaud en esa imponente obra maestra que se llamó El oso (1988).

El director Frank Marshall ya había tratado el tema de la supervivencia nada menos que en ¡Viven! (1993), a propósito de la tragedia del equipo de rugby uruguayo en los Andes, aunque ahí tampoco se pudo evitar ese filtro más dedicado a registrar y recrear, que a sacudir a partir de imágenes y transmitir experiencias psicológicas mucho más duras, tal cual se dieron en la vida real. De todos modos, ambas películas suyas son suficientemente cautivantes y eso sin dudas fue captado por los niños que veían, por ejemplo, Rescate.... Durante los 120 minutos casi ni se movían de las butacas y hasta terminaron aplaudiendo con muchas ganas apenas aparecieron los créditos, algo que quien esto escribe no veía desde hacía tiempo (más precisamente desde el estreno de Tarzán en 1999).

Si alguno piensa ir a verla, mejor que no lea lo que viene a continuación. Nadie sabe en realidad cómo fue que sobrevivieron los únicos dos perros (hermanos) de aquella expedición japonesa (en Rescate... el número varía); de los quince animales siete murieron de hambre al no poder zafarse de las cadenas donde los habían dejado atados, y los otros seis desaparecieron, probablemente enterrados bajo la nieve. Esto fue descubierto el 14 de enero de 1959.

En la versión Disney los perros pasan siete meses solos, mientras la realidad indica que pasaron casi doce meses aislados. Y la razón por la cual aquel par de perros sobrevivieron viene por el lado de que estos nacieron en la Antártida y por ende se adaptaron al duro clima (el promedio de edad de los animales era de 5 años). El resto fue criado por familias en la región norteña de Hokkaido, en Japón.

Lo más curioso es que la comida que había en la base se mantuvo intacta (igual daba tan solo para una semana), por lo que se calcula que vivieron de la caza de pingüinos y focas, y que se comían hasta los excrementos de estas últimas. Ambos canes fueron considerados héroes en Japón, donde hay museos (el de Ciencia, en Ueno, Tokyo), universidades (la de Hokkaido) y hasta estatuas que les rinden honor.

Taro, el hermano mayor, murió en 1970, a los quince años, mientras que Jiro falleció casi dos años después de haber sido encontrado, al servir durante su quinta expedición, más precisamente en julio de 1960.

La razón principal por la que no se pudo volver a rescatar a tiempo a los perros no fue tanto la tormenta que se venía sino la falta de combustible. El explorador, de apellido Kitagawa, se vio gratamente sorprendido al ver a los dos sobrevivientes.

Rescate en la Antártida está dedicada "al espíritu y coraje de los exploradores y sus perros"; también en los créditos finales a la memoria del director de Antarctica, fallecido a fines de 2002, de una infección pulmonar y a los 75 años.


Alejandro Yamgotchian


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