
Título original: The Water
Horse: Legend of the Deep
País y año de producción:
Estados Unidos / Inglaterra, 2007
Dirección: Jay
Russell
Guión: Robert
Nelson Jacobs, basado en la novela de
Dick King-Smith
Con: Alex Etel, Emily
Watson, Ben Chaplin, David Morrissey,
Brian Cox
Duración: 111
minutos
Calificación:
Apta para todo público
Género: Aventuras
/ Fantástico
Sitio Web: http://www.thewaterhorse.com/
Reseña argumental: Esta
es la historia de un solitario niño
escocés llamado Angus MacMorrow
que anhela que su padre regrese de la
guerra. Cuando Angus lleva a casa un misterioso
objeto encantado que encuentra en la playa,
pronto se da cuenta de que se trata de
un huevo mágico, y se ve a sí
mismo criando a una criatura sorprendente:
el mítico "monstruo del lago"
de las leyendas escocesas. En su intento
por intentar ocultar a su amigo, a quien
llama Crusoe, y crear un vínculo
de amistad con él, Angus emprende
un viaje de descubrimientos, debiendo
proteger un secreto que dará vida
a una leyenda.
Además de haber hecho Brigada
49 (2004), el director Jay Russell
había realizado numerosos documentales
para canales como el Discovery Channel,
y también Mi perro Skip
(2000), que no pasó por cines uruguayos.
Un solitario niño escocés
encuentra accidentalmente un extraño
huevo entre las rocas, del cual saldrá
un misterioso animal al que decide criar.
Pero deberá tener cuidado y ocultarlo
muy bien, ya que su madre no lo deja tener
mascotas y por si fuera poco su casa pronto
es ocupada por un ejército "aliado"
que opta por alojarse en la mansión
donde vive, con el fin de establecer un
punto estratégico para dar caza
a submarinos alemanes, nada menos que
en el mítico Lago Ness. La Segunda
Guerra Mundial ya había empezado.
Mi mascota es un monstruo (2007)
aclara en los títulos finales que
fue filmada en Nueva Zelanda, no en Escocia,
y que cualquier hecho con la realidad
(u otra fantasía, si vamos al caso
del ahora polémico monstruo "Nessie")
es mera coincidencia. Y es bueno empezar
por esto, dado que investigadores que
han seguido la historia de esta mítica
criatura le han caído con todo
a la película, pensando que se
trataba de una adaptación fiel
de lo que supuestamente pasó en
la realidad con el famoso monstruo del
Lago Ness. Se ha dicho que era todo una
farsa, empezando por una revelación
hecha en 1994 respecto a una famosa foto
(que al final era trucada), aunque hay
que reconocer que esta leyenda igual continúa
siendo atracción turística
y parte de la cultura popular en todo
el mundo.
EN LA GRANJA

Puede admitirse sí que la primera
vez que la vieron fue en 1933 y no durante
la Segunda Guerra, como presume esta película,
que está basada en la novela de
Dick King-Smith (que sí toma lugar
en la década del ´30 aunque
sin ninguna guerra de fondo), un granjero
inglés nacido en 1922, que aún
vive y cuyo primer libro lo escribió
recién a los 57 años. El
hombre en realidad ya venía haciendo
cuentos "caseros" sobre los
propios animales de la granja donde residía
y que deleitaron tanto a sus nietos como
a familias rurales vecinas durante más
de dos décadas. Luego se dedicó
a enseñar como maestro en escuelas
y a escribir, ahí sí, numerosos
libros infantiles; "fantasías
de granja" como suele a llamarle
a sus trabajos, que lo terminaron haciendo
muy famoso, sobre todo en Europa.
Dick King-Smith es el mismo que escribió
la novela en que se basaba la famosa Babe:
El puerquito valiente (1995),
del australiano Chris Noonan, y a partir
de la cual el cine norteamericano empezó
a hacer hablar a todos sus animales reales
computarizados, a veces con bastantes
exageraciones y piruetas innecesarias
de por medio.
"Hay un tema que con frecuencia
aparece en mis historias de animales:
la valentía. Puede tratarse de
una valentía física o moral,
pero en mis historias un animal debe encarar
una especie de problema o predicamento,
y si sale invicto es porque ha implementado
una determinación total. Es un
tema que siempre me ha intrigado",
decía King-Smith.
Ahora acaba de estrenarse en cines la
adaptación de su libro El
caballo de agua (escrito en 1990),
cuyo título en español es
realmente patético. Por suerte
este trabajo es uno de esos pocos que
cada tanto sobresale dentro del aluvión
de animales parlanchines industriales
que invaden la cartelera. Fue dirigido
por Jay Russell, que se hizo conocer con
Brigada 49 (2004) pero
que también había hecho
una película bastante a tono con
Mi mascota... y que se
llamó Mi perro Skip
(2000).
EL MEJOR AMIGO

Este último film, basado en un
libro del fallecido escritor norteamericano
Willie Morris, se situaba en la misma
época que Mi mascota...
(década del ´40) y contaba
la relación de un niño tímido
(inspirada en una historia real del propio
escritor) con un travieso perro terrier
que se lo habían regalado para
el cumpleaños.
En ambas películas de Russell
los animales no hablan y parecen tener
a la vez un sentido especial para saber
lo que piensan sus dueños humanos.
Son como una llave hacia la felicidad
de niños con miedos, problemas
o dificultades al momento de comunicarse,
y que luego se retribuyen para siempre
la amistad con sus correspondientes cuidados.
No son más bien animales humanizados
sino simplemente animales que pueden ser
mucho más buenos que cualquier
ser humano, seres capaces de complementarse
con niños que en sus semejantes
no encuentran lo que buscan. Y Russell
sabe muy bien cómo sacar eso para
iluminar una historia que prácticamente
estaba estancada en la oscuridad.
De ahí el trasfondo bélico
en ambas películas, que en el caso
de Mi mascota... sirve
de pretexto para un niño que extraña
a su padre, quien se había marchado
a combatir y del que nunca más
tuvo noticias. Esto último está
muy bien tratado, de manera muy delicada,
lo que convierte a esta película
en algo más que en la historia
de una gran amistad.
"Me dedico a buscar historias
que dicen algo acerca del espíritu
humano. Me fascina el lugar que nuestra
especie ocupa en la Tierra; me fascinan
todas las criaturas que comparten este
espacio con nosotros y la manera cómo
una vida afecta otra.", decía
el director Jay Russell, que además
ha dirigido numerosos documentales para
canales como el Discovery Channel. "La
relación entre el niño y
el monstruo reviste una importancia tremenda,
porque el crecimiento progresivo de la
criatura se convierte en una hermosa metáfora
de la relación que Angus alguna
vez mantuvo con su padre. Lo ayuda a madurar.
Ahí radica la sencillez de la película;
es sólo una manera de contar la
historia de un niño que crece y
acepta las realidades de la vida".
Su pasión por la naturaleza y
los animales se refleja fundamentalmente
en el esplendoroso tratamiento visual
que le da a un film que tiene algunos
momentos conmovedores y que logran emparentarlo
mucho más con el drama de un niño
que con las ocurrencias de una simpática
mascota que va adquiriendo personalidad
propia.
La publicidad la emparentó con
la historia de la clásica
E.T.: El extraterrestre (1982)
de Steven Spielberg, que si bien tiene
mucho más vuelo emotivo no es tan
realista, tan medida a la hora de sugerir
detalles como este film de Russell, que
también es para toda la familia
y que tiene sus momentos maduros, y que
pasan por la inutilidad de una guerra
que agarra desprevenida a una familia
que en ese momento ya venía quebrada
en varios aspectos. Es imposible, claro,
olvidar el último plano de E.T.,
con el rostro serio de Henry Thomas viendo
cómo se alejaba su amigo alienígena
y sintiendo a la vez el dolor por no tener
a su papá, probablemente el mismo
que el director Spielberg tuvo de pequeño
al haber sufrido la separación
de sus padres, y el mismo que aquí
tiene el pequeño protagonista de
Mi mascota... (el inglés
Alex Etel, conocido por Millones,
de Danny Boyle) esperando a su padre y
mientras experimenta hechos que jamás
hubiera imaginado.
Emily Watson está muy bien como
la mamá desconcertada y sacudida
por la guerra (cuyo fantasma parece convertirse
en un personaje más) que por un
lado tiene que hospedar un ejército
en su mansión y alrededores, y
por otro descifrar qué es lo que
realmente está pasando con ese
hijo suyo que antes era muy introvertido
y que de golpe corre entusiasmado para
todos lados, tratando de proteger a su
nuevo amigo y que a la vez mantiene las
esperanzas de reencontrarse con su querido
padre.
La película tiene sus momentos
de sano humor, personajes secundarios
sutilmente graciosos, no cae en el golpe
bajo ni tampoco en hechos violentos (explícitamente
hablando), no se excede en trucajes visuales,
está muy bien filmada, y constituye
un valioso entretenimiento ya no solo
para los más chicos sino para toda
la familia.