
                                        Título original: Perejiles 
                                        
                                        País y año de producción: 
                                        Uruguay, 2009
                                        Dirección: Federico 
                                        "Biyú" González
                                        Guión: Federico 
                                        "Biyú" González
                                        Duración: 75 minutos
                                        Calificación: 
                                        No determinada a la fecha de estreno
                                        Género: Documental
                                        Sitio Web: http://www.buencine.com.uy/
                                        
                                        
                                        Reseña argumental 
                                        (del comunicado de prensa emitido): Federico 
                                        González Rejón, más 
                                        conocido como "Biyú", 
                                        es uno de los más notorios camarógrafos 
                                        de Tevé Ciudad. Una parte importante 
                                        de sus tareas consiste en registrar con 
                                        su cámara eventos gubernativos, 
                                        sociales, corporativos y culturales en 
                                        los que, mientras se anuncian novedades, 
                                        rinden cuentas o agasajan a los asistentes, 
                                        se sirven buffets. La vianda 
                                        puede ser modesta o suculenta, pero hay 
                                        un grupo de presuntos periodistas que, 
                                        aparentemente, no falta en ninguna ocasión 
                                        en la que hay comida gratis. Ese grupo 
                                        humano tiene una conformación imprecisa 
                                        y volátil y consta de un número 
                                        variado de integrantes, la mayoría 
                                        de los cuales son o dicen ser periodistas 
                                        que ejercen en ignotos medios de comunicación. 
                                        Dependiendo del punto de vista con que 
                                        se los mire, podría tratarse de 
                                        profesionales de segundo orden, impostores, 
                                        o meros "colados". La sabiduría 
                                        popular los ha bautizado como "perejiles", 
                                        porque están en todas las comidas. 
                                      
                                      Ese grupo humano en plena "actividad" 
                                        fue el que "Biyú" se 
                                        dedicó a registrar durante algunos 
                                        días del 2007. Algunas veces contó 
                                        con la complicidad de los involucrados, 
                                        que le confiaban alegremente los "piques" 
                                        culinarios y dionisíacos, y otras 
                                        veces apareció en los lugares indicados 
                                        de improviso y filmó lo que le 
                                        interesaba: discursos irrelevantes, gente 
                                        que va y viene, periodistas o impostores 
                                        comiendo y pasándola bien, "perejiles" 
                                        contándole a la cámara cuáles 
                                        serían sus futuros planes de asistencia. 
                                      
                                      "Biyú" completó 
                                        su nueva tarea, ya encarada como una película, 
                                        con reportajes a periodistas notorios 
                                        y "verdaderos", quienes al mirar 
                                        las fotos sobre sus "colegas", 
                                        opinaban, algunos con desprecio, otros 
                                        con rabia, los más con comprensión 
                                        o cariño, sobre sus hazañas 
                                        periodísticas. El proceso de captura 
                                        de imágenes y sonidos se llevó 
                                        adelante con métodos a los que 
                                        cabe definir como improvisados y "amateurs". 
                                        El proceso con que se sacó adelante 
                                        el primer montaje también fue eminentemente 
                                        casero. Pero eso no impidió que, 
                                        presentado de improviso y sin anuncios 
                                        previos en la primera edición del 
                                        Festival AtlantiDoc de diciembre de 2007, 
                                        esa primera versión de Perejiles 
                                        se granjeó la atención de 
                                        los expertos que asistieron a esa proyección 
                                        y vieron en ese documental "algo" 
                                        que los demás, no sólo los 
                                        uruguayos, no tenían: humor, gracia, 
                                        frescura, atrevimiento y una extraña, 
                                        y quizás complicada complicidad 
                                        entre el director y sus personajes. Perejiles 
                                        obtuvo, además el Premio del Público, 
                                        el principal otorgado en ese Festival.
                                      Rápidamente, el pequeño 
                                        suceso se convirtió en el bocadillo 
                                        preferido de algunos usuarios de Internet. 
                                        Eso llevó a que cuando se lo presentó 
                                        en el Centro Cultural de España 
                                        la sala se abarrotó con más 
                                        de cuatrocientos espectadores, en un lugar 
                                        donde usualmente sólo cabe la mitad.
                                      Pero también empezaron los problemas. 
                                        La escasa o nula ortodoxia, para decir 
                                        lo menos, con que se llevó adelante 
                                        el proceso de preproducción y producción, 
                                        la ausencia de cualquier documento que 
                                        sirviera de autorización para el 
                                        uso de imágenes de los involucrados, 
                                        más la polémica que se desató, 
                                        ya no sólo en Internet, sino en 
                                        los principales medios de comunicación 
                                        de Montevideo, llevaron a que llovieran 
                                        al domicilio de "Biyú" 
                                        amenazas y reclamos judiciales de todo 
                                        tipo y color.
                                      BuenCine, que había entrado en 
                                        el proyecto como distribuidor poco antes, 
                                        ideó, como respuesta, una estrategia 
                                        que al mismo tiempo permitiera un acabado 
                                        prolijo del film, y la solución 
                                        de todo litigio judicial y económico. 
                                        Se logró que los llamados "perejiles" 
                                        participaran en el lanzamiento y promoción 
                                        de la película. Algunos aceptaron. 
                                        Unos pocos no, por lo que hubo que quitarlos 
                                        del documental. 
                                      Asimismo, y como parte de la relación 
                                        generada entre el director y sus personajes, 
                                        se filmaron nuevas escenas en que algunos 
                                        "protagonistas" aportaban su 
                                        nuevo y peculiar punto de vista. El documental, 
                                        por supuesto, estaba mutando, al mismo 
                                        tiempo que, por necesidad, se estaba volviendo 
                                        más profesional. Era otro, el mismo 
                                        pero distinto, improvisado y fresco, pero 
                                        más plural en su punto de vista. 
                                        Polémico, por supuesto, pero capaz 
                                        de usar la polémica a favor de 
                                        sus pretensiones estéticas. Y, 
                                        por supuesto, mucho más caro. En 
                                        cierto modo, a esa altura ya era una coproducción 
                                        sui-generis entre el director y BuenCine, 
                                        y que unos y otros estábamos afrontando 
                                        un nuevo desafío.
                                      Ahora tenemos una nueva película, 
                                        tan graciosa como la anterior, quizás 
                                        más madura, y siempre polémica. 
                                        Por fin Perejiles pudo 
                                        ser exhibida el martes 6 de octubre en 
                                        MovieCenter dentro del Festival de Cine 
                                        de Montevideo, con sala repleta (con mucha 
                                        gente fuera) y de nuevo se instaló 
                                        la polémica mediática (con 
                                        una antológica conferencia de prensa 
                                        que los periodistas allí presentes 
                                        pueden dar crédito de la misma), 
                                        situación que al momento nos lleva 
                                        a apresurar su estreno para el 11 de diciembre. 
                                      
                                      
                                      POR UNOS SANDWICHES MÁS
                                      Un documental como éste puede 
                                        generar diversas reacciones en el público, 
                                        dependiendo del tipo de humor de la persona, 
                                        de la opinión que ese mismo espectador 
                                        pueda llegar a tener sobre los periodistas 
                                        o más bien supuestos cronistas 
                                        cuyo único objetivo es poder comer 
                                        y tomar algo en lanzamientos, inauguraciones, 
                                        avant-premieres y demás, pero también 
                                        dependiendo de cómo uno puede llegar 
                                        a calificarlos al momento de verlos combinados 
                                        con contextos formales, donde cierta cartonería 
                                        más el ocasional aburrimiento a 
                                        veces se ve neutralizado a partir del 
                                        avistamiento de estos "perejiles" 
                                        (se los llama así porque según 
                                        el dicho popular "están en 
                                        todas las comidas"), que de alguna 
                                        manera le dan un toque gracioso, excéntrico, 
                                        impensado, a cualquier velada.
                                      Si había alguna cosa que le faltaba 
                                        a este trabajo de Federico "Biyú" 
                                        González era que él mismo 
                                        pusiera la cereza de la torta pero en 
                                        los créditos finales: que estos 
                                        queribles personajes sigan existiendo. 
                                        Y es que la condescendencia que uno pueda 
                                        tener con ellos emerge a partir del inefable 
                                        humor que se transmite, de testimonios 
                                        de ellos mismos, de testigos (mozos, choferes, 
                                        periodistas que los detectan enseguida), 
                                        del propio director siguiéndolos 
                                        y bajo lluvia en escenarios, lugares cerrados, 
                                        en la calle, de día, en la noche, 
                                        con cámara a la vista y oculta, 
                                        tratando de meterse en el razonamiento 
                                        y los planes de esta cofradía que 
                                        motivó a "Biyú" 
                                        González a hacer este trabajo.
                                      Conviene señalar que aquí 
                                        hay algunos de los que aparecen comiendo, 
                                        tomando, o incluso ejerciendo actividades 
                                        profesionales que no son "perejiles"; 
                                        en el documental se pueden ver periodistas, 
                                        conocidos de quien esto escribe, que tienen 
                                        una marcada trayectoria en distintos medios 
                                        y que motivaron varias quejas cuando el 
                                        trabajo fue presentado por primera vez 
                                        en Atlantidoc 2007 y el año pasado 
                                        en el Centro Cultural de España.
                                      Esto, por supuesto, también puede 
                                        ser un tema espinoso, si se lo traslada 
                                        a esos ámbitos donde el periodista 
                                        está trabajando más que 
                                        por sus virtudes en la materia, por su 
                                        capacidad al momento de conseguir avisos 
                                        para un determinado medio o mediante los 
                                        tradicionales acomodos. Pero esos ya no 
                                        son perejiles. Una cosa es que ellos se 
                                        coman algunos sándwiches y masitas 
                                        de más (porque la calculada cantidad 
                                        de bocados por persona puede verse alterada…), 
                                        y otra que se queden con el trabajo que 
                                        en realidad le corresponde a otras personas, 
                                        una tarea por supuesto mucho más 
                                        sigilosa.