.: Novedades :..: Informes :..: Asteríscos :..: Entrevistas :..: Juegos Electrónicos :..: H O M E :..: E-mail :..: Imprimir Documento :.



¿QUIÉN QUIERE SER MILLONARIO?


Título original
: Slumdog Millionaire
País y año de producción: Inglaterra, 2008
Dirección: Danny Boyle
Guión: Simon Beaufoy, basado en la novela de Vikas Swarup
Con: Dev Patel, Anil Kapoor, Irrfan Khan, Freida Pinto, Madhur Mittal
Duración: 120 minutos
Calificación: No determinada a la fecha de estreno (en Inglaterra: No apta para menores de 15)
Género: Drama / Romance
Sitio Web: http://www.foxsearchlight.com/slumdogmillionaire/




Reseña argumental
: Basada en hechos reales, el film cuenta la historia de un joven analfabeto de un barrio marginal de Mumbai, cuya vida da un gran vuelco a partir de su participación en la edición hindú del programa '¿Quién quiere ser millonario?'.

El director inglés Danny Boyle es conocido por labores como Tumba al ras de la tierra (1995), Vidas sin reglas (1997) y Millones (2004), entre otras. El guionista, también británico, Simon Beaufoy estuvo en el libreto de Todo o nada (Peter Cattaneo, 1997).




Curiosidades: El libro en que se basa la película ya había sido llevado al teatro como comedia musical e incluso se hizo un radioteatro.




LUCHANDO POR UN SUEÑO


Es inevitable no dejarse llevar por la inventiva visual de Danny Boyle que aquí la aplica en dosis mucho más medidas que en sus anteriores films pero para contar igual otra vibrante historia dentro de su valiosa carrera, esta vez sobre un huérfano de las villas de Mumbai que llegó a ganar el premio mayor en la versión hindú del famoso programa ¿Quién quiere ser millonario? y que salió de la mente del novelista y diplomático Vikas Swarup. Conviene aclarar que esta no es una historia real ni tampoco se inspira en una. El personaje de Ram Mohammad Thomas fue creación del escritor y el best-seller Q & A (Questions and Answers - Preguntas y respuestas), su primera novela, fue llevada al cine bajo el título "Slumdog Millonaire", que se le ocurrió al guionista Simon Beaufoy, según él sin intenciones de ofender a nadie.


Obviamente no se salvó de las protestas, tanto él como el equipo de producción británico ni tampoco los hindúes que ayudaron en la filmación. Hubo protestas en India, debido a que no se estaba de acuerdo con el uso de la palabra "dog" (perro) en el título original, dado que era considerada ofensiva para la gente de Mumbai (donde viven casi 14 millones de habitantes) que se había criado en los suburbios de dicha ciudad. También se han entablado juicios a numerosas personas de India que trabajaron en la película, acusados de intentar obtener fama y dinero, tomando como excusa la pobreza y tan solo con fines de entretenimiento. "La idea es que se honre y respete a ese montón de gente que vive en los suburbios y que no usen la pobreza para el lucro", declaraban algunos de los protestantes adultos, mientras que también niños y jóvenes se sumaban al grupo diciendo cosas como "Soy pobre pero no me gustaría que me llamen perro de suburbio" e incluso una niña que llegó a decir que "no me gusta que me confundan con una perra". Las reacciones llevaron incluso a que en numerosos cines de la India se terminaran rompiendo vidrios, puertas, afiches y banners de publicidad; también a escrachar y tildar de "slumdog" al propio director Danny Boyle.


Boyle, a su vez, tuvo que sortear varios obstáculos durante el rodaje; el más complicado fue el de filmar en el Taj Mahal, ante las permanentes prohibiciones de que el equipo era objeto. Finalmente decidió enviar a un equipo de falsos documentalistas para terminar de realizar algunas tomas. De hecho, insólitamente, durante la escena del Taj Mahal se puede ver a alguien mirando la cámara y diciendo que "no se puede filmar aquí". Claro que esto fue parte de la gran libertad que tuvo Boyle para una producción muy arriesgada, dado que los subtítulos que la película tiene para su proyección en países de habla inglesa (como Estados Unidos) era todo un riesgo al momento de pensar en la taquilla, especialmente para los productores. Y de hecho el tema económico fue determinante para que la Warner cerrara la filial "WIP" de películas independientes (Warner Independent Pictures). Cuando estaba decretado que la película iba a salir directamente al DVD, reapareció la Fox Searchlight para rescatarla y estrenarla en cines (y luego de que se viera superada por la oferta inicial de la Warner al momento de financiarla). De ahí en más todo comenzó a tomar otro color. Por más que aún no ha llegado a recaudar los famosos 100 millones de dólares (sinónimo de éxito para los estudios de Hollywood, que siguen viendo a la película como un fracaso en taquilla) el film ya cuenta con varios premios importantes en su haber y es firme candidato para llevarse el Oscar a Mejor Película.


Dejando de lado todo lo ya mencionado, hay que reconocerle a Boyle que se mandó otra buena película (no es la mejor), siempre fiel a algunos ideales (que ya fueran revisados en el informe especial sobre Exterminio) y que ahora regresa con una historia de amor donde un empleado que hace tareas de servicio al personal en una agencia telefónica se mete en un concurso para poder llamar la atención de una joven de la que estaba enamorado de pequeño. En la dura niñez por la que pasaron como niños sin hogar se conocieron y luego casi que no se vieron más. Es cierto que se ven cosas realmente de temer (trabajo infantil, prejuicios, falsedad, materialismo), tan horribles como la explotación que trasnacionales de países occidentales siempre han llevado a cabo en distintas zonas de Asia, pero la película también apunta a demostrar el espíritu de comunidad y solidaridad que se da entre un grupo de niños que pasa por todo tipo de situaciones, especialmente la de los hermanos protagonistas.


Después de Exterminio (2002) Danny Boyle haría Millones (2004), un film que puede ser visto perfectamente como una fantasía infantil y donde dos hermanos, luego de la muerte de su madre, se topaban con una enorme suma de dinero. Mientras uno era más frío y práctico, viendo su sueño ya casi realizado, el otro, más chico y hasta más maduro, veía las cosas de otra manera: intentaba ayudar a la gente pobre y siempre pensando en que esa plata (que en realidad había caído accidentalmente del vagón de un tren) era un regalo del cielo. Podría ser incluso una visión mucho más positiva que Tumba al ras de la tierra (1995) y para nada cínica, dado que en esa excelente ópera prima de Boyle el materialismo terminaba pudriendo la cabeza de aquel grupo de amigos adultos que también habían quedado accidentalmente frente a otra gran suma de dinero.


Ese regalo del cielo aquí es visto como algo que ya estaba predestinado; sin embargo no está todo ese despliegue surrealista de ángeles, consejeros y demás excentricidades visto no solo en Millones sino también en Vidas sin reglas (1997), y sí una narración dinámica, vertiginosa y como acelerada, que recuerda a la famosa Trainspotting (1996). ¿Quién quiere ser millonario? (2008) muestra a una India en parte acaparada por la globalización, aunque en la mente de Boyle, o mejor dicho en la historia en sí, no es un factor gravitante; lo material, las marcas, las tentaciones, el consumismo, la manipulación mediática, son tan solo una presencia que siempre está y que se torna cada vez más repugnante. La idea del protagonista no es hacerse millonario sino ser visto por la mujer a la que siempre quiso, mientras sus propias experiencias de vida le van brindando las respuestas durante el concurso.


La idea es mérito del libro, y el formato, de la película en sí. Como en un juego de supervivencia el protagonista deberá ir sorteando etapas para llegar al final. Y el premio para el film podría ser el Oscar. Pero lo más importante es que ese cine a veces intenso, y en ocasiones sutilmente crítico y enriquecedor, pueda seguir teniendo vía libre para que Boyle siga haciendo de las suyas y la gente lo siga disfrutando.


Alejandro Yamgotchian


.: E-mail :. .: Derechos Reservados :.