
Título original: Wendy
and Lucy
País y año de producción:
Estados Unidos, 2008
Dirección: Kelly
Reichardt
Guión: KR, Jonathan
Raymond, sobre historia de JR
Con: Michelle Williams,
David Koppell, Max Clement, Sid Shanley,
Will Patton
Duración: 80 minutos
Calificación:
No determinada a la fecha de estreno (en
Argentina: No apta para menores de 13)
Género: Drama
Sitio Web: http://www.wendyandlucy.com/
Reseña argumental: Wendy
se dirige hacia Alaska, con la única
compañía de su perra Lucy,
para incorporarse a un nuevo y lucrativo
trabajo en una fábrica de conservas
de pescado. Cruzando el estado de Oregón,
su modesto Honda Accord de los 80 se niega
a continuar. Con este aparentemente insignificante
incidente se inicia el calvario de Wendy;
uno de tantos millones de norteamericanos
que se encuentran a un pequeño
resbalón del abismo económico.
La esquelética contabilidad personal
que con tanto empeño registra en
su cuaderno comienza a tambalearse. Con
el Honda en el taller esperando el veredicto
del mecánico, entra en un supermercado
y roba una lata de comida para perros,
pero es descubierta y llevada a comisaría.
Cuando, a las pocas horas, es puesta en
libertad, Lucy ha desaparecido. Wendy
deberá recuperar a su perra y reparar
su coche mientras su cartera, y su propia
autoestima, se desangran gota a gota.
DEL SOL QUE NO BRILLA PARA TODOS
Una película que se apoya básicamente
en imágenes, en escenas que hablan
por sí solas, siguiendo a una joven
(Michelle Williams) y su perra, por Estados
Unidos y rumbo a Alaska, lugar adonde
la protagonista espera llegar ansiosa
para poder trabajar. Muy poco se sabe
de ella; tan solo, y a través de
una charla telefónica, que tiene
un hermano algo indiferente, que igual
intenta escucharla, mientras la novia
que lo acompaña no deja de tirar
pálidas en contra de su hermana.
Y son varios los inconvenientes que surgen
en el camino y que alteran la frágil
economía de ella y por ende la
van deteriorando, desde el momento en
que la descubren robando comida para perros
en un supermercado y es detenida por la
policía. Para peor, su auto no
puede arrancar, y su querida perra desaparece.
Puede que sea o no casualidad, pero el
año de producción de esta
película, hecha tan solo con 200.000
dólares y con producción
ejecutiva de Todd Haynes (Velvet
Goldmine, Lejos del paraíso,
I´m Not There),
coincide con uno de los peores para la
alicaída economía estadounidense,
y es así que la directora Kelly
Reichardt deja ver, un poco a la manera
de aquella camada de jóvenes directores
independientes norteamericanos de los
´80, como Jim Jarmusch, el patio
trasero norteamericano, con gente humilde,
trabajadora, y que no está viviendo
precisamente un sueño, sino que
directamente es ignorada.
Algunos se comportan de forma fría
y egocéntrica, sin compadecerse
mucho ante la situación de Wendy,
mientras otros que incluso están
peor que ella sí lo hacen y hasta
tienen gestos de amabilidad y podría
decirse que hasta de grandeza, como el
de ese guardia de seguridad que le regala
seis dólares para que ella pueda
seguir adelante, algo que en principio
puede parecer simbólico pero está
claro que a ese hombre veterano, que tiene
que estar varias horas por día
parado, le cuesta mucho ganar su dinero
y esa cantidad significa mucho para él.
Wendy y Lucy (2008)
es un drama intimista, existencial, que
recuerda tanto a los grandes maestros
del neorrealismo italiano (especialmente
a De Sica), como, más cerca en
el tiempo, al cine de los hermanos Dardenne.
La directora Reichardt aplica un seguimiento
tan transparente como minucioso para con
esa mujer que cuando cae trata de levantarse
enseguida, que llega a un punto en que
tan solo busca sobrevivir, en medio de
temores y desconciertos que no solo salen
de ella sino que se gestan también
en el sistema económico de ese
contexto donde se mueve y en el cual busca,
contra la corriente, su estabilidad.
AY