
Título original: My Sister's
Keeper
País y año de producción:
Estados Unidos, 2009
Dirección: Nick
Cassavetes
Guión: Jeremy
Leven, NC, basado en la novela de Jodi
Picoult
Con: Cameron Diaz, Abigail
Breslin, Alec Baldwin, Jason Patric, Joan
Cusack
Duración: 109
minutos
Calificación:
No determinada a la fecha de estreno (en
Argentina: No apta para menores de 13)
Género: Drama
Sitio Web: http://www.mysisterskeepermovie.com/
Reseña argumental:
La vida que llevan Sara y Brian Fitzgerald
junto a sus hijos, se ve alterada por
completo cuando se enteran de que la menor,
Kate, tiene leucemia. La única
esperanza reside en que los padres quieran
concebir a otra niña cuyo destino
será salvar la vida de Kate. Muchos
rechazan esta decisión desde el
punto de vista moral y ético. Para
los Fitzgerald, Sara en particular, no
hay elección; sólo hacer
lo que sea para que Kate siga con vida.
Hacer lo imposible significa concebir
a Anna.
Kate (Sofía Vassilieva) y Anna
(Abigail Breslin) comparten un lazo más
estrecho que el que tienen los hermanos
comunes: a pesar de que Kate es mayor,
ella confía en su hermanita menor;
de hecho, su vida depende de Anna.
Durante su tierna infancia, ambas hermanas
se someten a procedimientos médicos
y pasan mucho tiempo en los hospitales.
Sara (Cameron Diaz) es una mujer que abandona
su carrera como abogada para dedicarse
a cuidar a su hija. A veces, se siente
perdida con la enfermedad de Kate. Brian
(Jason Patric) es un hombre pasivo e indefenso
frente al poder y determinación
de su mujer. Y su único hijo, Jesse
(Evan Ellingson), pasa desapercibido,
ya que el centro de la atención
lo tienen Kate y Anna.
Hasta que Anna, quien tiene ahora 11
años, dice que no, contrata a un
abogado (Alec Baldwin) e inicia un caso
judicial que divide a la familia y deja
a Kate en manos del destino.
El realizador Nick Cassavetes había
dirigido Cuando vuelve el amor
(1997), John Q: Situación
extrema (2002) y Diario
de una pasión (2004).
El aquí coguionista Jeremy Leven
había dirigido Don Juan
DeMarco (2004) y estuvo también
en los libretos de Leyendas de
vida (Robert Redford, 2000) y
Diario de una pasión.
BUENOS GUARDIANES
El polémico y hasta radical giro
que el director y coguionista Nick Cassavetes
le dio a la novela original en La
decisión más difícil
(2009) no pasa simplemente por un mero
capricho de hacer una adaptación
más viable para el mercado. De
hecho, la vuelta que se le dio al film
es mucho menos convencional. Debería
interpretarse entonces como algo más
personal, como un nuevo desafío
que se propuso para tratar los sentimientos
dentro de las relaciones familiares y
específicamente en una situación
sumamente complicada (como la que atravesaba
Denzel Washington como padre desesperado
en pos de que le hicieran el trasplante
a su hijo en John Q),
donde las distintas perspectivas de los
principales personajes respecto al cáncer
que padece una adolescente se van transformando,
a medida que los flashbacks en
el relato aportan revelaciones quizás
no tan soprendentes pero sí muy
útiles para entender realmente
la dimensión de un asunto bastante
delicado.
Las controversias no se hacen esperar
para todos los involucrados en la historia
y de pique nomás la más
chica de la familia decide contratar un
abogado para obtener la emancipación
médica (esto es, dejar de someterse
a operaciones por su hermana y estar entera
para poder vivir sin limitaciones físicas
a corto y largo plazo), enfrentando nada
menos que a su propia madre en una corte
judicial, una enérgica mujer (probablemente
la mejor actuación que se haya
visto de Cameron Díaz) que había
dejado de ejercer como abogada para dedicarse
totalmente al cuidado de su hija mayor,
olvidándose de su propia vida y
ni qué hablar de la de los demás
miembros de su familia. Sin embargo, el
guión no sólo se queda en
ese enfrentamiento, sino que comienza
a explorar muy sutilmente lo que pasa
por la cabeza de un padre bombero que
todo lo ve pero que casi nada dice (muy
bien Jason Patric), de un joven hijo en
pleno proceso de búsqueda y transformaciones,
que no tuvo la suficiente dedicación
y cariño de sus progenitores, siempre
abocados al cuidado de la hermana enferma,
y por supuesto de esta joven hospitalizada
(notable actuación de Sofía
Vassilieva), quien guarda un secreto muy
particular con sus otros dos hermanos.
Ayuda y mucho el nivel de las actuaciones;
todos rinden muy bien y la historia aprovecha
esos personajes (principales y secundarios),
que se van destapando a través
de curiosas miradas e imprevistas reacciones,
con alguna excepción algo edulcorada
en lo que respecta a la tragedia sufrida
por la jueza del caso entre madre e hija.
Es evidente que una trama como ésta,
de la forma en que está narrada,
no logre despertar emociones legítimas
en el espectador, más allá
de algunos pasajes melodramáticos
y lugares comunes donde termina cayendo
y en complicidad con una banda sonora
que, a pesar de las buenas canciones,
se torna en ocasiones innecesaria.
Una película algo dura, valiente,
con un matiz religioso, que invita al
disfrute, al debate, a la reflexión,
que se maneja entre lo convencional y
cierto talento autoral de Nick Cassavetes,
que como realizador logra dar en el blanco
de a ratos, impactando con hechos que
no habría que tomarlos tanto como
golpes bajos o sensacionalismo, sino como
parte de una dura realidad. Sin dudas
que a pesar de que aún no haya
llegado al nivel de su padre, John, hay
que seguirle permanentemente el rastro,
porque talento tiene.