
Título original: Blue
Valentine
País y año de producción:
Estados Unidos, 2010
Dirección: Derek
Cianfrance
Guión: DF, Cami
Delavigne, Joey Curtis
Con: Ryan Gosling, Michelle
Williams, Faith Wladyka - John Doman -
Mike Vogel
Duración: 112
minutos
Calificación:
No apta para menores de 15 años
Género: Drama
/ Romance
Sitio Web: http://www.bluevalentinemovie.com/
Reseña argumental: Blue
Valentine es la historia del
encuentro del amor… y de la pérdida
del mismo, narrado tanto en el pasado
como en el presente. Este retrato honesto
y movilizador sigue la historia de Ryan
Gosling y Michelle Williams, interpretando
a Dean y Cindy, una pareja casada que
decide pasar una noche lejos de su hija
en un intento por salvar su matrimonio
fracasado. Yuxtapuestas con escenas lúdicas
que trazan su noviazgo romántico
durante los previos seis años,
Gosling y Williams viajan a través
de la angustia brutal que viene con el
amor en decadencia y las promesas rotas.
TRISTE Y MELANCÓLICA
Blue Valentine
El azul es el color del romanticismo,
está diseminado en el mar, en el
cielo, por lo tanto conlleva la idea de
infinitud. La mayoría de las historias
de amor hollywoodenses, apelan a la eternidad,
al amor infinito.
Blue Valentine, el film
del director Derek Cianfrance, refiere
a una canción de Tom Waits que
resulta emblemática y que está
asociada a la temática del film,
y también está envuelto
en la sugerente banda sonora a cargo del
grupo Grizzly Bear, que acompasa la historia
del amor y desamor que se pone en escena.
La impronta de la cinematografía
de John Cassavetes (Torrentes
de amor, Una mujer bajo
influencia - entre otras) está
presente en la óptica que tiene
este film independiente, en la pulsión
emocional de sus personajes, en su capacidad
para mostrar sus heridas, sentimientos,
frustraciones, recriminaciones, en el
claroscuro que recorrerá en el
camino la joven pareja.
Derek Cianfrance no juzga a sus personajes,
los deja fluir en su soledad, en su desgarro
afectivo. De ahí el interjuego
constante entre un presente en el cual
los corazones comienzan a romperse, y
un pasado que estaba basado en la pasión
y el sentimiento; de aquí la relación
con el día de los enamorados de
San Valentín, en una suerte de
espejos contrastantes entre el romántico
pasado y el drama presente. Así
el film está estructurado magníficamente
como un puzle, que el espectador tendrá
que reacomodar con dolor. Las rupturas
cronológicas la acercan a Traición
de amor, de David Jones, guionada
por Harold Pinter.
Blue Valentine comienza
con las imágenes de un joven matrimonio,
que tiene una pequeña hija, y que
hace el intento de salvar su relación,
acudiendo a una casa de citas, seleccionando
irónicamente, "la habitación
del futuro", cuando lo que a los
dos los acecha es el destino final.
Los dados al menos ya están echados,
por lo menos de parte de Cindy, - magnífica
performance de Michelle Williams
en su rol de esposa decepcionada, nominada
al premio Oscar por su actuación-.
El oscurecimiento de la habitación
del motel, a la cual concurren Cindy y
su marido, Dean (encarnado por el actor
Ryan Gosling, en una entrañable,
sentida actuación que está
a la par de Williams), es el hábitat
desde el cual se retrotraen al pasado.
Lugar donde está todo planificado
sólo para el placer sexual, y en
cierta forma es la antítesis del
ayer luminoso de la pareja, en su anarquía
amorosa, en su bohemia, en su amor sin
barreras.
La abuela de Cindy, a la cual ella visita
con asiduidad, contesta las preguntas
a su nieta, respecto del amor, que se
resignificarán en el devenir fílmico.
Cindy ha sabido seducir a los hombres,
que generalmente no han visto su carnadura
espiritual, no han estado a la altura
de sus sueños. Hasta que se le
presenta una situación trágica,
y es en este momento, cuando conoce a
Dean, su salvador, que la lleva al amor
verdadero, generoso, que sólo podrá
quebrarse con la muerte.
Hay dos escenas conmovedoras; en una
de ellas Cindy baila para su futuro amado,
Dean, en la cual, el mundo exterior decididamente
desaparece. Esa canción que él
canta sólo para los dos, sella
el amor secreto y "eterno".
La otra es la escena del casamiento en
absoluta soledad, con sus atuendos vestimentarios,
festivos; con la cámara que se
detiene en la alegría y emoción
de sus rostros entrañables, en
relación con un paisaje casi fantástico,
pleno de luz.
Pero el inexorable paso del tiempo, que
todo lo corroe, irá erosionando
esta historia de amor. Parecería
que Cindy hubiese aspirado a que su compañero
explotara sus inteligentes potencialidades.
Tampoco ella logró ser médica,
se quedó trabajando como ayudante
de enfermería. El desencanto hace
presa de sus vidas, de los sueños
y promesas que no fueron cumplidos y llegan
así al quiebre, a la ruptura sin
retorno.
La separación de esta sagrada
familia, deja al espectador con el corazón
roto, puesto que "Cianfrance, el
director y guionista de la película,
observa con gran exactitud, sensibilidad,
el nacimiento y la decadencia de una relación
amorosa, inmerso en cierta forma entre
dos interpretaciones explosivas y emocionalmente
desnudas", al decir de un crítico
estadounidense.
En esta vida, nada es para siempre. Y
para citar a la muchas veces olvidada
poeta uruguaya, María Eugenia Vaz
Ferreira: "unos llevan cosas muertas
/ otros las llevan desiertas / lo mismo
es". El arte permanece y dialoga
por siempre.